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Falla geológica de Liquiñe desplazó  el curso de este río 170 metros

Mil doscientos kilómetros de norte a sur, entre las regiones del Biobío y Aysén, recorre un sistema de fallas geológicas conocida como Liquiñe-Ofqui, una ruptura terrestre de 12 kilómetros de profundidad que se extiende por el centro de la Cordillera de Los Andes. Es una manifestación del desplazamiento durante millones de años de una gigantesca franja de tierra conocida como el bloque de Chiloé, parte de la placa sudamericana, hasta colisionar con otra porción de esa misma placa continental en una zona que cruza de mar a cordillera, entre Lebu y el sur de Temuco.

"Descubrimos que Liquiñe es la falla terrestre que se mueve a mayor velocidad en el país: a 1,88 centímetros al año. Para comparar, la falla de San Ramón (en Santiago) lo hace a 0,01 centímetros al año", explica el geólogo Daniel Melnick, académico del Instituto de Ciencias de la Tierra en la Universidad Austral. Esa fue una de las conclusiones a las que llegó el investigador en un trabajo para su casa de estudios, con la colaboración de sus colegas del Núcleo Milenio Cyclo, publicado por la revista Scientific Reports del grupo Nature.

Los científicos midieron la velocidad al estudiar el río Liquiñe, en la comuna de Panguipulli, al norte del sistema de fallas. Notaron que en los últimos 9 mil años el curso del río se desplazó 170 metros como producto del movimiento tectónico, el choque de placas y el cambio en la geografía.

"Tenemos una foto de una zona del río en que se nota claramente (se puede apreciar en esta página). Allí se ve el curso de agua (arriba) que llega a una poza donde se concentra el agua (al medio, a la derecha). Esa poza fue formada por la falla. Además, provocó un movimiento vertical de 5 metros que creó una terraza, una elevación junto al río (abajo, derecha) que va de este a oeste. También se aprecia una llanura de inundación, parecida a una playa, hasta donde llega el agua en invierno", explica el especialista.

-¿Y cómo eso cambió el río, Daniel?
-En la fotografía se nota que el curso cambia en casi 90 grados, toma otra dirección y en algunos tramos pasa por la falla misma. Como explica Melnick, la falla Liquiñe no se manifiesta como una grieta, como se podría pensar. En la zona estudiada se entiende como una zona que acomoda el movimiento relativo de dos bloques de tierra que colisionan. Como resultado, las rocas se rompen y se acumula un gran estrés o energía.

El estudio menciona que la falla pudo haber generado grandes terremotos prehistóricos, pero que las evidencias podrían haber sido suavizadas por efectos de la erosión provocada por los glaciares que abundaban en esa zona hace miles de años.

En épocas recientes se han registrado pocos sismos significativos. Sin embargo el movimiento en el extremo sur del sistema de fallas provocó un terremoto de magnitud 6,2 en Aysén. "Hubo derrumbes de los cerros dentro del fiordo donde se encuentra Puerto Aysén y así se provocó un tsunami", afirma Melnick.

Según el estudio, la falla y su movimiento debería generar sismos de magnitud 6 cada 25 años aproximadamente, pero que no libera su energía de esa forma gracias a un fenómeno llamado "reptación sísmica". El escrito dice que algo similar ocurre con la falla de San Andrés (Estados Unidos) y Noranatolia (Turquía). Ya que han ocurrido sismos mayores a 6 en sitios geológicos semejantes, no se descarta que en torno a Liquiñe también tiemble con esa intensidad.

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