Iker (de origen vasco que significa portador de buenas noticias), el tercer hijo de Mariela Sotomayor, panelista de "Me late", nació a las 36 semanas el jueves 7 a las 19:42 horas. Con boleros de Luis Miguel de fondo, el pequeño pesó 2 kilos 660 gramos tras una cirugía programada luego de que a la periodista le detectaran acretismo placentario (invasión anormal del trofoblasto al miometrio).
"Hace un mes y medio mi ginecólogo me hizo una ecografía y se dio cuenta de esta patología, que significa que la placenta comienza a irrumpir en el útero, entonces esto provoca una hemorragia en el parto", cuenta Sotomayor, que este lunes fue dada de alta. "A partir de ahí tuve que parar de moverme tanto para evitar un sangramiento, aunque fue difícil estar en cama porque tengo dos hijos más (Luciana, de 8, y Felipe, de 5 años)", dice. Y agrega que a raíz de eso programaron su cesárea.
La periodista admite que "tuve mucho miedo de morir porque mi cirugía implicaba un riesgo mayor, fue un procedimiento de hemodinamia en la que me pusieron unos balones para cortar el flujo de sangre hacia el útero. Participaron radiólogos y urólogos más el ginecólogo, fue un equipo multidisciplinario. Duró cinco horas. Fue tremendo".
Dado que la placenta había llegado hasta su vejiga, se tuvo que ir con una sonda a la casa, con la que deberá estar 12 días.
-¿Va a tener alguna secuela?
-Me sacaron el útero, las trompas y yo ya no puedo tener más hijos, pero tampoco estaba dentro de mis planes. Con este grado de complejidad sería irresponsable de mi parte. Gracias a Dios salió todo bien, pero fue una cirugía tremendamente larga. Desde enero hasta la cirugía lo único que hice fue llorar.
-¿Por qué?
-He llorado mucho porque sabía que esto era riesgoso. Mis niños me preguntaban si iba a volver altiro después de la clínica y yo les decía que sí, pero sabía que no era algo sencillo. Ahí uno entiende el amor de madre y cómo te aferras a la vida por tus hijos. Lo único que me importaba era no dejarlos. Ese día (de la operación) llegué súper tranquila y con harta fe. Los doctores se portaron excelente, porque independiente de que sean buenos profesionales, sentí que empatizaron mucho conmigo y yo también entendí que lo que ellos estaban haciendo era algo muy delicado.
-¿Y por qué eligió escuchar a Luis Miguel?
-Yo me pongo muy nerviosa y eso hace que suba la presión, entonces busqué la forma de estar en paz. Yo escuchaba "Por debajo de la mesa" mientras ellos hacían su trabajo.
-¿Iker debió estar en incubadora?
-No, fíjate porque desde 37 semanas en adelante una guagua se considera de término y él nació de 36 con dos días. Sí hubo que observarlo, pero afortunadamente está 100% sanito. Por ser prematuro tengo que ir a los 3 días a control y no a los 10 como se acostumbra.
Su gineco obstetra, Octavio Torres, quien trabaja en Clínica Indisa y en el Hospital San Borja Arriarán y además es docente de la Universidad de Chile, explica que "la placenta normalmente está dentro del útero, pero pegada al endometrio. Cuando sale la guagua, uno saca la placenta de forma normal porque está adherida superficialmente". "La placenta acreta es cuando el tejido placentario penetra al miometrio, o sea, al músculo uterino. Mariela tenía la placenta previa oclusiva total y la placenta percreta, que atraviesa toda la pared uterina. Cuando ocurre eso existe la posibilidad de que se produzca en cualquier momento una hemorragia", advierte.
-¿Es común, doctor?
-Afortunadamente no es muy frecuente porque es un cuadro que puede ser mortal si no están las condiciones para ser tratado oportunamente. En la década del 50 había un caso por 30.000 partos, en la década del 2000 3 casos por 1000. Es más frecuente cuando hay cesáreas previas o miomas uterinos.