Desde septiembre pasado que Camila Figueroa está viajando por Turquía. Hace tres semanas llegó a la isla de Bozcaada, en el mar Egeo, cerca del Estrecho de Los Dardanelos. En esa localidad turística, de 2.500 habitantes, la joven de 25 años rindió su examen online para obtener el título de diseñadora. La comisión evaluadora, compuesta por cuatro académicos, se encontraba al otro lado del mundo.
Específicamente, en la Universidad de Valparaíso, su alma mater. "Me vine a Turquía a viajar, lo tenía en mente desde antes de la pandemia y luego, con el coronavirus, empezaron las clases online y eso hizo que mis planes se adelantaran", cuenta la joven desde la pintoresca isla con calles de adoquines. Arribó a ella siguiendo la aplicación de trabajo voluntario Workaway, para formar parte de un proyecto de diseño y producción de vino orgánico, junto a personas de distintas nacionalidades.
Oriunda de Villa Alemana, la universitaria comenzó el 2020 su último año en la carrera de Diseño en la Universidad de Valparaíso y luego, tras consultar y recibir el apoyo de su profesor guía, aprovechó de realizar a distancia el semestre que le faltaba, finiquitando su examen de título entre las playas y el campo de Bozcaada.
"Es una isla vacacional, hay cerros y lo que más se ve son viñedos, pero a baja escala. Tienen energía eólica, pero es una zona rural, con un centro que es pequeño", describe.
Cómo lo rindió
Una semana antes del examen la joven envió un archivo PDF con su investigación escrita y todos los archivos para que la comisión los revisara. Su proyecto se titulaba "Bagualas, red colaborativa de articulación y difusión de eventos y contenidos con perspectiva de género".Dice que no tuvo problemas para conectarse a la sesión de Zoom y compartir pantalla con las imágenes de respaldo que tenía su exposición.
"Bozcaada es rural, pero funcionan súper bien hasta los datos móviles. No se cortó la señal ni se quedó pegada en ningún momento", asegura.
Para prevenir cualquier falla, el examen lo dio en la habitación de una amiga rusa, a la que llegaba mejor la señal de wifi.
"Solo por si acaso", aclara.
"Igual estaba nerviosa, porque no había dimensionado lo que era estar terminando el título hasta minutos antes. Ahí me di cuenta de que en verdad estaba haciendo eso y súper lejos de mi casa, sin mi familia", recuerda.Tras exponer tuvo que dejar la sesión para que los académicos deliberaran. Luego reingresó para conocer su calificación: un 6,0.
Su éxito fue celebrado por sus amigos. Pese a que era tarde en la isla - tiene seis horas de diferencia con Chile- la llevaron a la playa y pusieron música, dedicándole el tema "We are the champions", de Queen.
"Lo más complicado fue llevar este proyecto estando afuera y con tantos estímulos que te sacan de foco. Todo es nuevo, quiero conocer, quiero comer diferentes cosas, entonces tenía que compatibilizar el estar viajando con tener la concentración necesaria para finalizar el documento", indica la flamante profesional.
Sus planes ahora son retornar a Chile, conocer a un sobrino que acaba de nacer y luego volver a viajar, sin dejar de lado lo laboral. "Las nuevas tecnologías facilitan mucho el trabajo online", asegura.
Escenario emergente
Eduardo Abarca, académico de la Escuela de Diseño de la Universidad de Valparaíso y profesor guía del proyecto de título de Camila, comenta que fue la primera vez que tomaron un examen online desde tan lejos. '"Las complicaciones no provienen desde el punto de vista técnico, ni tampoco de la experiencia y la entrega de contenido, sino más bien de la extrañeza que le puede causar a alguien la capacidad que tenemos los diseñadores de poder resolver problemas también a distancia", sostiene.Señala que se trata de una muestra de que los profesionales están apuntando al trabajo remoto.
"La coyuntura actual está haciendo que este escenario, que hasta hace un tiempo nos parecía un escenario emergente, se vaya consolidando como una actividad y una actitud frecuente al momento de abordar el desarrollo de proyectos", agrega.