Durante el fin de semana circuló por redes sociales un pantallazo de un perfil de Tinder que aseguraba ser Iván "Potro" Cabrera, recordado bailarín de programas como "Rojo" y "Yingo". Fue él mismo, en su Instagram (@potrocabrerabjj), quien confirmó que tanto él y su polola, la trabajadora social Antonella Muñoz, tienen cuentas en la famosa aplicaciones de citas. El porqué lo cuenta Cabrera a continuación.
Todo partió por una mudanza junto a su polola hace siete meses. El bailarín dejó el departamento que arrendaba en Santiago y se fue a vivir uno de su propiedad, en Viña del Mar, que arrendaba, pero que por la pandemia estaba desocupado. "Como bajó la pega, para ahorrarme esa plata de Santiago me vine para acá. Este cambio me permitió cumplir con las cosas de mis hijos (dos, de una relación anterior), que son mi prioridad", explica Iván, quien realiza clases de baile y entrenamiento vía online y tiene un programa de Instagram para difundir pymes.
-¿Cómo llegó a Tinder?
-A pesar de que he pasado todos mis veranos aquí en Viña, casi todos mis amigos ya no viven acá o andan en otra onda. En este condominio tenemos dos amigos, Juan Pablo y Eva, y ellos nos contaron que en T inder se habían encontrado con un montón de experiencias, y que la app no era sólo para pillar algo casual. Entonces hace una semana con la Anto nos metimos a Tinder para ver qué onda, y si algo no nos parece nos salimos y chao. Yo no entendía nada e iba moviendo perfiles de chiquillas al lado derecho sin entender que eso era para hacer match . Hice cinco.
-¿Qué ha resultado de eso?
-Si tienen comentarios entretenidos y sale que les gusta el deporte, les pongo like . Muchos de los perfiles son muy chistosos, me reí mucho, entonces empecé a hablar con esta gente. Todos me preguntan si de verdad soy yo y qué hago en la aplicación y digo la verdad, que me gustaría ampliar mi círculo, encontrar gente simpática para salir a comer y tomar algo. A todos les explico altiro que tengo polola, que ella también tiene Tinder, que no es para hacerme el lindo y que no andamos buscando una tercera persona. Con algunas de las que hablamos ya nos seguimos en redes sociales y estamos planeando salir cuando se pueda.
-¿Cómo le ha ido a su polola en la aplicación?
-A ella le ha resultado bastante positivo porque las chicas han visto que tiene un emprendimiento que pone dreadlocks (@dreadlovestylee), entonces también sirve para mover eso. Ella ha hablado con casi puras mujeres, le dicen que es linda y le preguntan a qué se dedica. Igual le han llegado unos pocos mensajes de hombres bastantes desubicados y pasados para la punta.
-¿Cómo es su relación con Antonella?
-Tengo una relación con una persona maravillosa. Llevamos un poco más de un año y pololeando desde septiembre. Es mi polola, amante, sicóloga, amiga, cómplice, compañera de entrenamientos. Entonces también en Tinder me han llegado comentarios de "qué bacán que tienen esa confianza con tu polola y no haces las cosas para callado". No hay nada más placentero que no tener nada oculto. Es tan cortita esta vida que no es para estar con alguien que te genere represión, celos y aprensión. Para muchos la pandemia ha sido caótica, para nosotros ha sido entretenido, conversamos todo. Intentamos hacer lo que nosotros queremos y no lo que todo el mundo hace.
María Elisa Molina, doctora en sicología, terapeuta de parejas y directora de la Unidad de Investigación en Procesos Relacionales y Psicoterapéuticos (UNIR) de Universidad del Desarrollo, explica: "Antes de la pandemia se ponían las demandas sicológicas en una vida más diversa, y ahora se sobrecarga en los vínculos más cercanos, en la familia, y principalmente la pareja aunque no tengan hijos".
-¿Qué le parece el uso de estos recursos virtuales?
-El uso y abuso de los recursos virtuales es el cruce de la pandemia con la sobre estimulación de las redes sociales que ya existía, que hace la ilusión de hacer más fácil la socialización. Las redes sociales han venido a ser, de alguna manera, algo para sustituir el distanciamiento entonces podrían aparecer estos recursos virtuales (como Tinder) para una pareja. Ahora si una pareja vive junta, está obligada en pandemia a estar pegoteada todo el día, por lo tanto los espacios individuales, como lo eran las amistades, se dificultan. La pareja necesita cercanía y distancia.