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Tres estudiantes cuentan por qué abandonaron la carrera de Medicina

"No soy de hacer una sola cosa a la vez. En Medicina tienes que estudiar todo el día, porque hay demasiadas cosas para memorizar, así que decidí que no quería quedarme solo en eso", explica Daniel Pollak (35), quien hoy maneja emprendimientos tan variopintos como sus intereses: un estudio de grabación musical, un charter que lleva turistas a zonas remotas de Chile y "Mac Garage", servicio técnico de celulares y computadores.

Pollak cursó un año en la Universidad Mayor, alentado por sus buenos resultados en la PAA. Pero pronto se dio cuenta de lo absorbente que era la carrera. Su papá es siquiatra y lo conversó con él; pronto entró a estudiar música en la Escuela Moderna y luego para ser piloto. "Me fue bien en la universidad, pero no quería quedarme sólo con eso".

-¿Se vio como médico en algún momento?
-Sí, todavía sé mucho al respecto. Me habría gustado ser médico, pero no al precio de de dejar todos mis intereses de lado. Tengo intereses muy variados; no son hobbies, sino cosas que hago en serio.

El desencanto

El lugar común dice que entrar a estudiar Medicina es muy complicado, pero que una vez dentro el alumno recibe todo el apoyo del sistema para que pueda superar las dificultades y titularse. La inversión de tiempo, esfuerzo y dinero es tanta que a nadie le conviene que un futuro médico deserte. Y las cifras lo avalan. de acuerdo a estadísticas oficiales de Mifuturo.cl, del Mineduc, la carrera muestra una bajísima deserción promedio (apenas el 6,8% de sus alumnos abandona luego de dos años de estudio; para comparar, en Derecho la deserción al 20 año es de 30,5%).

Pero a veces los estudiantes de Medicina se van, incluso luego de varios años de estudio. Es el caso de Felipe Hernández, quien se retiró cuando cursaba 40 año en la Universidad de Chile. El primer desencanto, dice, vino con el ramo de Anatomía, en primer año, que obliga a aprenderse de memoria el cuerpo humano, tal cual. "Era mucha memoria y a mi no se me hacía fácil, prefería los ramos más lógicos. Memorizas atlas del cuerpo, pero con mil detalles y las relaciones anatómicas entre los distintos órganos: que tal arteria se divide en otras siete arterias o arteriolas y pasan detrás del páncreas o qué sé yo".

Luego, para Hernández todo colapsó con las primeras prácticas clínicas. "Me daba mucha lata atender pacientes, me consumía todo el día y no me quedaba tiempo para hacer las cosas que me gustaban. Tenía que ir al hospital y me notaba cada vez menos motivado. A finales de cuarto año me eché tres ramos por lo que me iba a atrasar un año. Hice cálculos y entre seguir en una carrera que me gustaba y sacar Medicina era casi la misma cantidad de tiempo. Preferí cambiarme".

Hernández cree que ingresó a Mediana por "irse a la segura, es una carrera bien pagada". Y hace una confesión: uno parece irradiar algo especial cuando estudia para ser médico. "Se te acerca gente que te encuentra inteligente y cree que puede sacar provecho al entablar una relación contigo en un futuro, no en relaciones de parejas, sino que en cualquier orden de cosas".

Hernández estudió Sicología y actualmente trabaja en turismo. "Soy mucho más feliz a como era comparado a esa época", asegura.

-¿Se arrepiente en algo de haberse salido?
-No me arrepiento. Prefiero estudiar turismo y tener mi propio hostal o trabajar para una gran agencia de viajes. Medicina es una carrera muy larga en Chile, dura siete años y el estudio del cuerpo humano y sus enfermedades es muy complejo. Por otro lado, hay que tener mucha vocación para ser un buen profesional y tener cuero de chancho.

Javier Sandoval se retiró de Medicina en la Universidad de la Frontera en tercer año. "En las asignaturas más clínicas me di cuenta de que no era para nada lo mío; había mucho del estilo de vida de los médicos que no me gustaba". Pasó que en la universidad se vinculó más a actividades artísticas y entendió que estaba reprimiendo su lado humanista. "Después de analizarlo concienzudamente me di cuenta que no era ml vocación".

Sandoval dice que se metió a Medicina muy influenciado por su familia y amigos. "'Me fue bien en los puntajes y no sabía qué estudiar, salí del colegio sin ninguna claridad y postulé a la carreras que me parecían más interesantes sin cuestionarlo mucho. Pero Medicina más que una carrera es un estilo de vida y es un compromiso que realmente tienes que hacer con vocación".

-¿Era muy raro decirle a la gente que se había cambiado?
-Les causaba curiosidad que me cambiara de manera tan radical. Siempre me decían que era como el Julio César Rodríguez, que hizo lo mismo. Me tenían chatísimo con eso.

Un tema de vocación

De acuerdo a Andrés Cardemil, director de HumanNet, si bien medicina es una carrera muy bien remunerada, se necesita de un alto nivel de vocación para completarla. "Es una carrera exigente y larga, que requiere de muchas horas de estudio. No sólo es muy demandante al momento de ingresar a ella, por el alto puntaje que exige, sino que también mientras se está dentro de ella".

Cree que es indispensable tener "dedos para el piano" y orientación al servicio. "Se requiere de una gran vocación, quien decida entrar a ella debe tener muy claro aquello. Si al cabo de un tiempo el alumno se da cuenta que no es la carrera que esperaba o que no es lo que quiere para su vida, debe dar un paso al costado"

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