Daniel "Huevo" Fuenzalida, conductor de "Me Late" y "Me Late Prime" de TV+ -y rostro histórico de programas juveniles- tiene una faceta oculta: es coleccionista de autos antiguos. "Tengo de los setenta y de los ochenta, varios". Prefiere no decir cuántos, pero uno de sus favoritos es un Fiat 125 Special del año 1971.
"Era un auto bien evolucionado para su época. Siempre lo quise por dos motivos: es histórico, lo usaba la comitiva del Presidente Allende, y cuando crecí siempre que tomaba un taxi o un colectivo era un Fiat 125. En los ochenta, estos autos hasta los corrían en el Pollo Stop o en las Vizcachas. Por eso siempre lo quise".
Hacerse con uno en buenas condiciones le tomó tiempo. Recién lo logró el 2014, tras buscar por años un modelo en estado óptimo. "Era de un coleccionista, tuve que llamarlo casi todos los días durante un año y medio para lograr que me lo vendiera. Me costó convencerlo y al final sólo lo hizo porque tenía dos iguales". ¿Por qué le costó tanto conseguir que se lo vendiera? "Es que a los que tenemos estos autos nos resulta súper difícil desprendernos; uno le pone trabajo y cariño a la restauración, entonces cuesta soltarlos".
Fuenzalida colecciona autos desde el 2012. "El primero fue un BMW E30 del año 84, ahí partió esta fiebre por tener algo que uno veía cuando era niño y no podía manejar". Se considera mega fanático de los autos desde la infancia. "De chico yo salía a la calle a andar en bicicleta sólo para ver autos", confiesa.
En el día a día, Fuenzalida no conduce un clásico, sino un BMW 330 del 2012. "Cumple el servicio cotidiano; es más cómodo, rápido, pero no me entusiasma tanto".
-¿Usted mismo los restaura?
-No soy muy bueno para maestrear, pero me involucro comprando repuestos, llevando las cosas al taller, pasándome el sábado entero ahí y relacionándome con los mecánicos. No me gusta lijar ni hacer cosas de mecánica, pero sí estar con los maestros y la gente que hace la pega.
-¿Cómo ha restaurado este Fiat?
-Le rebajé un poco la culata, tapiz y tablero, además de las típicas mantenciones. No le he hecho mayores cambios de piezas, porque siempre trato de mantener los autos en su estado original.
-¿Algún auto clásico que haya estado a un pelín de comprar?
-Hay algunos que son inalcanzables. Me gusta el Alfa Romeo Giuletta y el BMW 2002, pero están a cifras que son inalcanzables. Hay que sopesar el valor que uno está dispuesto a pagar por un auto, hay otras prioridades y siento que esos son más para mirarlos. Lo que sí, hice un esfuerzo porque siempre quise tener una Ford FI 00 del año 1956 y lo pude tener, me costó hartos años restaurarlo, y hace poco la estoy manejando.
-¿Prefiere clásico o moderno?
-Los clásicos. En el día a día ando en un auto más moderno, pero el moderno es un auto que se maneja más solo, lo encuentro más de plástico, más desechable. El clásico hay que saber manejarlo, saber cómo es la dirección y los frenos; tiene olor a cuero, bencina y tapiz, ese tipo de sensaciones están en los autos clásicos, no en los modernos.
-¿Cómo disfruta de sus autos?
-Me doy tiempo los fines de semana de conducirlos: mi panorama puede ser sólo salir a manejan Si no tenía que ir a algún taller, antes de la pandemia, mi ideal era darme una vuelta por Rancagua, Viña o el Lago Rapel, yendo por caminos que no son tradicionales.
-Además usted corrió carreras.
-Estuve corriendo en Codegua en la categoría Open Corsa OPC hasta el año antepasado y en los 90 corrí en Toyota Tercel, en karting y en cuarto de milla. En la radio me auspiciaba Coseche; conocí a uno de los gerentes que me invitó a correr y lo hice durante un año y medio, hasta que se suspendió por la pandemia. Lo pasé increíble desde el punto de vista deportivo y de la camaradería. Tuve buenos resultados, cuando hay triunfos de por medio, se pasa bien.