En tiempos sin pandemias, Sebastián Teao Ayala (22 años) termina de dar sus exámenes el 10 de diciembre. "Al día siguiente ya estoy trabajando", cuenta el hijo mayor de los modelos Francisca Ayala y Hotuiti Teao, que estudia ingeniería civil en obras civiles en la Universidad Adolfo Ibáñez.
En tiempos de Covid-19, Sebastián dio su último examen -de geotécnica- este lunes 4 de enero. En la noche, casi en la madrugada del martes 5, recibió la nota: un 3,98, que por aproximación se convirtió en el 4 que necesitaba para pasar el ramo y a quinto año de la carrera. "Mi primera reacción fue abrazar a mi polola (Marla Martínez), con quien he pasado prácticamente toda la cuarentena, y después llamar por teléfono a mis papás para contarles. El año que pasó fue el más angustiante y difícil desde que estoy en la universidad", confiesa Teao (@seba_teao en Instagram).
-¿Por los estudios o por la situación global?
-Pasé un año de mucho estrés emocional. A mis papás no los veo desde marzo del año pasado y como en la isla (de Pascua) el internet funciona bastante mal, tampoco resulta hacer videollamadas. Por suerte me criaron de una manera bien independiente y me las puedo arreglar solo, pero soy muy apegado a mi mamá. Antes que llegara el Hotu a nuestras vidas, éramos nosotros dos nomás. Mi polola ha sido fundamental en este proceso.
-¿Y en la universidad?
-Fue complicado adaptarse al nuevo sistema de clases y pruebas por Zoom. Los profesores piensan que porque estás en la casa tu vida es sólo la universidad. Tuvimos el doble de evaluaciones y trabajos. A eso hay que sumar que mis pruebas duran en promedio tres horas y para evitar que copiáramos nos exigían estar con el micrófono y la cámara prendidos todo el rato. De repente estábamos en plena evaluación y escuchabas a la mamá de un compañero gritando "Nico, no recogiste los platos". A veces era difícil concentrarse. Pero sumando y restando pienso que sirvió para fortalecerme. Aprendí a no rendirme nunca.
-¿Por qué dieron los exámenes un mes después de lo habitual?
-Los plazos se fueron corriendo por la pandemia. Y al final del primer semestre hubo un paro por primera vez en la historia de la universidad. Eran seis ramos y terminé dando pruebas y exámenes del mismo ramo con dos días de diferencia. Lo pasé súper mal el último mes.
Teao, que es fanático de los deportes, cuenta que en esta última etapa de exámenes aplicó una metodología de orden y organización: "Cada examen tienes que prepararlo con mínimo una semana de anticipación. Yo analicé fríamente las notas que necesitaba para pasar cada ramo y en base a eso fue el tiempo que destiné para estudiar. Me concentré en los que me iba menos bien. Era imposible que tratara de sacarme buenas notas en todo. Los ramos más difíciles son los que tienen relación 100% con tu carrera. Este año tuve que sacar geotécnica, que me hizo sufrir, hormigón armado, mecánica de suelo y economía, donde también pasé raspando con un 4. En un momento pensé que me podía echar el año y llamé angustiado a mis papás. Ellos me pidieron que me quedara tranquilo".
-¿Se hizo un horario de estudio?
-Me funciona estudiar en la mañana. El cerebro está más fresco y convalida toda la información que recibe. Me levantaba a las seis de la mañana y le daba duro tres horas. Cuando me sentía muy estresado hacía un break de 40 minutos y salía a correr o hacía abdominales y barra. Cuando era chico veía un monito de acción llamado Kick Buttowski que repetía "mente fresca, cuerpo fresco". Siempre lo aplico en mi vida. No hay que rendirse, ni tirar la toalla. También hay que ser estructurado y no dejar las cosas para el último minuto.