En Concepción, la ingeniera civil María José Varela (24), investigadora del Laboratorio de Materiales de la Universidad del Bio-Bío (LabMat), se acaba de adjudicar un Fondef VIU (Fondo de Fomento al Desarrollo Científico y Tecnológico/ Valorización de la Investigación en la Universidad) por su trabajo desarrollando un nuevo tipo de asfalto.
Se trata de un material al que se le adicionan metales, por lo que adquiere la capacidad de reparar por sí mismo las grietas que se generan en las carreteras por el uso.
Varela explica que, a la mezcla tradicional de asfalto, que se compone de áridos de diferentes tamaños más betún (o cemento asfáltico), se le suman residuos metálicos, los que obtienen de la siderúrgica CAP "En el trabajo de horno que se le da al acero se produce un residuo llamado polvo de horno y que contiene materiales ferrosos. Actualmente este residuo se guarda en los acopios de la siderúrgica, pero nosotros lo rescataríamos para añadirlo a la mezcla de nuestro asfalto", cuenta la investigadora.
¿Por qué es importante que la mezcla tenga metales? Debido al electromagnetismo, que es el responsable de la autoreparación del asfalto. Acá le explicamos por qué.
Actúa como un imán
"Las carreteras se deben construir con esta mezcla desde el principio. Tienen la misma apariencia que las convencionales, pero lo innovador ocurre cuando comienzan a agrietarse" por el uso y el constante paso de vehículos, cuenta la profesional. En ese momento, a través de una máquina le aplican electromagnetismo en la zona por reparar."Es como un imán. Esta máquina -que está en desarrollo- funciona bajo el mismo principio de las cocinas por inducción que tienen algunas casas: la inducción crea un campo electromagnético en una bobina que, a través de su magnetismo, transfiere energía solo a las piezas metálicas de la mezcla. Estas reciben la energía y se activan generando calor, el que al llegar a los 400 Celsius derrite el betún que se desplaza por la grieta y la rellena, generando la autoreparación", explica José Norambuena, doctor en ingeniería civil, posdoctorado en ingeniería en materiales y director del Laboratorio de Materiales de la Universidad del Biobío (LabMat).
Este asfalto no evitará las grietas, que se producen de forma normal por exceso de carga o por los azotes climáticos, pero sí ayudará a que las reparaciones sean más rápidas y fáciles. "Para tapar una grieta no será necesario aplicar una nueva mezcla, bastará con pasar la máquina y la grieta quedará sellada" detalla.
El académico cuenta que este nuevo material dura aproximadamente 30% más que el convencional. "El asfalto dura entre 15 a 20 años, pero con esta mezcla puede alargar su vida unos seis años más", afirma.
"Además nos permite hacernos cargo de los residuos generados por la siderúrgica, aportando a la recirculación de los materiales", añade María José Varela.
Experiencia europea
Manuel Meléndrez, licenciado en Química, posdoctorado en Materiales Híbridos y Nanocompuestos y académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Concepción, cuenta que los experimentos con asfaltos con fibras metálicas comenzaron en Europa, específicamente en Países Bajos, en el año 2010."Su uso luego se extendió y hay experiencias en España y Alemania", relata. Añade que este material es 25% más caro en su producción, "pero se ahorra al largo plazo, porque la reparación es mucho más barata".
La investigación chilena podría concluir en marzo de 2022.
