Paulo Brunetti cuenta qué le dicen sus clientes cuando llega con su delivery

Cuando Paulo Brunetti (47 años) armó el emprendimiento Terra Sur (@productosterrasur.cl en Instagram) tenía claro que le debía sacar partido a su perfil mediático. "Soy el único conocido del grupo y aprovecho mis redes sociales (@paulobrunetti) para promocionar la página", declara el actor argentino, que armó una sociedad con unos amigos chilenos: Fernanda Fuentes, Francisco Silva, Cristián Llancaman, Loreto Veras y Bruno Córdova. "Cada uno tiene sus roles bien definidos: yo veo las redes sociales y también hago algunos delivery".

-¿Qué dicen los clientes cuando lo ven llegar?
-Por la pandemia hay edificios donde debo dejar la caja en conserjería. Me ha tocado casas donde sí me han atendido los dueños y la primera reacción es de incredulidad. Yo encuentro buenísimo que me vean haciendo otras cosas. Aunque muchos me han dicho que compran porque saben que soy socio de este emprendimiento. Me río porque cuando subimos las fotos de los productos hay varios que escriben "¿lo puede traer Paulo?".

-¿Le piden selfies?
-Sí, claro. En los primeros pedidos hicimos un sorteo que incluía que fuera yo, nos tomáramos una foto y después la compartía en las redes. Se da una relación muy simpática con los clientes. Ahora que estoy grabando la teleserie ("Demente", Mega) no puedo hacer tantos repartos, pero sí participo en todo el proceso. Una vez por semana nos juntamos en la casa donde tenemos guardados los productos, para etiquetarlos y armar las cajas.

Brunetti y sus socios traen productos de Temuco y Nueva Imperial, en la Araucanía, —hay desde merkén hasta chorizos y longanizas- en octubre pasado, aunque la idea venía rondando hace más de un año y medio. "Originalmente queríamos abrir un local, pero por el estallido, primero, y la pandemia, después, no nos quisimos arriesgar tanto. Cuando salimos de la cuarentena un día nos juntamos a comer los seis y decidimos empezar de a poco a vender a través de las redes sociales y ha funcionado muy bien", asegura.

-¿Por qué decidió emprender este proyecto?
-Con Bruno, que es mi mejor amigo y socio en la productora Sur Audiovisual, habíamos pensado poner un restaurante. Hoy nada está asegurado. Ahora estoy grabando la teleserie, pero el 1 de abril me quedo sin pega y no sé cuánto rato voy a estar así. También trabajo en el teatro, pero lamentablemente no da para vivir. Quiero desarrollar un camino paralelo a mi carrera.

El actor dice que la pandemia ha sido dura en términos afectivos: "A mis padres no los veo desde febrero del año pasado, cuando mi mamá estuvo de cumpleaños. A ella la tuvieron que operar de urgencia la semana pasada y no pude viajar a verla porque con el coronavirus hay que hacer cuarentena cuando llegas al aeropuerto de Buenos Aires, entonces tampoco la iba a poder ver".

-Debe ser duro no verlos durante tanto tiempo.
-Por un lado soy privilegiado de vivir en un lugar donde hay un parque donde puedo sacar a pasear a mis regalones (Gaspar, Pollo y Pancha), pero está el tema afectivo y es fuerte. Mis padres y cuatro de mis cinco hermanos se contagiaron con Covid y fue duro. Ellos viven en Puerto Madryn, el puerto más importante de la Patagonia argentina, que no cerró cuando empezó la pandemia, por lo que mucha gente se contagió. Si bien ninguno debió ser internado, la distancia te pone un poco loco. Me sentí muy inútil y frustrado. Yo me fui a Buenos Aires a los 19 años, cuando me puse a estudiar actuación, por lo que estoy acostumbrado a estar lejos de mi familia. Sin embargo, en las actuales condiciones la lejanía es más dura y te cuestionas si vale la pena.

-¿Y vale la pena?
-Sí. Llevo 13 años viviendo en Chile y no lo cambio para nada. Pero sí reflexioné y voy a viajar más seguido a ver a mis padres. Apenas pueda tener los permisos necesarios voy a agarrar el auto y voy a partir con mis regalones. Rezo para que la pandemia nos de un respiro.