La vio y se flechó, y desde ese 11 de marzo de 2015 nunca más se separaron, cuenta Pablo Contreras. Él andaba de sombrero, bien ondero. Perfumado a morir. Se sentó a la mesa en un restorán de BordeRío y fue ahí cuando su amiga Carolina Hernández le presentó a Elizabeth Perasic. Contreras la miró a los ojos. Algo le recorrió el cuerpo en ese momento. Cenaron. Rieron. La historia comenzó.
"Vamos a cumplir seis años de relación", dice el futbolista de 42 años y cuenta que se armó de valentía y le pidió matrimonio a la enfermera, pero lo hizo delante de toda la familia, para que no quedaran dudas.
Contreras quería casarse el 14 de febrero, pero se impuso la opción de Elizabeth del 11 de marzo, cuando se conocieron.
"Llevo casi 10 años separado, así es que en Navidad, ante la familia de la Eli, hablé con sus papás, sus dos hijas, Vicente, mi hijo. Matías, de España, ya sabe, tengo el sí de ellos, de mi familia, hermanos, y quisimos compartirlo en las redes sociales para que lo vieran nuestros cercanos", dice el defensa central, que subió a Instagram un video donde le pide matrimonio a Elizabeth.
En medio de todas estas ganas de formar hogar, hay un pequeño gran detalle: ambos aún no consiguen divorciarse.
"Será un matrimonio simbólico, no más de 1 5 personas en una terraza"; dice el ex capitán de Colo Colo. "Quiero vivir con ella, lo planeamos, le entregué el anillo de compromiso", agrega.
"Dentro de las complejidades, el 8 de abril tengo una audiencia de divorcio por Zoom con Loreto, que está en España", apunta sobre su situación legal.
-Apenas les salga el divorcio, tendremos casorio.
-Sí, sí. Se resuelve el tema y el de ella también.
-Tan enamorado, oiga.
-Estoy feliz. Me gusta mirarla cuando ella lee un libro o mirarla cuando ella me tejía. Por su trabajo y porque debe estar con sus hijas, nos distanciamos dos o tres días y se me hace complejo dormir. Eli hace curaciones, va a Peumo. Trabaja en una empresa de insumos médicos que reparte en diferentes Cesfam, Yo la acompaño, la espero.
-¿Recuerda BordeRío?
-Eli me gustó enseguida.
-Su amiga intuía que podía haber onda, entonces.
-Sí, fue como una cita a ciegas. Si mal no recuerdo llegué un poquito más tarde de lo habitual y me la encontré...
-Y dijo ¡wow!
-Sí, tiré el anzuelo y picó, como dice el pescador, jajá.
-Uno sabe cuando hay química.
-Yo venía de mi separación, en un tema medio complejo, pero hubo una conexión de inmediato, terminamos bastante tarde esa noche. No aconteció nada fuera de lo común, pero sí me atreví a darle un beso.
-¿Y se oyó una bofetada?
-Para nada, jajá. Fue un flechazo a full, el tipo de mujer que me gusta. De ahí estuvimos como tres semanas sin vernos, por el tema de los hijos, hablamos por WhatsApp y cuando nos pudimos ver retomamos lo que en definitiva fue nuestra relación.
-¿En qué consiste ese casamiento simbólico?
-Con medidas de seguridad, nuestras familias son cortísimas y no sé si llegaríamos a 15 personas, y uno que otro amigo. Una terraza puede ser en la casa de los papás de la Eli en Peñalolén, espacio libre. Que me disculpe (el suegro), pero se la estoy pidiendo ahora, jajá.
-No habrá oficial civil. ¿Cómo sellará el compromiso?
-Que estén presentes los padres de ella, mi hermana, mi hermano y mi hijo. Me cuesta hacer manifiestos, no hay juez ni alguien que nos case, pero apelo a la buena disposición de su familia.
-¿Está enamorado?
-Sí, lo estoy, son seis años. A veces la convivencia se hace compleja, pero ella es un complemento.
-A los 42 se ama diferente.
-Claro, quiero que este proyecto de vida perdure para siempre.
-¿Cómo era el amor a los 20?
-Cuando tenía 20 o 30 me gustaba salir en mi día libre, ahora me gusta ir a cenar con ella, compartir películas en la casa, conversar.
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Me encantann