Jane Morgan se muestra cauta en sus respuestas, como experta en el mundo de lo erótico y del placer sexual por su trayectoria como dueña de tiendas Japi Jane, a la ahora de repasar los resultados de Encuesta Nación Placer elaborada por Criteria Research. Aunque argumentos a ella no le faltan para detallar porcentajes y cifras que arrojan este sondeo.
-¿Qué opina de que los chilenos prefieran comer antes que tener relaciones?
-No es alarmante, pero sí sorprendente. Y no solo la comida y las vacaciones, hay más que eso, las películas y las series, que son doblemente disfrutados que el sexo, con un 22% (el sondeo se aplicó a mil personas). Hay estudios que muestran que la frecuencia de encuentros sexuales a nivel mundial, no solamente en Chile, está bajando, y si seguimos así al año 2050 ya no va a haber sexo. Es alarmante, pero eso es algo que ocurre en todo el mundo, no podemos decir que Chile está solito en esto. Sí podemos decir que es algo que está pasando como sociedad actual.
-¿Influye la pandemia?
-Hablando con los clientes de Japi Jane, vimos que la gente andaba con menos deseo durante estos tiempos. El deseo sexual se genera cuando hay espacios propios para desear al otro. Cuando uno ve novedad en el otro o se sorprende con el otro. Pero cuando uno está todo el día junto baja el deseo porque no hay espacios para generarlo. Esta encuesta no la hicimos como una encuesta de pandemia, pero es un factor muy presente en la mente de todos los encuestados. También vimos que la salud mental era una de las cosas que dificulta lograr placer, un factor que se relaciona con la pandemia.
-¿Dónde se nota la mayor diferencia entre hombres y mujeres?
-Una de las cosas más notables es que se nota la diferencia entre hombres y mujeres respecto a lo que nos dificulta a la hora de buscar placer. Se nota el efecto pandemia en las respuestas de las mujeres. Vimos mujeres sobrepasadas con labores de la casa, sin apoyo, muchas de ellas trabajando al mismo tiempo, haciéndose cargo de todo. Hemos avanzado, pero todavía la división de labores cuando se trata de niños en la casa recae en la mujer, según estudios acá y en otros países. También es importante que se note mucho en los hombres el tema de la rutina y desgaste.
-Se destaca el placer mutuo como la razón número uno para tener sexo...
-Esto lo veo como algo positivo, pero también tiene varias lecturas. Está super bien que uno se está preocupando del otro, si estamos haciendo algo de a dos, tres o más, queremos que todos lo pasen bien. Sin embargo, también he visto que la gente a veces pone tanto énfasis en que el otro lo pase bien, que ellos mismos no lo pasan bien, porque están preocupados de lo que le está pasando al otro. Se pone el orgasmo del otro como una meta y se frustra si no se llega. En esta generación ha sido muy protagonista el orgasmo femenino. Sienten que si una mujer no tiene un orgasmo, su rendimiento es un fracaso. Es rico saber que estamos compartiendo el disfrute, preocupados del otro, pero por otro lado tenemos que tener cuidado de no enfocarnos tanto en la meta y mejor disfrutar el camino.
-¿Existen semejanzas entre jóvenes y mayores?
- La gente joven destaca que para ellos no es nada importante la conexión en pareja, por ejemplo, y que es mucho más importante el contacto físico y la atracción. Vemos que el estilo de vida más Tinder, es decir, de conexión rápida y ligado a lo físico, está instalado. Pero en el grupo de adultos mayores dicen que es mucho más importante la conexión en pareja, las caricias, los besos, osea, realmente es absolutamente opuesto a lo que buscan los más jóvenes. Por otro lado, en las personas más jóvenes lo que más le hace difícil para tener vida sexual placentera es por lejos el exceso de responsabilidades. Mientras que en el grupo adulto dicen que, por lejos, la rutina y desgaste y el uso de medicamentos les afecta.
-¿Qué se puede hacer para combatir la rutina en la relación?
-El deseo depende del espacio, de la novedad, de la admiración del otro, para que florezca ese deseo. Lo que pasa es que muchos creen que ese deseo va a surgir mágicamente. Caen en la rutina, pero no hacen las labores necesarias para evitarlo. Si uno no pone empeño en sorprender al otro, o asignar tiempo para la sexualidad, obvio que habrá un desgaste. Es gratis agendar una cita con una pareja y, por ejemplo, probar masajes mutuos, una posición diferente. Es tomar la iniciativa de hacer algo que rompa la rutina. Siempre es en la noche y en la cama, ya, mañana nos escapamos y buscamos otro lugar o espacio en la casa. Solo se necesita dedicación y tiempo".