El actor Luis Gnecco lleva menos de una semana fuera de la clínica donde tuvo que internarse por una complicación en los pulmones a raíz del Covid-19. Gnecco fue parte del elenco de la obra "Orquesta de señoritas", del dramaturgo francés Jean Anouilh, que programó la Fundación Cultural de Providencia para estrenar en el Teatro Oriente luego de un año de pandemia y encierro.
La producción tomó todas las precauciones, realizando test PCR periódicamente. El aviso de que uno de los actores había dado positivo detuvo inmediatamente los ensayos y obligó a todos a realizarse nuevas pruebas. Los resultados no podían ser peores: todo el elenco estaba contagiado (Cristián Campos, Mauricio Pesutic, Luis Gnecco, Tomás Vidiella y el estilista Patricio Araya).
Mientras todos estaban en cuarentena, la tarde del 10 de marzo murió Tomás Vidiella de un infarto, mientras estaba hospitalizado. "Todos estábamos monitoreando y atentos a Tomás y su hermana nos enviaba reportes, en que decía que estaba bien, recuperándose y de buen ánimo. Fue una sorpresa, un duro golpe", dice Luis Gnecco. Respecto a lo que pasó entre los integrantes de la obra, advierte: "Es delicado hablar a nombre de la compañía, no me las voy a dar de vocero de Io que pasó al interior".
-¿Por qué?
-Tengo que respetar las sensibilidades. Las compañías de teatro son grupos de trabajo que establecen relaciones muy particulares e íntimas, es un ambiente bien cerrado. Es ley que lo que ocurre al interior de una compañía de teatro queda adentro de la compañía.
-Pero este caso es más complejo.
-Me parece que sería de una liviandad e impertinencia sin nombre empezar a opinar sobre lo que pasó, de las precauciones y cuidados que tomamos, especular sobre quién pudo llevar el virus o discutir si Tomás debería haber hecho o no la obra. No podría arrogarme ese derecho. De lo único que puedo hablar es de lo que me pasó a mí con la obra.
-¿Qué le pasó?
-Cuando surgió el proyecto, lo vi como una muy bonita oportunidad de hacer un espectáculo de muy buen nivel. Lo apoyé desde el principio. Iba a ser la primera obra de teatro post pandemia en un escenario y con público.
-¿Eran conscientes del peligro?
-Nos daba miedo, siempre supimos que era riesgoso, pero nos lanzamos. Teníamos pensado un estreno cerca del 20 de enero, que no pudimos realizar porque Providencia había retrocedido a fase 2. Grabamos la obra para en algún momento difundirla por streaming. Después surgió la posibilidad de hacerla los fines de semana. Para mí era muy relevante porque hacía cinco años que no me subía a un escenario.
-¿Por qué tan alejado del teatro?
-Porque privilegié el cine, viajar al exterior a hacer series, películas. Participé en la serie "Narcos", la película "Neruda", que tuvo una gira promocional importante, la película "Los dos Papas", hice series y películas en Italia (la película "La regla de oro", la serie "No matarás" y luego "Mastran Antonio") y en Argentina ("El Ángel", "La misma Sangre"). Por eso era tan fuerte volver a subirme al escenario. Era la media oportunidad.
-¿Y para los otros participantes, era tan importante como para asumir este riesgo?
-Para todos era una gran oportunidad. Estábamos todos fascinados.
-¿Cuándo supieron la posibilidad de estar contagiados?
-Cristián (Campos) ha contado, ha dicho lo que pasó. Mientras Cristián grababa una teleserie le hicieron un PCR que dio positivo y avisó a todos con los que estaba trabajando, entre ellos nosotros. Fue muy responsable en hacerlo inmediatamente.
-¿Se cuidaban del Covid-19?
-Esa semana, por protocolo, teníamos que hacernos PCR en el teatro. Estos protocolos son muy estrictos y ese PCR se adelantó para el miércoles. Estaba atento porque también tenía que grabar la serie "La Jauría", aunque tenía un PCR anterior negativo.
-Pero éste dio positivo.
-No podía creerlo al verlo. Me he hecho más de treinta PCR. El año pasado estuve trabajando todo el año en teleseries y nos hacíamos con mucha regularidad test de PCR y de anticuerpos, cada IO o 15 días. Lo mismo me ha pasado en las grabaciones de "La Jauría", grabé "Got Talent". Nunca he dejado ni de trabajar ni de hacerme PCR.
-¿Se terminó el proyecto "Orquesta de señoritas"?
-No sé cómo podría evolucionar porque fue un proyecto icónico, destinado a abrir los teatros, pero ahora tiene el sello del teatro golpeado por el Covid. No sé cómo se podría reformular este proyecto, no me corresponde a mí decidirlo, es tema de la Fundación Cultural de Providencia.
Tomás Vidiella
-¿Por qué hospitalizaron a Tomás Vidiella?-A Tomás lo hospitalizaron por precaución, dada su edad (83 años), y porque tenía antecedentes de una enfermedad pulmonar. En esto fue clave Chile Actores y su presidenta, Esperanza Silva, que estuvo a cargo de gestionar la internación en el Hospital de la Universidad Católica.
-¿Existían señales de que Vidiella estuviera mal?
-Todos estábamos monitoreando y atentos a Tomás y su hermana nos enviaba reportes, en que decía que estaba bien, recuperándose y de buen ánimo. Fue una sorpresa, como cuando te enteras de que un familiar tuvo un accidente, no estaba entre las posibilidades. Fue un duro golpe, todo muy intempestivo.
-¿Cómo lo vivió el elenco?
-Fue la sensación de que esto se había escapado de las manos. Era una desgracia que dejaba en evidencia que enfrentabas a un enemigo poderoso, a un virus que tiene la capacidad de matar a las personas.
-¿Qué hacía cuando recibió la noticia?
-Estaba solo, en cuarentena recibiendo la impactante noticia. Todos quedamos muy choqueados con la muerte de Tomás y seguimos choqueados hasta el día de hoy. Yo no puedo hablar por lo que sentían los otros, pero yo estaba con mucho miedo, angustia por la incertidumbre y por el desconocimiento.
El miedo
-Usted tuvo que internarse por complicaciones. ¿Hubo momentos en que pensó que podía morir?-Sí, cuando veía que los índices no estaban muy buenos.
-¿Les preguntó a los médicos?
-No eso. Les preguntaba cuán grave era y ellos trataban de calmarme.
-¿Pensó en la muerte?
-Todas las noches pensaba que me podía morir y estaba entregado. Para mí la muerte es algo bien insondable y no tengo buena relación con ella, es algo que sólo me da terror, miedo.
-¿Cómo salió de ese miedo?
-Me di cuenta que tenía muchas cosas que hacer, mis hijos todavía están chicos y no los puedo abandonar, tengo que vivir.
-¿Cuándo decidió internarse en la clínica?
-El 2 de marzo empezaron los síntomas leves, pero cuando me diagnosticaron positivo empecé a sentir todos los síntomas: me picaba la garganta, tenía escalofríos, me dolía el cuerpo entero, no tenía hambre, estaba botado, sin energía. Mis hijos me llamaban, mis amigos, pero estaba solo.
-¿Fue duro estar solo en su casa?
-Pero fui muy bien cuidado por la comunidad de mi edificio, que se portaron increíble, con protocolos de seguridad, muy preocupados de si me faltaba algo. Ellos han sido de una generosidad y una atención sin límites.
-¿Qué le pasó que decidió ir a la clínica?
-La indicación era tomar paracetamol cada ocho horas, nunca dejé de tener fiebre y dolor de cuerpo. Iba y venía. A los cuatro o cinco días creí que estaba empezando a salir y que estaba entrando a cierta recuperación.
-¿Y qué pasó?
-El jueves 11, un día antes de que terminara mi cuarentena, tenía una función por Zoom en la que empecé sintiéndome pésimo y terminé muy mal. Decidí internarme después de una noche de terror en que tenía mucha fiebre, estaba con terciana y tomaba paracetamol, pero la fiebre no me bajaba con nada.
-¿Ahí partió a la clínica?
-Mandé un mensaje a un especialista que me estaba viendo y me indicó que fuera a la clínica. La gente del edificio me llevó.
-¿Eso lo tranquilizó, finalmente?
-No, porque cuando te empiezan a examinar y ves que los índices no están nada buenos, te preocupas. Yo le tengo terror a las agujas y me pincharon todo lo que no me habían pinchado en los últimos diez años.
-¿Qué fue lo que motivó internarlo en la unidad de cuidados intermedios?
-Un scanner de pulmón que no tuvo muy buenos resultados porque mostraba un compromiso pulmonar importante.
-¿Cómo fue la estadía?
-Estuve cuatro días, sintiéndome bien, pero muy asustado porque te hacen diversas intervenciones con sondas arteriales, exámenes y te llenan de medicamentos. Es impresionante cómo los índices se van a la cresta, la glicemia se te dispara, te monitorean el oxígeno en la sangre y el intercambio de gases, las posibilidades de una trombosis.
-¿Cuándo bajó la preocupación?
-Cuando los médicos dejaron de sentir mis pulmones muy ruidosos y me veían con buen ánimo.
-¿Cuándo comenzó a sentirse recuperado?
-Supe que me estaba recuperando cuando volvió el olfato y desperté con los bríos de un joven de 18 años. Ahí supe que había vuelto a la vida.
-El 2 de marzo empezaron los síntomas leves, pero cuando me diagnosticaron positivo empecé a sentir todos los síntomas: me picaba la garganta, tenía escalofríos, me dolía el cuerpo entero, no tenía hambre, estaba botado, sin energía. Mis hijos me llamaban, mis amigos, pero estaba solo.
-¿Fue duro estar solo en su casa?
-Pero fui muy bien cuidado por la comunidad de mi edificio, que se portaron increíble, con protocolos de seguridad, muy preocupados de si me faltaba algo. Ellos han sido de una generosidad y una atención sin límites.
-¿Qué le pasó que decidió ir a la clínica?
-La indicación era tomar paracetamol cada ocho horas, nunca dejé de tener fiebre y dolor de cuerpo. Iba y venía. A los cuatro o cinco días creí que estaba empezando a salir y que estaba entrando a cierta recuperación.
-¿Y qué pasó?
-El jueves 11, un día antes de que terminara mi cuarentena, tenía una función por Zoom en la que empecé sintiéndome pésimo y terminé muy mal. Decidí internarme después de una noche de terror en que tenía mucha fiebre, estaba con terciana y tomaba paracetamol, pero la fiebre no me bajaba con nada.
-¿Ahí partió a la clínica?
-Mandé un mensaje a un especialista que me estaba viendo y me indicó que fuera a la clínica. La gente del edificio me llevó.
-¿Eso lo tranquilizó, finalmente?
-No, porque cuando te empiezan a examinar y ves que los índices no están nada buenos, te preocupas. Yo le tengo terror a las agujas y me pincharon todo lo que no me habían pinchado en los últimos diez años.
-¿Qué fue lo que motivó internarlo en la unidad de cuidados intermedios?
-Un scanner de pulmón que no tuvo muy buenos resultados porque mostraba un compromiso pulmonar importante.
-¿Cómo fue la estadía?
-Estuve cuatro días, sintiéndome bien, pero muy asustado porque te hacen diversas intervenciones con sondas arteriales, exámenes y te llenan de medicamentos. Es impresionante cómo los índices se van a la cresta, la glicemia se te dispara, te monitorean el oxígeno en la sangre y el intercambio de gases, las posibilidades de una trombosis.
-¿Cuándo bajó la preocupación?
-Cuando los médicos dejaron de sentir mis pulmones muy ruidosos y me veían con buen ánimo.
-¿Cuándo comenzó a sentirse recuperado?
-Supe que me estaba recuperando cuando volvió el olfato y desperté con los bríos de un joven de 18 años. Ahí supe que había vuelto a la vida.