La crisis del Covid -y el lúgubre aniversario de casi un año de toque de queda- ha instalado la costumbre de pedir comida a domicilio como la nueva normalidad. Las aplicaciones de despacho, cómodas y fáciles de usar, viven un boom. Pero hasta que no lleguen los drones de delivery, no sería posible que estas apps funcionaran sin los repartidores.
Más allá de las controversias relativas a la informalidad de este oficio y su precariedad laboral, los repartidores que trabajan con apps son cada vez más: acá, basta con tener un vehículo para generar ingresos. De acuerdo a datos de Uber Eats, durante el primer semestre del 2020 las inscripciones para trabajar con ellos crecieron 40%.
"Han sido meses desafiantes y muchas personas han encontrado en nuestra app una alternativa para seguir generando ganancias, en línea con el creciente interés de los restaurantes por sumarse a la plataforma", dice Marcos Nannipieri, gerente general de la app en Chile.
¿Cuarentena? iQué alegría!
Concepción ha sido una de las ciudades más golpeadas por las restricciones del Covid, tanto que además de cuarentenas constantes tienen un toque de queda que parte a las 20 horas. A Carlos Tarifeño, venezolano que lleva tres años trabajando para Uber Eats, la Fase 1 le ha resultado bien rentable. "Es que cuando la gente está todo el día en la casa le da más hambre y piden por la aplicación. Llego a hacer de 25 a 30 pedidos diarios en cuarentena total; en una situación normal no son más de 12 a 1 5", calcula.Él trabaja todo el día en su bicicleta. "Parto a las 9 de la mañana y estoy hasta las 12 de la noche. En un día promedio puedo sacar de $40.000 a $50.000 si hay tarifa dinámica. Me parece que las mejores horas para trabajar son en la noche, que es cuando hay más demanda porque nadie puede salir".
-¿No se cansa mucho con tantos viajes?
-Ya estoy acostumbrado y es mi rutina. Tengo las piernas más fuertes que nunca: hay que tener resistencia para esto.
Sebastián Aliante, repartidor en Concepción para Uber Eats y PedidosYa, cuenta que en cuarentena su trabajo no para: "Termino de entregar un pedido y me sale otro altiro. No he podido sacar bien la cuenta de cuánto se gana; yo trabajo en promedio unas seis horas al día y son como $20.000. Y si te dejan propinas, eso aumenta el sueldo".
En una pega en la que se gana por cada reparto, dice, "hay que aprovechar, porque cuando no había cuarentena podía tener un sólo pedido por hora. Ahora los pedidos llueven".
Aliante ve dos grandes aspectos positivos a trabajar en cuarentena: las calles están más despejadas y la gente anda más amable. "En algunos restaurantes te ofrecen agua o un cigarro y los conserjes son súper empáticos, no se hacen problema con prestarte el baño".
Aumento en la demanda
Touch Task es una empresa que conecta a trabajadores independientes con puestos en diferentes empresas; entre ellos, repartidores. "El aumento de solicitudes de repartidores ha subido 200% promedio, llegando algunas semanas incluso a 300%. Ha existido un aumento explosivo de personal shoppers, drivers, captadores y pickers, quienes arman pedidos en dark stores o supermercados", explica Francisco Cabezas, regional manager de la empresa.Un caso es el de Sebastián López (27), quien trabaja en Puerto Varas durante los fines de semana repartiendo pedidos de un supermercado. El trabajo lo encontró mediante Touch Task y reparte su auto. "Llevo como tres meses, me pasan el pedido hecho y lo entrego". Siempre ha trabajado en cuarentena, Fase 1 0 Fase 2. "Antes toda la gente iba al supermercado; ahora por miedo al Covid es menos. En promedio son unos 1 6 repartos al día. Estoy prácticamente todo el día en la calle. Que los fines de semana esté todo vacío hace que mi trabajo sea más expedito y sencillo: no hay tráfico, avanzas rápido y así puedes hacer más pedidos".
-¿Por qué no ha querido trabajar en apps de delivery de comida?
-Es por miedo al Covid, siento que está muy lleno de repartidores y me da cosa el riesgo de contagio. En cambio acá yo voy, me dejan el pedido en un carrito con la dirección y me lo llevo.