Quizá pocos han oído hablar de Juntas de Valeriano, comuna de Alto del Carmen. Es un caserío que está a 119 kilómetros de Vallenar, hacia la cordillera. Allí vive la profesora Cicilia Gatica (52), quien trabaja en la escuela Sara Cruz Alvayay. Una vez declarada la pandemia del Covid-19 decidió visitar casa por casa a sus alumnos para continuar sus clases, pero había otros que estaban con sus padres en plena cordillera, sin computadores, sin internet. Ella los siguió.
"Si me dicen a la punta del cerro, allá voy a llegar yo, porque mi compromiso desde el día uno era que los niños no quedaran abandonados", dice.
Para eso pidió un caballo a un empresa de turismo. Ella se hizo cargo de forraje de los animales y sus herraduras. Allá, en medio de la cordillera, había alumnos suyos y de otras escuelas que la necesitaban con sus clases. Los estudiantes están por distintos ríos arriba.
"Por el río Valeriano llego a Chacay, que son 6 a 8 horas a caballo; por el río Casadero, que llego a la laguna, son 8 a 10 horas; y por el otro lado son otras 6 horas por Quebrada Larga", dice.
-¿Dónde duerme?
-En un colchón, en el suelo, con las familias.
Cici, como la conocen todos y quien fue nombrada "Nuevos Héroes 2020" por la Caja Los Héroes, dice que lo hace igual como lo hicieron sus propios profesores y que en la pandemia trata de no "olvidarme de la mochila emocional de cada niño". Además, en el colegio le toca ser "abogada, sicóloga, matrona, asistente social, porque en estos pueblos la escuela es demasiado importante".
-¿Les da muchas tareas
-No considero tanto.
-¿Es amarrete con las notas que les pone?
-Cómo voy a decir eso (ríe)... Para mí, las notas no significan nada. Son un mero número. Me interesa que el niño sea feliz y buena persona. Cuando uno es buena persona, en la vida le va muy bien.
-O sea, el 7 no es para Dios...
-Esos son los que ven la educación como comercio o competencia. En el caso mío, no estoy ni ahí.
-¿Cómo lo hace para desarrollar la clase en las condiciones que tienen los niños?
-Soy poco de trabajo, de guías. Trabajo mucho con el entorno, que el niño aprenda haciendo. Modelo constructivista.
-Por ejemplo...
-La tabla del 2 las aprendemos con las orejas de las cabras; la tabla del 4 con las patas; juntamos las patas, los ojos y la orejas y así vamos sumando y todo eso. Participa toda la familia.
Claro que tiene una sola queja cada vez que va a la cordillera: durante este tipo de clases ha subido de peso. "Ellos saben mis debilidades, cada vez que llego me tienen arroz con tomate, pero sin carne, porque no me gusta", cuenta.