En Colombia se tira una chata, una falda a o un lomo de aguja a la parrilla. Así le llaman allá a los cortes de carne de vacuno que en Chile conocemos como lomo liso, tapa barriga y huachalomo, respectivamente (ver cuadro ).
Esos cortes y otros tantos más -rotulados eso sí como los bautizamos en Chile- comenzaron a verse la última semana de diciembre en las vitrinas de algunas grandes cadenas de carnicerías, como Doña Carne. Así se marcó el debut de la carne colombiana en nuestro país, luego de que en octubre de 2020 se levantaran las restricciones de importación. Estas se habían suspendido en 2017, tras verificarse un foco de fiebre aftosa en ese país.
"Como resultado de una extensa evaluación de la condición sanitaria de Colombia, de las medidas tomadas por la autoridad sanitaria colombiana luego de declararse los brotes durante el año 2017, la condición de país libre de fiebre aftosa con vacunación fue reconocida internacionalmente este año", cuenta Marta Rojas, jefa (s) de la división de protección pecuaria del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
De esta forma se suma al abanico de carne importada que se vende en Chile. El país líder es Paraguay, con envíos de 87.933.424 kilos entre enero y noviembre de 2020. Le sigue Brasil con la internación de 79.212.774 kilos en el mismo periodo. De Argentina han llegado 29.132.381 kilos en ese lapso. También se importa en menor escala desde Estados Unidos y Uruguay, según los últimos datos de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias.
La importadora Athena Foods, empresa de Minerva Foods, una de las grandes exportadoras de carne bovina de Sudamérica, fue la que trajo un contendor de esta carne colombiana que logró ofrecerse para las cena de fin de año, con precios muy parecidos a los cortes nacionales y el resto de los importados.
"Esta carne llega a diversificar la oferta y le da más empuje al mercado desde el punto de vista competitivo, porque el 60% de la carne que nosotros vendemos es importada y esta mayor oferta podría en el futuro ayudar a los precios", dice Cristóbal Cabezas, gerente comercial de Doña Carne.
En el poco tiempo que lleva en la cadena ha tenido bastante buenos resultados.
"No tiene nada qué envidiarle a la carne brasileña", asegura Cabezas.
Para hacerse una idea, el kilo de lomo liso de la carne colombiana se ofreció la semana pasada a 8.998 pesos.
Nicolás Giménez Irún, gerente comercial de Athena Foods, argumenta por qué como importadores se la jugaron por traer carne colombiana a Chile.
"Por la madurez del mercado en lo que refiere a padrones y costumbres de consumo. Es un mercado con consumo mayoritario de carne importada y con un índice de consumo de carne bovina per cápita ubicado entre los más altos del mundo", asegura.
-¿Qué características tiene la carne colombiana respecto de las que se producen en la región: brasileña, paraguaya o argentina?
-La carne colombiana proviene de animales de raza Brahman (correspondiente a cebú, el mismo animal que se cría en Brasil y Paraguay) con mezclas de razas británicas, lo que genera una excelente coloración de la carne y la grasa, además de piezas de buen peso y presentación gracias al tamaño de las carcasas, las que provienen mayormente de animales jóvenes.
-¿Ofrecen cortes que no se conocen en Chile?
-Son cortes que aún no se consumen de forma masiva en Chile, y por ello vemos una muy buena oportunidad para diversificar la producción. Se trata de los cortes punta de ganso o picaña, la tapabarriga o vacío y los intercostales o rib fingers, los que tienen diversas opciones de uso, tanto para la parrilla, el horno y la cacerola.
-¿Es una carne competitiva en precio?
-Es un producto de alta calidad y con un precio dentro de los rangos de las mejores carnes importadas para consumo masivo.
