Solange Paredes se confiesa abatida. Como familia han ido de una emoción a otra en pocas horas. A extremos. Alegría y tristeza juntas. Después de asegurar la permanencia ante la U de Concepción el miércoles, fue un estallido de alegría en su familia. Todo, mientras Esteban Paredes lloraba en la cancha de Talca, desconsolado. Vivía una catarsis que quedó de manifiesto en el grito estremecedor del equipo al centro de la cancha.
Su hermana lo veía por televisión y su garganta se apretaba. Por primera vez, por la pandemia, no lo pudo acompañar en un momento trascendental de él y de Colo Colo.
"Él estaba botando todo lo malo, toda la energía contenida. Lo vi llorar cuando fuimos campeones, pero esta vez lo vi triste, no de emoción, de tristeza de sacarse eso que tenía guardado", recuerda Solange.
A la mañana siguiente se acabó la fiesta. Marianela Quintanilla, la mamá del goleador histórico del fútbol chileno, se quedó muda con la información. No es de muchas palabras. Ama en silencio a su hijo. Y comenzó a llevar la procesión por dentro...
Blanco y Negro anunció que no le renovaría contrato a Esteban Efraín, que lo dejaban libre de acción a los 40 años. Marianela y su hija se miraron entre sí.
"Estábamos súper felices después del partido porque nos quedamos en Primera y al otro día me puse mal, la gente me empezó a preguntar por qué el Tanque no seguía y ahí dije "Oooh" . Esteban siempre nos dijo que cualquier cosa que se supiera, él siempre nos iba a informar, porque la gente habla muchas cosas", dice.
-¿Y le preguntó qué onda?
-Por WhatsApp le dije '"hermano, ¿cómo estái?" y me dijo "mal". Le digo "hermano, aguante. ¿Verdad que no sigues en Colo Colo?". Me dijo "sí, hermana" y me puso una carita triste".
-¿Lo consoló?
-Le dije que lo amaba y que siempre lo iba a apoyar, que estábamos con él en la tristeza y en todas sus cosas, todas las buenas vibras. No quise seguir hablándole porque estaba mal y empecé a ver las redes sociales. Me puse triste por él, la forma en que lo despidieron no fue la apropiada, no se lo merece.
-Él quería seguir jugando un año más, aunque fueran pocos minutos, para despedirse con público.
-Claro. Jugando pocos minutos para que su despedida fuera como siempre la soñamos, como el hincha quiso. Es un referente, hizo historia, goleador, ganamos la estrella número 30, mi hermano hizo feliz a la gente de Colo Colo. Independiente de que fuera mi hermano, yo lo viví como hincha también, todo era doble.
-¿Cuál fue la forma en que lo despidieron?
-¿Por qué no le dijeron antes de que pasara lo de la definición del descenso? ¿Por qué no esperaron un poco? O sea, un día de felicidad y al otro día le tiraron la noticia. Las cosas estaban claras, en algún momento esto iba a pasar. La carrera del futbolista es corta. La gente dice, tiene sueldo millonario, pero lo ven desde fuera y no conocen el sacrificio que hay detrás. Cuántas veces tuvo que infiltrarse para jugar en partidos importantes, olvidarse de su lesión y aperrar en momentos difíciles de Colo Colo. Por último que le informaran la decisión en una reunión. Él iba viajando de vacaciones cuando lo llamaron... imagínate la presión. Él estaba cansado, no sabía cómo sacarse ese peso. Mi hermano es hincha, ama esa camiseta, no jugaba por jugar. Me acuerdo cuando de chicos Íbamos al estadio y él soñaba con jugar en Colo Colo. No sé quien esta detrás de la decisión, pero sí le dieron una puñalada por la espalda.
-¿Será difícil volver al Monumental? Usted tenía un kiosko en el estadio.
-Será difícil, triste ir al estadio y no ver a Esteban. Los hinchas me iban a comprar para saber de él y mandarle saludos. Ahora estoy un poco mejor. Si Esteban sigue en otro club, lo vamos a ir a ver igual.
-¿Cuánto envejeció en estos últimos meses?
-Yo creo que envejecí como tres años. Tengo ojeras, dolor de cabeza y estómago. Después del partido con O'Higgins, las tres noches siguientes no dormí; despertaba y pensaba "no podemos bajar" Incluso soñaba que ganábamos.