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Viaje al centro del sifón del lavamanos

Las obstrucciones que más se repiten en los hogares son las del lavaplatos, por las comidas y grasas que quedan depositadas, la ducha (por exceso de pelos) e inodoro (por botar elementos no permitidos). Pero también hay familias que tienen problemas con el lavamanos, que a la larga —si no lo soluciona- pueden provocar muy malos olores en el baño y que la tubería principal se siga atascando.

Andrés García, magíster en Hidráulica Ambiental y académico de las asignaturas de Redes de Agua Potable y Alcantarillado de la Facultad de Ciencias de la Ingeniería de la Universidad Austral, explica que son varios los elementos que generan obstrucción en este espacio.

Sin embargo, el mayor culpable de que se genere el atascamiento, al igual que la ducha, es el pelo.

¿Cómo es que llega hasta ahí? Uno, porque las mujeres se peinan, se secan o planchan el pelo sobre él y dos, porque muchos hombres suelen afeitarse y dejar que los pelos se vayan por el desagüe. El pelo se deposita en el sifón, por lo que va atrapando otros elementos que caen en la tubería; entre ellos, el jabón.

"Los jabones (barra y líquido) tienden a endurecerse cuando baja mucho la temperatura. También se debe considerar que el baño es una de las habitaciones más frías de una vivienda. Y en invierno esa situación se agudiza, salvo que la casa tenga un sistema de calefacción", señala García.

Felipe Meza, magíster en Ingeniería en Tratamiento de Residuos y académico en Universidad Tecnológica Metropolitana, suma que lo que puede agravar más el problema son las personas que se afeitan usando jabón, lo que deja una especie de "lanilla" depositada la tubería.

"El lavamanos se atasca por pelo. De hecho, cuando uno saca la tapa del sifón lo único que se encuentra es exceso de pelo. Lo ideal es que cuando se limpia la máquina de afeitar, sobre todo las eléctricas, en que el pelillo queda en la misma máquina, se deben echar los residuos en el tacho de la basura. El jabón más la mezcla de pelos es el problema. Va a llegar al ducto donde está el sifón y disminuye la sección de la tubería. Este espacio está diseñado para líquidos, no para sólidos, y los sólidos, van cayendo a este depósito", subraya.

La pasta de dientes

Y si el jabón y el pelo hacen de lo suyo, la suma de la pasta de dientes endurece más dicha la mezcla. "Las pastas dentales ayudan a la formación de costras al interior de las tuberías. Ello obviamente disminuye más la sección y posibilita la obstrucción. La pasta de diente blanca, no la gel, tiende a tener una velocidad de endurecimiento mucho más rápida que la gel y favorece a la adhesión a las paredes de la tubería", indica García.

Concuerda Meza: "La pasta de dientes, cuando se deja secar y endurece, también se pega y genera atasco".

Edificios antiguos

Los departamentos antiguos suelen tener más problemas, ya que los diámetros de la tubería son mucho más pequeños.

"Antes, la normativa consideraba diámetros muy pequeñitos. La mayoría de las tuberías eran de 38 milímetros, muy pequeñas. Actualmente se está trabajando con diámetros de 50 milímetros, lo que favorece la circulación de las aguas residuales que salen del lavamanos, pero siguen siendo más chicas que las tuberías de la ducha o el WC", precisa García.

Otro punto que suma es el desgaste.

"El PVC tiene una esperanza de vida útil de 20 años, pero en óptimas condiciones no supera los diez años, por lo que tiende a formar costras al interior, reduciendo su sección. Eso favorece al atrapamiento de partículas", insiste.

Un tema que plantea Meza es que aunque el pelo sea biodegradable, tarda mucho tiempo de degradarse en ese espacio.

Mantención mensual

Los expertos coinciden en que la mantención manual del sifón es lo más efectivo.

"Una vez al mes hay que sacar estos pelos que se van acumulando en el canastillo del sifón. Y es súper simple hacerlo: el sifón es una especie de rosca, uno lo abre abajo y se sacan todos los residuos", fundamenta Meza.

¿Los químicos sirven? Según el académico, sí, pero generan mucho daño.

"Cumplen con el objetivo de disolver, pero no se recomiendan. Son químicos que pueden generar daños en la tubería, ya que son muy ácidos, pueden desgastarla. Además, ese líquido llega a las plantas de tratamientos de agua servidas y pueden matar a los microorganismos que se encuentras en dichos sistemas", asegura.

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