Para tener una idea del volumen de agua que cayó el fin de semana recién pasado en la zona central, basta decir que el viernes en Santiago fue el día de enero más lluvioso desde que se tiene registro, con 31,44 mm, récord que se repite con este primer mes de 2021. La región más castigada por la lluvia fue la de O'Higgins, con lugares donde llegaron a caer 90 mm, aunque la franja afectada por el agua va entre la Región de Valparaíso y la de Ñuble, con promedios para el valle que variaron entre los 20 milímetros de la primera hasta los 65 milímetros de la última.
"Nadie está preparado para un evento así en enero, en plena época de cosechas. Yo estoy en la zona cero de Malloa y aquí cayeron 75 milímetros en 24 horas", cuenta Jorge Valenzuela, presidente de Fedefruta y productor de cerezas y uva de mesa.
Con ese nivel de agua los daños fueron considerables, con zonas de O'Higgins donde hubo productores de uva que perdieron toda su cosecha. Justamente fue esa, la uva sultanina de media estación, la más afectada, con pérdidas que van entre el 50% y el 100%, debido a que estaba en plena cosecha.
Según Valenzuela, los daños podrían generar problemas económicos y de empleo, ya que el 40% del volumen de fruta que exporta Chile es uva.
Pero el daño también abarcó las ciruelas, los nectarines y los duraznos conserveros de la regiones Metropolitana y de OHiggins, con mermas de hasta 40% y los arándanos en Ñuble con pérdidas de entre 30% y 40% (ver ilustración).
"En este episodio se dio la tormenta perfecta, que juntó mucha agua, seguida de alta humedad y calor. Eso es el paraíso para los hongos", explica Valenzuela.
Michelle Morales, agrónoma del Centro de Estudios Avanzados en Fruticultura de O'Higgins, explica el tipo de daño que provocaron las precipitaciones en la fruta. "El daño va desde la caída del árbol hasta partiduras, además de microfisuras que no se ven, pero que luego generan hongos. Sea lo que sea, es fruta que se debe botar", señala la investigadora.
Buena parte de las pérdidas corresponde a fruta de exportación. En el caso de la uva de vino, por la época las bayas aún están verdes, por lo que la lluvia no las daña, salvo algunos casos de variedades blancas. Otro sector afectado fue la chacarería y la fruticultura de pequeños productores. "Se vieron afectados muchos cultivos, porque varios estaban en plena cosecha y recibieron un daño irreparable. Por nombrar algunos están los melones, los tomates, los carozos, los duraznos y los nectarines; las ciruelas, los arándanos y la uva blanca", explica Juan García, director regional de Indap de O'Higgins. "En estos momentos estamos haciendo un catastro para, en base a un buen diagnóstico, diseñar la mejor ayuda", agrega.
Sobre la ayuda, Valenzuela indicó que le solicitaron a la ministra de Agricultura, María Emilia Undurraga, adecuar el Fogape ll para hacerlo llegar a los pequeños y medianos productores.
Undurraga señaló que aún están catastrando la situación y que sostuvo una reunión ampliada con los 12 servicios del ministerio para analizar el tema. "El impacto fue diferente entre la Quinta Región y O'Higgins, con diferentes énfasis en rubros y localidades. Por eso estamos haciendo un catastro para llegar con ayuda de forma más eficiente", indicó.
Sobre los pequeños productores, hizo ver que algunos están cubiertos. "Muchos tenían seguros agrícolas, ya que habían tomado créditos con Indap, y esos créditos vienen con seguro", agregó.
En cuando a un posible impacto en los precios internos, Undurraga dijo que iban a monitorear diferentes puntos de venta para ver si había alguna incidencia.
