El bombero rescatista Ítalo Parietti dice que durante la búsqueda en Caripllún nunca cruzó una palabra con el tío abuelo de Tomás Bravo, único detenido por presunta participación en la muerte del niño y que podría ser formalizado este martes. "Solo con la mamá", dice. "Ella nos decía que Tomás estaba escondido en alguna parte del cerro, que por favor lo encontráramos... Yo no tuve la posibilidad de despedirme de ella. No tuve la posibilidad de decirle pucha, lo siento; no fuimos capaces de encontrarlo antes".
Ítalo Parietti, 49 años, fue parte del equipo de búsqueda que este viernes, luego de nueve días, ayudó a encontrar el cuerpo de Tomás casi a dos kilómetros al noreste de su casa, en el sector de Caripilún. Parietti es bombero hace 35 años, voluntario de la Cuarta Compañía Italiana de Talcahuano y fundador del equipo USAR (sigla de Urban Search And Rescue, "búsqueda y rescate urbano", en inglés) de la provincia de Concepción desde 2011.
"'Estoy con el corazón apretado. La gente me saluda y me viene como una angustia. Hay rabia, impotencia, ganas de llorar. Nuestra misión era encontrar con vida a Tomás, pero lamentablemente no se dio. No fue el final de la historia", lamenta.
En el equipo que encontró al niño había bomberos de Lota, Coronel y Arauco, más miembros de USAR y la PDI. La primera búsqueda técnica que comandó Ítalo junto a los USAR fue al día siguiente de la desaparición, el jueves 18 alrededor de las 7.30 de la tarde. "Fue una búsqueda nocturna con toda la dotación; éramos como 15, más integrantes del cuerpo de Bomberos de Arauco. Regresamos alrededor de las 4.30 de la madrugada al campamento, sin éxito, sin nada. Nosotros centramos la búsqueda del cerca del UPA, el último punto de avistamiento recuerda.
-¿Qué les llamó la atención para dirigirse finalmente al lugar donde encuentran al niño?
-Todas las noches nos juntábamos con la PDI a dedicarle atención a las zonas de búsqueda. En un principio teníamos siete zonas que estaban muy cerca del punto UPA, las cuales recorrimos tres veces. Y por una sencilla razón: una persona pasa por un lugar y puede encontrar alguna parte de la naturaleza diferente a lo normal, y otra persona podría pasar y no se daría cuenta o no le llamaría la atención. Pero qué pasó... Hubo un momento en que la fiscal Carolina Molina (de la Fiscalía Local de Arauco) le pide a la PDI que empiece a ampliar el rango de búsqueda. Y nosotros, junto a la PDI, empezamos a ampliar el rango nunca saliendo de los cinco kilómetros de radio desde el punto cero. Y el sector donde fue encontrado Tomas fue planeado el día anterior: dijimos vamos a salir a este sector, que está más alejado, hacia el noroeste.
-¿Cómo es el sector en que encuentran a Tomás?
-Es un camino forestal. Un lugar boscoso, hay mucho matorral, mucho árbol, muchos eucaliptos.
-¿Puede describir cómo son los caminos forestales?
-Son horribles para moverse, son horribles para transitar en vehículo. ¿Por qué? Están hechos para que transite solo maquinaria. Porque cuando llueve generan un barro naranjo, un barro colorado, y se crean deformaciones (el jueves 18, el primero de la búsqueda, llovió en el sector). Son caminos difíciles. Uno puede ir caminando de lo más bien y, sin darte cuenta, te metes entre medio del bosque y encuentras una quebrada o una pendiente de 20 0 30 metros de altura.
-¿Encontraron alguna pista?
-Había un rastro de sangre en un sector, muy cercano a donde estaba el niño. Cerca también de donde encontramos el cuerpo de Tomás encontramos indicios de que habían tratado de hacer un hoyo, pero no lo siguieron haciendo porque la tierra es muy dura. Por eso están periciando las botas y una pala que sacaron de la casa del niño.
-¿Cuál fue clave de esta búsqueda?
-Usamos varias imágenes satelitales. Y la FACh nos presentó imágenes que muestran las deformaciones del terreno. Abisag Ortega (estudiante de Geología y miembro de USAR) agarró las imágenes, las puso una encima de la otra y con eso nos facilitó cualquier cantidad del trabajo. ¿Por qué? Porque -además de los detalles- al ponerlas de forma horizontal podías ver que el cerro tenía mucha altura; entonces mandabas un equipo con estado físico mejor, con más hidratación, con más alimentación.
Ítalo está casado hace 20 años con Karla, con quien tiene dos hijos: Bruno, de 19, y Arrigo, de 8. El viernes, junto a Bruno, quien también es bombero y lo acompañó en la búsqueda, regresó en auto a su casa en Talcahuano, donde trabaja en un astillero. "Cuando encontramos a Tomás me quebré. Me puse a llorar. Mi hijo fue un pilar que me sostuvo", dice. "La sensación (en el viaje) era medida rara. Como que cumpliste, pero te faltó lo más importante, que era encontrar a Tomás con vida. Que estuviera con su mamá, jugando, en su casa".
Y agrega: "Todavía estoy con sentimientos encontrados. No se me ha pasado la pena, no se me ha pasado la angustia".