La abogada María Cristina Soto, de 70 años, cuenta que tuvo que batallar con un hotel viñamarino para pasar las vacaciones junto a su querida mascota, Pimpollo, un gallo de la pasión de apenas tres meses de vida. La administración había cancelado su reserva de seis noches debido a la naturaleza de su acompañante, pero revirtió la decisión y finalmente permitió la estadía de ambos.
María Cristina asegura que ha tenido cuatro gallos de mascota: Pompón, Piolín, Bombón y Pimpollo. Los dos primeros eran gallos tradicionales: cuerpo blanco y cresta roja. El difunto Bombón fue su primer gallo de la pasión. Ahora Pimpollo fue comprado por $30.000 en un criadero ubicado en la comuna de María Pinto. Hoy vive con la abogada en un departamento de Providencia.
"Los gallos son como cualquier mascota", dice María Cristina. "Pero como ya soy mayor, siempre pienso en que no me gustaría dejar sola a una mascota, que viva 15 años, como un perro o un gato, cuando a mí no me quedan 15 años. Prefiero enterrarlos yo y que no quedae solitos, porque de verdad se hacen muy dependientes a uno", agrega.
La abogada cuenta que a Pimpollo recién le está saliendo su cresta, pesa apenas medio kilo y su canto todavía es ronco y desafinado, como si estuviera atravesando la adolescencia humana, o si prefiere, la edad del pavo. Dice que mide lo mismo que una paloma, pero con barbilla y patas cortas.
El gallo se despierta todos los días a las 1 1.30 horas y se duerme a la medianoche. La abogada lo acuesta dentro de una caja de aspiradora grande, aunque para llevarlo al hotel le compró una cama de perro. Para no perturbar su sueño, lo tapa con una delgada sábana para que no le entre luz. Apenas despierta, Pimpollo suelta sus cuerdas vocales. Luego hace sus necesidades en un recipiente especial, vuelve a su cama y toma desayuno: maíz chancado y agua. Durante el día picotea unos cinco granitos de uva, otro poquito de maíz y migas de pan. También le gustan las hojitas de espinaca.
"No tengo idea cómo son en la vida natural, pero cuando él despierta, canta. Ahora cuando usted me llamó, estaba cantando de nuevo, porque cuando salgo a la terraza y no me ve, me llama. Curiosamente, este pollito no me sigue por todos lados. Por ejemplo cuando entro al baño, me espera afuera, pero cuando me pierde de vista, empieza a llamarme", describe.
Durante estos días de veraneo, la abogada ha salido a pasear por la orilla del mar con su gallo en brazos y bien tapado con un manto personalizado con pequeños gallos de adorno. Explica que debe cuidar su incipiente cresta del sol, porque cualquier exposición puede ocasionar costras difíciles de curar. El difunto Bombón, el anterior gallo de la pasión de María Cristina, padeció algunas heridas en su orgullo viril a causa del sol.
La abogada y Pimpollo llegaron el domingo 10 a relajarse al hotel viñamarino y planean regresar este martes o miércoles a su departamento en Providencia. "Mis vecinos nunca me han dicho nada por mis gallos. De hecho lo adoran, porque encuentran maravilloso oír el canto de un gallito entre tanto cemento. Con el primero, algunos creían que era el sonido de un celular y otros que era un timbre", explica.
Suavecitos
La etóloga Beatriz Zapata, directora de la Comisión de Bienestar Animal del Colegio Médico Veterinario, asegura que los gallos, al compartir una historia evolutiva con el humano, pueden ser utilizados como animales de compañía. Pueden llegar a ser unas excelentes mascotas si se tienen todos los cuidados. Recomienda criarlos en ambientes abiertos."Requieren una dieta equilibrada con pellet, y eso no se encuentra en los supermercados. Una dieta casera podría generar deficiencias nutricionales. Además, los gallos duermen perchados (en altura). También se revuelcan. Entonces sería bueno tenerles un baño de arena, similar al de los gatos, para que hagan sus baños de arena. Es un animal que puede ser perfectamente una buena compañía. Sus plumas son muy suaves, es dócil, te toma atención, se comunica y te sigue", explica.