La construcción de tres kilómetros más de ciclovía en Providencia, impulsada desde la Municipalidad con el apoyo del Ministerio de Transportes, abre el debate sobre la importancia de la convivencia vial entre ciclistas, peatones y residentes de los barrios donde se realizan las obras necesarias para ejecutar estas vías exclusivas para ciclos y que muchas veces implican sacrificar estacionamientos.
El nuevo proyecto recorrerá la avenida Suecia, desde la Costanera Andrés Bello hasta Pedro Lautaro Ferrer, en el límite con Ñuñoa, irá por la pista derecha de la calzada, contará con un sentido unidireccional y avanzará de norte a sur, tal como la calle.
Entre las organizaciones vecinales de Providencia existe consenso sobre la necesidad de contar con ciclovías.
"Por un lado, en épocas normales vienen alrededor dos millones y medio de personas a la comuna y, por otro, los vecinos de los edificios de este trazado tienen estacionamiento propio", sostiene Natacha Poblete, presidenta de la Unión Comunal de la Junta de Vecinos de Providencia.
Se produjo un problema específico con algunos vecinos de la avenida Ricardo Lyon, que alegaban que sus familiares y amigos no podían estacionar cerca cuando iban a visitarles, cuenta la dirigente.
"Entendimos su posición, pero no se podía dejar de ejecutar la ciclovía por las visitas; tendrán que estacionar un poco más lejos. Creemos que los estacionamientos tienen que estar en calles aledañas, no en las vías principales", dice Poblete.
Según Ricardo Hurtubia, magíster en ingeniería con mención en transporte y doctor en matemáticas de la École Polytechnique Fédérale de Lausanne (Suiza), si la ciclovía cumple con los estándares, los ciclistas van a preferir transitar por ella, antes que por la vereda, lo que reduce muchísimo la fricción con los peatones.
"No tiene por qué garantizárseles un espacio a los vecinos para que puedan estacionar sus visitas. Eso es un lujo no sostenible que la ciudad ya no se puede seguir dando", afirma Hurtubia, quien se desempeña como académico del departamento de Ingeniería de Transporte y Logística de la Universidad Católica.
De acuerdo con Poblete, es imperioso que peatones y automovilistas aprendan a convivir con los ciclistas, que en Providencia son cada vez más.
"En las ciudades del primer mundo siempre hay muchas ciclovías, tenerlas no es el problema. Sí creemos que es importante que se instalen más señaléticas en estas vías, por ejemplo, en la Eliodoro Yáñez sus usuarios las utilizan en ambos sentidos, tienen que tener más cuidado con el peatón. Eso es un problema de educación", añade Poblete.
Al hacer una ciclovía nueva, además, existe la posibilidad de que automovilistas opten por bajarse del auto, disminuyendo el uso de vehículos, la necesidad de estacionamientos y la congestión y, la sociedad, en su conjunto, se beneficia, sostiene Hurtubia.
Desde la municipalidad están convencidos que esta nueva vía exclusiva para ciclos contribuirá en forma positiva a la relación entre ciclistas y los vecinos de la comuna.
"Los ciclistas tendrán una senda separada y liberarán las veredas para las personas", añade precisa Gerardo Fercovic, ingeniero civil y jefe del departamento de Ingeniería de Tránsito de la Municipalidad de Providencia.
Los que desaparecen
Actualmente, en avenida Suecia existen puntos donde está permitido estacionar en la primera pista poniente, como ocurre al sur de Bilbao; otros en los cuales hay estacionamientos formales construidos en la acera, como ocurre en avenida Suecia al norte de calle Las Violetas, detalla Fercovic."También hay aparcaderos irregulares en las aceras, como en Suecia al sur de la calle El Vergel. En otras zonas está prohibido completamente estacionar, por ejemplo, entre las avenidas Pocuro y Bilbao", agrega.
Se eliminaron los parquímetros, pese a que todavía se puede aparcar porque el espacio se bloqueará dentro de las próximas semanas, detalla Fercovic.
"Cuando el proyecto esté plenamente operativo, terminando marzo, vamos a permitir solo de noche estacionar en la primera pista, del costado oriente, de avenida Suecia", dice el ingeniero.
"Dentro de la próximas semanas se bloqueará el acceso a los estacionamientos que existen en avenida Suecia con calle Las Violetas. Se ofreció al propietario del establecimiento comercial aledaño de esa esquina aparcaderos para carga y descarga por calle Las Violetas", precisa Fercovic.
José Miguel Fierro, dueño del supermercado Las Violetas, está en total desacuerdo con la construcción de la ciclovía y con la solución que la municipalidad le entregó para que puedan estacionar los camiones que le entregan mercadería.
"Considero que (la ciclovía) es una agresión a los residentes del sector. Dicen que me entregarán un área exclusiva para la carga y descarga, pero que eliminarán los estacionamientos que están al frente del local que fueron dados hace muchos años para resolver el problema de que los proveedores pudieran bajar su mercadería y que las personas pudieran llegar a este local. Si se cierran los estacionamientos y además se instala una ciclovía, en una calle donde ya hay taco, hay que imaginarse qué pasará si se le quita un metro a dos pistas. Este es un proyecto antojadizo", afirma Fierro.
"No tiene sentido hacer una ciclovía en una calle extremadamente angosta. Van a generarse accidentes, los automovilistas se estacionarán en doble fila para bajarse a comprar y el espacio que me destinarán para cargar y descargar la mercadería lo ocupa cualquiera porque no hay ningún control", declara Fierro.
Se acordó poner un semáforo en calle Bustos este año o a comienzos del próximo. También se reubicó la estación de bicicletas públicas de la misma calle.
"En cuanto al edificio ubicado en la esquina de la calle El Vergel, la propietaria única del inmueble manifestó su total acuerdo con el proyecto y el responsable de la casa de reposo Traiguén accedió a estacionar al interior del recinto, ya que lo que antes hacía era una infracción", dice Fercovic.