En tiempos donde hacer periodismo en Chile era peligroso, Manola Robles Delgado se transformó en una voz emblemática. Durante los años 80, desde radio Cooperativa y en plena dictadura, la periodista contrastaba versiones oficiales de forma incisiva, cubriendo entre otros hitos las masivas jornadas de protestas, la venida del Papa Juan Pablo ll en 1987, el plebiscito de 1988 0 la elección presidencial de 1989. Ninguno de sus reportes fue alguna vez desmentido.
Parte de su labor, enmarcada en periodos difíciles del país, resultó recordada este domingo bajo contextos definitivos. Tras combatir más de un año con un cáncer pulmonar, la profesional falleció en Santiago. El primero de noviembre pasado había cumplido 72 años.
"Con profundo dolor, les comparto que mi madre ha partido. Su lucha con el cáncer ha sido tan aguerrida como su propia historia. Miró de frente a la muerte, no se rindió, trabajó, vivió y nos amamos hasta el último segundo posible", confirmó a través de Twitter Francisca Rivera, hija de la periodista. "Descansa, por fin, en paz. Te amaremos por siempre", continuó ella.
Poseedora de numerosos reconocimientos a su trabajo periodístico, como el ll Premio Latinoamericano de Periodismo (1988) o la distinción como Personaje Radial Archi (1999), Manola Robles se desempeñó en medios nacionales e internacionales. Estuvo en las radios Agricultura y Chilena, fue parte de "Fortín Mapocho", colaboró con la agencia informativa EFE y el medio español "Ya", aunque sin duda alguna su estancia en Cooperativa, lugar donde permaneció por cuatro décadas, marcó su trayectoria.
"Ella trabajó en tiempos donde existía terrorismo de Estado en Chile, donde se atacaba cualquier tipo de oposición a través del miedo, la amenaza, el amedrentamiento y de acciones reales. Ella fue muy valiente, una colega muy profesional y una gran amiga", establece Sergio Campos, colega de Manola en Cooperativa, quien además la despidió en su ley. Fue él quien preparó la nota obituaria de su ex compañera.
-¿Cómo la va a recordar, don Sergio?
-Recuerdo nuestros almuerzos y las onces en los 80. Compartíamos mucho en ese tiempo. Ella estaba en todas las ediciones del noticiario, después condujo uno y hasta su muerte era editora de las columnas de opinión en el sitio de Cooperativa. Por eso siempre seguíamos en contacto.
El periodista Alfredo Lamadrid fue compañero de clase de Manola en la Universidad de Chile. "Hizo una carrera brillante, yo la admiraba mucho, fue un honor compartir con ella. Era una apasionada por la radio y tuvo la valentía de estar trabajando en un medio de oposición, como era Cooperativa, durante la dictadura. Fue un emblema... cuando a mí me preguntaban de qué curso era yo, contestaba que era del curso de la Manola Robles". "Yo la considero un estandarte del periodismo, desarrolló su carrera en contextos muy complicados. Era extraordinaria periodista, muy abnegada y así va a ser recordada", aporta Fernando Alarcón, otro compañero de curso de la profesional.