Mauro Olivi reconoce que lo suyo es emprender en los negocios. Luego de dejar el fútbol tuvo una empresa de representación de jugadores llamada Global Sports, pero prefirió no seguir en una actividad que, a su juicio, es mal mirada. Desde ahí priorizó sus actividades ganaderas, siguió controlando a la distancia la distribuidora de bebidas alcohólicas Los Amigos que montó en Chile y, este lunes, abrirá un restobar en Santa Rosa, capital de La Pampa.
-¿Con tanta actividad hay tiempo para la familia?
-Acá están mis viejos, Jorge y Mónica, y también mi hijo Benjamín, que ya tiene 15 años. Siempre hay tiempo para ellos. Claro que el año pasado viví el momento más doloroso de mi vida.
-¿Qué le pasó?
-Nunca había estado tan lejos de un hijo. Antes, cuando vivía en Chile, estaba lejos de mi hijo Benjamín, pero no pasaban más de uno o dos meses sin verlo. Además que, siempre que podía, sobre todo cuando estaba en Audax, me arrancaba a Argentina. Pero con la pandemia fue distinto y la pasé muy mal.
-¿Por qué?
-Porque no pude estar cerca de mi pequeño hijo ítalo (3), quien está en Santiago con su madre (Dagmar Detzel). Y fue terrible no verlo casi 10 meses. Eso me tuvo destrozado. Claro que existe la comunicación con las nuevas tecnologías, pero cada vez que hablaba veía que no me entendía las cosas que le decía. No estar viéndolo crecer es duro para uno como padre.
-¿Todavía no lo ve?
-Por fortuna logré viajar en diciembre a Chile y pude estar con ítalo. Fue un encuentro increíble. Él había estado en Argentina o yo lo iba a ver, pero con todo este tema de la pandemia se hacía imposible viajar. Por suerte pude estar con él y eso me devolvió el alma el cuerpo. Así que acá tiene sus caballos para venir a jugar.
-¿En la actualidad está solo?
-Uno nunca está solo, rey. No tengo novia. Además que no hay mucho tiempo porque estoy metido con los temas del campo. Mi madre me dice: '¿Quién te va a aguantar?'. Así que por ahora estoy concentrado en mi trabajo. A veces estoy solo en casa y me invitan pero no tengo tiempo. Solamente para mis hijos. Incluso tengo un par de lugares para salir por acá, pero quizás, por ahí, salgo un fin de semana. Pero ahora viene el tema del restobar, así que estoy tranqui.