Salvador Reyes, peruano, 28 años, todos los fines de mes religiosamente le hace una transferencia de dinero su madre que vive en Lima. Hasta hace poco tiempo iba a calle Catedral y hacía la cola en una de las empresas de envíos de dinero, pero ahora digitalizó la tarea.
"Perdía mucho tiempo esperando, era entretenido porque uno conversaba y conocía gente, pero con el celular lo hago donde quiera y cuando quiera, es mucho más cómodo", cuenta.
Como Reyes, hay un incipiente número de inmigrantes que se están pasando del canal presencial para hacer las remesas al digital, un nicho emergente que ya han detectado varias empresas del mercado. Una de ellas es Transbank, que acaba de lanzar Transfiere, una plataforma digital que permite transferir dinero Argentina, Brasil, Estados Unidos, México, Paraguay, Colombia y Perú. A estos dos últimos países llegaron en diciembre.
"Hay un millón y medio de inmigrantes que tienen esta necesidad y con pandemia requerían de una solución que no los expusiera. Antes muchos viajaban dos veces al año, pero en 2020 no pudieron hacerlo. Nosotros vimos esta necesidad y sacamos esta solución que tiene nuestro respaldo en seguridad", cuenta Paola Ledezma, gerenta de la división de productos e innovación de Transbank.
"La plataforma, que fue desarrollada mediante una alianza con Remitex, una fintech argentina, se puede operar desde su sitio web o usar nuestra billetera digital Onepay -en la que se enrola una tarjeta de crédito o de débito- y operar desde el celular con la aplicación", agrega la ejecutiva.
Según explica, se cobra una comisión de 4,95% del monto del envío y el monto le llega a la persona de destino en su moneda si así lo desea.
Locura del 10%
En Chile durante 2019, la última data disponible del Banco Central, se enviaron al exterior US$I .919 millones, repartidos principalmente entre Colombia (29,6%), Perú (21,5%), Haití (15%) y Bolivia (7,2%), como se muestra en la tabla. Venezuela no aparece, pese a que es importante, porque la información del Central se hace en base los datos de empresas del giro que operan en el mercado formal, y en dicho país la solución que más se usa es informal.Otra empresa del rubro que opera 100% en digital es Globa166.
"Es un nicho en expansión. Nosotros partimos hace dos años y hoy movemos US$400 millones. Como somos digitales, no gastamos en arriendos y eso nos permite ofrecer comisiones que en promedio son de 2,5%, porcentaje que baja en la medida que sube el monto de la transferencia", explica Tomás Bercovich, cofundador y CEO de Globa166.com.
La digitalización está creciendo, pero predomina la opción presencial.
"Al cliente final le gusta llevar el dinero en efectivo, porque por lo general se relacionan con agentes que son de su nacionalidad. Por ejemplo, al haitiano le gusta atenderse con sus connacionales por el idioma y porque además piensa que la plata puede volan El colombiano y el peruano también prefieren el mundo físico", cuenta Octavio Masafierro, gerente comercial de More Chile, otra empresa del rubro.
"En todo caso, la vía digital está en expansión", agrega.
El año pasado se incrementaron los envíos debido a la situación sanitaria de los países de destino, que en muchos casos paró completamente la economía, pero también por el retiro del 10%.
"Fue una locura, en agosto y diciembre se dieron los peaks, sobre todo en diciembre, en que el 10% se sumó a la Navidad. Todos nuestros presupuestos se quedaron cortos", señala Masaflerro.
Los montos más recurrentes de las transferencias de van entre los $50.000 y los $200.000, a diferencia de las que se hacen por los bancos, que apuntan a cifras mucho mayores y a otro target.
De acuerdo a cifras de More Chile presentadas en 2019 en un seminario sobre el tema, la remesa individual promedio más elevada es la de los colombianos, con US$ 416 ( $314.080 al dólar de este lunes); le siguen brasileños, con US$317 ($239.335); luego vienen los bolivianos, con US$223 ($168.365); los peruanos, con US$175 ($132.125), luego los dominicanos, con US$151 ($117.025) y los haitianos con US$109 ($82.295).
El porcentaje del sueldo que envían es importante y esto se incrementa si el inmigrante está solo en Chile. "Si el peruano tiene familia allá, envía mínimo el 50% de sus ingresos y ese porcentaje sube hasta el 90% en muchos casos. Si ya se casó en Chile, le sigue enviando a su madre. Las fechas de envío son a fin de mes", explica Ernesto Surgo, director de la Asociación de trujillanos residentes en Chile.
El caso venezolano
El caso de las remesas venezolanas es diferente al del resto de los inmigrantes de Latinoamérica, no sólo por la vía que usan, sino por la periodicidad."Se usan compañías privadas y acuerdos entre personas, más que medios convencionales", explica Rojas, presidenta de la Asociación Venezolana en Chile (Asoven Chile). La periodicidad es mayor que la de otros orígenes.
"Lo hacemos cada 1 5 días por la devaluación de la moneda", explica Rojas.
"Hace un tiempo ya que por eso mismos estamos enviando bienes, artículos de uso personal, como ropa alimentos no perecibles y remedios", explica.