Durante estos días de lluvias de verano los conductores se han enfrentado a las pozas y el barro. Mala cosa: cuando se seca, la tierra puede compactarse y alterar el funcionamiento de algunas piezas. Por si acaso, eche una miradita bajo la carrocería: si hay barro pegado, mejor sacarlo pronto.
Bien lo sabe Esteban Baltera, quien el martes 19 de enero llevó a la revisión técnica a su auto, un JAC S3 año 2018. Lo rechazaron porque el pedal de freno no llegaba hasta el tope. Esteban, que no había notado la falla, fue a un taller mecánico donde detectaron un problema en el cáliper. Esta pieza alberga a los discos de freno; su función es apretar un pasador sobre el disco para que disminuya la velocidad del vehículo.
"Allí me dijeron que el cáliper tenía barro duro y pegado. Por eso el pedal no funcionaba bien", cuenta.
Meses atrás Esteban había estado en el campo y en su ruta quedó atrapado en una poza de barro, desde donde salió con ayuda. Nunca pensó que ese incidente podría causarle problemas tanto tiempo después. "Cuando tuve el auto a salvo me conformé con sacar el barro de la carrocería y de los neumáticos. No imaginé que había traspasado el cubremotor y se había metido en el cáliper", confiesa.
Grasa + tierra
Rodrigo Hübner, técnico mecánico y propietario del taller Garage Pro (Rodrigo de Araya 1120, Ñuñoa), cuenta que cuando el barro ingresa al cáliper puede formar una masa de grasa, tierra y mugre, trabando el pasador.Así evalúa lo que le pasó al auto de Esteban Baltera: "Producto del mismo barro -o por el roce con piedras pequeñas- se le rompieron los fuelles que protegen el cáliper, por lo que la suciedad pasó directo. El cáliper tiene un pasador engrasado que actúa sobre el disco de freno, pero esa grasa se mezcló con el barro, generando una masa densa, que evitaba que pudiera llegar al disco de freno".
Para limpiar esa pieza, el mecánico subraya que no basta con usar agua: "Como la mezcla tiene grasa, hay que usar un desengrasante especial y luego reponer los fuelles rotos". Este trabajo, que también incluye la rectificación de los discos, cuesta $25.000.
Más problemas del barro
Carlos Moris, profesor de la carrera de Ingeniería en Mecánica Automotriz de Duoc UC, sede San Bernardo, cuenta que los autos tienen una tapa en su parte inferior -generalmente de plástico- para proteger las piezas mecánicas. El barro también puede actuar ahí. "A veces esa tapa se suelta o el nivel de barro es tal que igual puede ingresar basura al interior del vehículo", advierte.Otra pieza que puede verse afectada por el ingreso del barro es el sensor CKP o de cigüeñales, cuya función es medir las revoluciones del motor. "Está ubicado frente al motor, donde termina el cigüeñal, y está expuesto a la intemperie. En caso de que se ensucie, puede contar mal y enviar una señal equivocada al panel de informaciones del auto, activando alguna alarma. Incluso puede parar el auto de manera abrupta, para luego reanudar la marcha como si nada cuando el conductor le da partida", explica Moris.
Lo mismo, añade, puede ocurrir con el sensor de oxígeno, "que está ubicado en la línea de escape y también va expuesto".
Vibraciones en el volante
Otro problema que identifica Hübner por culpa del barro son las vibraciones en el volante y la carrocería, por exceso de peso en los neumáticos. "Cuando el barro se queda pegado en la llanta por mucho tiempo se solidifica y le agrega peso no balanceado a los neumáticos. Es como si una rueda pesara dos kilos y la otra cinco", ilustra."Si ese peso se concentra en el tren delantero vibrará el volante, pero si está en las cuatro ruedas, vibrará la carrocería completa", agrega. "Cuando el volante vibra no se puede manejar bien porque se pierde el control de la dirección", asegura.
Este problema es más simple de resolver. "Hay que lavar los neumáticos antes de que el barro se seque y quede pegado", recomienda.
Un dato: una limpieza de chasis, radiador y llantas puede costar entre $10.000 y $20.000 según el taller y el modelo del vehículo.