El último partido de Nery Veloso en Primera división había sido el 6 de mayo del 2017, en el arco de Wanderers, en la caída 3-0 ante Audax Italiano, en La Florida. Luego entrenó solo, sin club, un año y diez meses, cerca de Quillón, donde se radicó con su familia. Felipe Cornejo, técnico de Independiente de Cauquenes, lo rescató recién en 2019 para que jugara por San Marcos de Arica en la Segunda división, la tercera categoría del fútbol chileno. El martes pasado entró de urgencia en el arco de Palestino, casi cuatro años después de haber dejado la serie principal del torneo chileno.
"Mi señora, Nicole, lloró. Ella, mis padres y mis hijos supieron por todo lo que pasé en estos cuatro años. Hubo muchos sentimientos encontrados. Para cualquiera pudo ser un partido normal, pero para mí no. Quería llorar porque luché, remé, trabajé en silencio y en soledad hasta que se abriera una puerta. Mi hija, Antonella (9) es más grande y se da cuenta mejor de las cosas. El más chico, Facundo (4), preguntaba qué hace mi papá en la tele. Cuando llegué a verlo me dijo que yo estaba en la tele. Le tuve que explicar que juego en otro club y estoy muy feliz", cuenta.
Veloso, con 33 años, llegó a Palestino para reemplazar a Cristián Guerra, arquero suplente que sufrió una fractura nasal. El martes, ante Universidad Católica, debió suplir a Federico Lanzillota, portero titular que, a los nueve minutos, recibió de Fernando Zampedri un rodillazo en la cara. Sufrió fracturas dentales y en el macizo facial. Su lugar fue ocupado por Nery, quien terminó siendo una de las figuras árabes en el triunfo 3-2 sobre los cruzados.
El arquero se radicó hace seis años en Quillón, comuna de la región del Ñuble, donde se compró una parcela. Eso le dio una tranquilidad familiar incomparable, según explicó, aunque ha debido llevar a su esposa e hijos hasta Arica. Pronto los regresará a Santiago.
Dice que en el Tino se encontró con un grupo espectacular. "Me sorprende la humildad de Carlos Villanueva, Luis Jiménez y César Cortés. Son unos caballeros y el cuerpo técnico de José Luis Sierra te da una confianza tremenda. Te dicen quién eres", confiesa.
"Estoy feliz, muy feliz, y agradecido de un club que volvió a creer en mí. Me radiqué en Quillón, al lado de Chillán y allá me mantuve entrenando solo, en una academia llamada Adulto Pro, con un profesor de arqueros, y también en Independiente de Cauquenes. Todos ellos creyeron en mí. Les decía que no importaba el tiempo, que iba a volver y ahora nadie imagina la felicidad de todas esas personas que me vieron jugar otra vez en Primera división", relata.
Nery Veloso fue tercero del mundo Sub 20 en Canadá 2007, con Alexis Sánchez y Gary Medel, elegido mejor arquero del campeonato 2008 y campeón con Huachipato en el Clausura 2012. "Jugué toda mi vida en Primera división y tuve que retroceder a la Segunda división y la Primera B para volver a esto. Cuando me llamaron de Palestino les dije sí de inmediato, porque anhelaba algo así. En la vida uno debe sacar lo positivo de cuando nada te resulta. Recuerdo cuando estaba en el éxito, pongo muchas cosas en la balanza y se aprende. Me aferré a la gente que creyó en mí. En un año y diez meses sin club muchos pueden creer que uno ya no vuelve", reflexiona.
"La clave para el retorno fue Felipe Cornejo, me vio entrenando en Cauquenes y me llevó a Arica. Se la jugó por mí y fui el mejor arquero del campeonato de Segunda el 2019. En lo emocional, siempre estuve firme y en lo económico nunca me faltó nada. Ahora soy más precavido, no vivo en el mundo de Bilz y Pap y velo por mis necesidades. Afuera del fútbol uno pasa a ser una persona normal. En Palestino firmé hasta el final del torneo, pero mi convicción es quedarme. Me mato entrenando y me hace feliz que mis hijos vean a su papá jugar otra vez en Primera división", relata Veloso.