A orillas del canal de Chacao, en la isla de Chiloé, Patricio Oñate registró un video en Facebook usando códigos testimoniales. "Estoy emocionado, apenado, pero tengo fuerzas", inició el ex reportero de Canal 13, asiduo a coberturas futboleras en los 90 y rostro de programas como "Gigantes con Vivi", frente al predicamento que lo embargaba: su pareja desde hace 12 años, María Cecilia Briceño, partía en dirección a Santiago para tratarse un cáncer. Lo que vino luego en la grabación fue un desahogo.
"Es muy maldito el cáncer, no perdona... Es muy desagradable si no se detecta a tiempo, es como un león, ataca... Yo he visto la lucha que ha librado María Cecilia, es una guerrera", continuóél bien emocionado, en el registro de 11 minutos donde fustigó además la nula presencia oncológica en Chiloé y la obligación de viajar a otras ciudades, por parte de los pacientes chilotes, cuando ellos enfrentan enfermedades complejas.
"Fue como una catarsis para mí ese video, fue un cúmulo de cosas que tenía guardadas y que quise decir, no quería llamar la atención, sólo fue un desahogo porque estaba emocionalmente muy acumulado", relata Oñate desde su casa en Rilán, distante a 15 kilómetros de Castro, lugar donde vive hace 6 años. "El video lo hice después de dejar a mi pareja y a mis dos hijos (Nicolás y Clemente, de 8 y 5 años) en el trasbordador que cruza al continente. Por eso también me emocioné. Mi mujer está en un tratamiento en la Fundación Arturo López Pérez, en Santiago, va a iniciar una serie de procedimientos", sigue.
-¿Qué tiene su esposa, Patricio?
-Ella se había ido a fines de octubre para operarse un tumor que le apareció detrás de la oreja. Tenía una glándula comprometida, la misma que le afectó al ex entrenador de Barcelona, Tito Vilanova (glándula parótida). No había podido ir antes por todo el tema de la pandemia, porque todo el sistema de salud colapsó un poco. Y bueno, ella se había ido con mis hijos a Santiago, había estado todo ese tiempo allá tratándose y llegaron acá a Chiloé recién el 2 de enero. Entretanto empezamos a esperar una biopsia, que es lo más trágico, y el 14 de enero nos informaron que seguía el ganglio comprometido y que había que agilizar el tratamiento de radioterapia en Santiago de manera urgente. Tuvimos que despedirnos, estuvieron poco acá, hay que seguir luchando nomás. Ella es una verdadera luchadora.
Según relata Patricio, la enfermedad no es extraña para su pareja. Tras quimioterapias había superado un cáncer de mama en 2013, que fue además uno de los motores para que dejaran su rutina en Santiago y se establecieran en Chiloé. Querían ganar tranquilidad y mejorar su calidad de vida.
"María Cecilia es muy fuerte, es de hierro, una persona que no se dobla y que sigue adelante. No dudo que está afectada, pero ella sigue positiva, que es lo importante... Uno nunca está preparado. Te cae la bomba y te afecta, es como recibir un combo al mentón. Pero como te digo, hay que seguir".
-¿Cómo lo van a hacer ahora: va a viajar con su esposa o usted se queda allá?
-No he podido viajar aún, yo tengo trabajo acá en la Municipalidad de Castro, a quienes agradezco públicamente por darme la oportunidad de hacer lo que me gusta. Además de eso, nosotros en la casa tenemos animales que hay que alimentar y cuidan María Cecilia quería que me quedara viendo todo lo referente a la casa. Ella y mis chiquititos estarán en Santiago hasta marzo al menos, por eso yo me las voy a rebuscar igual para ir pronto. Hay que estar con ella y apoyar a mis hijos que están muy conscientes de todo esto.
-Ánimo, Patricio.
-Gracias. Yo no hago esto por figurar ni dar entrevistas, pero creo que es importante graficar un poco lo que pasa a diario en Chiloé. Como acá no hay un centro oncológico, los pacientes deben ir a tratarse a Puerto Montt, Valdivia o Santiago para intentar tratamientos. Tienen que viajar horas para allá, horas para acá, y el que no tiene plata se muere nomás. Y no sólo pasa con los pacientes con cáncer, sino también con los que tienen enfermedades complejas. Se hace muy duro sobrellevar una enfermedad así acá. Espero que ojalá historias como esta visibilicen los problemas que día a día viven las personas que están en zonas alejadas.