-->

Escribe y presiona enter

On
Nelson Tapia lleva siete años con Katherine

Los pergaminos de Nelson Tapia como jugador no son pocos. Disputó 73 partidos por la Roja, dos Copas América, tres eliminatorias, un Mundial adulto y, por si fuera poco, es medallista olímpico en Sydney 2000. Todo esto aparte de los títulos nacionales conseguidos defendiendo a Universidad Católica y Cobreloa y de haber jugado en clubes de Argentina, Brasil y Colombia. Sin embargo, el propio deportista sorprende al reconocer que "no siento que haya sido un gran arquero".

-¿Cómo es eso?
-Nunca me creí el cuento ni me creo Nelson Tapia por la vida (ríe). Siento sí que supe aprovechar las oportunidades que me dio mi carrera. Pero no creo ser tan bueno comparados con tipos como Juanito Olivares, Mario Osbén, óscar Wirth, Roberto Rojas, Marco Cornez, Patricio Toledo o Claudio Bravo, a quienes pude ver jugar. Ellos han sido arquerazos. Incluso en mi tesis para ser entrenador en INAF postulé que existe un perfil muy definido de arquero chileno. Y que Claudio Bravo representa lo mejor de ese perfil, que es la suma de las cualidades de esos grandes arqueros.

-Usted fue al Mundial de 1998 y nadie olvida el gol que le hizo el austríaco Ivica Vastic en el último minuto y que impidió el triunfo de Chile. ¿Siente que tuvo que ver con que ese día usó camiseta verde, que se supone es mufa entre los arqueros?
-(Ríe) Confieso que, cuando supe que la camiseta alternativa que llevaba al Mundial era verde, rogué que la cambiaran. Pero el auspiciador de la Selección mandó a hacer como 12 y no hubo caso. El día antes del partido con Austria, cuando supe que iría con esa camiseta, estaba muy inquieto. Pero vamos, el remate de Vastic no lo atajaba nadie. Muchos critican que me quedé parado, pero ni volando llegaba. Además, con los años se murió esa mufa. Claudio Bravo fue doble campeón de la Copa América jugando de verde. Incluso me llamó para decirme que ya no me mortificara, que se había matado la mufa.

-Usted tiene buena onda con varios jugadores actuales. ¿También mantiene a sus amigos de cuando jugaba?
-Sí, por suerte. De esa Selección de 1998, por ejemplo, mantengo contacto con Piri Parraguez, con Marcelo Salas, con Iván Zamorano.

-Usted, entonces, era de los dos grupos de esa Selección.
-Tipazos los dos. Los estimo harto y nos saludamos para cumpleaños o celebraciones. De hecho, cuando nacieron mis gemelos hace cuatro años, pensé ponerles como nombres Iván y Marcelo. Pero desistí porque pensé que iban a pasar peleando (ríe).

-Tiene hijos pequeños. ¿Qué siente al haber sido de nuevo papá a los 50 años?
-Uff, fue una sorpresa para mi pareja, Katherine, y para mí. Y más cuando nos dijeron que eran dos. Ha sido una experiencia maravillosa pero algo extraña porque tengo una nieta de la misma edad de León y Manuel.

-A ver. Vamos con calma. ¿Cuál es el mapa de su descendencia?
-De mi primer matrimonio tengo cuatro hijos grandes: Joao (34), Geraldine (31), Francisca (25) y Antonia (19). Geraldine me dio dos nietos: Máximo y Amelia, a la que aún no conozco porque nació el año pasado y no he podido ir a Chile. Joao tuvo a la Ju, así le digo a mi Ju, que es la que tiene cuatro años.

-Ya. No los ve mucho a ellos, por lo cual su vida familiar la hace completamente con su actual pareja.
-Así es. Con Katherine llevamos siete años juntos. Ella también es de Molina. Desde que está conmigo me ha acompañado en todas, incluso en las malas, así que hoy por fin siento que le estoy dando cierta estabilidad con mi trabajo. Estoy contento con lo que me toca vivir ahora.

-Siente que en Ecuador tuvo el apoyo y la confianza que no le dieron en Chile.
-Sí, me siento muy respaldado acá. Incluso antes de ascender a la segunda división me renovaron contrato en Guayaquil Sport hasta 2023. Y varios clubes me mandaron mensajes para conversar. Igual, todo lo que hice antes en Chile yo lo valoro como experiencia. En un momento dirigí la sub 9 de Universidad Católica, ganaba poco y muchos decían que yo estaba para desafíos mayores por toda la experiencia que traía como jugador.

-Es cierto. Usted podría incluso haber estado en algún staff técnico de la Selección como preparador de arqueros.
-Lo intenté varias veces. A instancias de Luis Bonini, le mandé mi currículo a Marcelo Bielsa, pero no pasó nada. También se lo mandé a Harold Mayne-Nicholls cuando era presidente de la ANFP y luego a Luis Ahumada, cuando asumió como jefe técnico de las selecciones menores. Ninguno me contestó. Solo Miguel Ponce, cuando dirigió la selección Sub 17 en el Mundial de 201 5, me llamó para integrar su staff . El resto, nada.

Click para comentar