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Karla Rocha

Para Karla Rocha es una tradición instalarse en Maitencillo durante todo el verano. La hija de Gerardo Rocha, fallecido fundador de la Universidad Santo Tomás, aprovecha de descansar y administrar las 13 cabañas que tiene en la zona y las cinco de Lagunas de Zapallar. Aunque esta temporada estival, tras un largo encierro, le ha resultado diferente. "Valoro más lo que tengo y el solo hecho de estar en la playa, salgo a caminar y lo encuentro exquisito".

El permiso de vacaciones

Aunque en 2020 se preveía que este verano sería paliducho para el turismo, Rocha cuenta que apenas se anunció el permiso único de vacaciones la demanda se agigantó. "Llamó una avalancha de gente, en una semana tenía arrendado para toda la temporada". Decidió, a la vez, adoptar la política de devolución de dinero: si por razones de cuarentena o fases (del plan Paso a Paso) no se puede llegar a las cabañas, ella hace un reembolso. "Tuve que devolver varias reservas para Año Nuevo, tenía muchos arriendos de Santiago, y no pudieron llegar. Aunque vino gente de la Quinta Región a última hora y compensé, pero igual hubo cabañas que quedaron desocupadas".

El comportamiento de los arrendatarios este 2021 ha variado; ahora vienen por estadías más largas. "La gente arrendaba por cuatro noches las cabañas y ahora lo hace por dos semanas; las personas piden más días por la pandemia. A mí me acomoda muchísimo: es menos aseo, entrada y salida de gente".

Según Rocha, lo que más busca la gente que arrienda es llegar a un lugar en el que no tengan que usar el auto, y que quede al lado de la playa."Que las cabañas sean chicas o grandes ni les importa. La exigencia número uno es que se pueda ir caminando a la playa".

Sus cabañas tienen decoración marina. "Me gusta que la gente sienta que no está en Santiago, en un departamento frío, sino que en una cabaña entretenida con harto color.". También hay un jacuzzi que se comparte entre los arrendadores. ¿La atracción estrella de Maitencillo Norte? "Acá está la mejor feria artesanal de Chile".

Meses de arriendo

Por el coronavirus se le abrió una nueva veta en el negocio: arrendar sus cabañas de marzo a diciembre de corrido. "Es que con el teletrabajo mucha gente se vino a vivir a la playa. Es cómodo para mí, porque no tengo que preocuparme de la mantención ni del aseo, pero tiene su lado en contra de que de repente te las entregan en peores condiciones que como las pasaste, pero ante la incertidumbre de no saber cómo será el 2021, voy a hacerlo de nuevo este año".

Por ahora, dice que está cobrando poco por mes corrido, entre $200.000 a $400.000 por la temporada de marzo a diciembre. "Creo que las tengo demasiado baratas, quizás suba las tarifas, pero es más o menos eso el promedio, hay que pagar el mes de garantía eso sí".

-¿Da para vivir el rubro?
-Yo no vivo solamente de esto, pero tengo mucho valor agregado por plusvalía; compré en Maitencillo y Lagunas de Zapallar, que han subido muchísimo de precio desde que las compré hace nueve años. Tengo seis hijos, vivo en un barrio caro, creo que da para vivir en la medida que uno va creciendo; hoy me conviene crecer porque tengo suficiente demanda para cubrirlas.

-Si alguien le arrienda de marzo a diciembre, ¿puede instalar sus propios muebles?
-Sí, de hecho la gente lo hace, pero yo no les guardo los muebles, ellos tienen que hacerlo. Tengo un montón de llamadas perdidas de gente buscando de marzo a diciembre.

-¿Mucha gente gente busca arriendo a última hora?
-Eso siempre pasa, cuando dieron el anuncio del permiso de vacaciones fue una locura y la gente quiso reservar altiro. Pero los fines de semana siempre llama gente que anda paseando y que se quiere quedar.

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