Un matrimonio regresaba a su casa en auto por calle Isabel Riquelme, cerca de la plaza Jorge Montt, en Maipú, cuando de pronto otro vehículo los interceptó antes de que ingresaran al estacionamiento. Eran cerca de las 11:30 de la mañana del lunes. Dos de los cuatro hombres que iban a bordo de este vehículo se bajaron y con una Pistola intimidaron a la pareja. Tras unos segundos de forcejeo, uno de ellos le disparó a la mujer para quitarle la cartera. Le dio en el centro del tórax.
Según el comisario Juan Riquelme, subjefe de la Brigada de Robos Metropolitana Occidente de la PDI, en el bolso había $7.000.000, un dinero que el matrimonio había girado desde un banco ubicado en Cerrillos.
Carabineros de la 25a Comisaría de Maipú llegó al sector. En una primera instancia llevaron a la mujer, de nacionalidad peruana, a un Cesfam de la comuna y después al Hospital El Carmen. Pero la gravedad del disparo le provocó a la muerte a las 12.11 horas. Las cámaras de vlgilancia, detalló el subprefecto Riquelme, registraron el auto en que se movilizaban los asaltantes: un station wagon color rojo. Carabineros aclara que el hecho se trataría más bien de un robo con intimidación y no de un portonazo, ya que los portonazos tienen por finalidad el robo de vehículos.
La argentina Olga Fernández es licenciada en Criminalística. "Eso es salidera bancaria, como lo llamamos aquí", dice. "Quienes participan en la bandas que hacen este tipo de robos suelen ponerse en la fila de los bancos, tras la víctima, y pasar datos sobre su vestimenta o incluso marcarlos. Luego, un socio afuera los sigue lejos del banco, porque en el banco hay policía. Y luego los encerraban cuando la víctima llegaba a su casa", dice.
La criminóloga cuenta que en Argentina, como medida para frenar estos robos, usan mamparas en los bancos. "Tenés mamparas para que uno no vea qué hace el otro", dice Fernández. Hasta 2019, afirma, los bancos contaban con una mampara que impedía que se viera desde la fila lo que hacía la persona en las cajas. Ese año, el Banco Central obligó a los bancos a poner mamparas también entre cada caja. Se trata de paneles opacos que aíslan cada uno de los puestos: cada cliente realiza su operación sólo ante la vista del cajero que lo atiende. El 2019 eso se incrementó mediante una división lateral opaca.
"Es buena medida, porque disminuyeron mucho los casos después de esto", afirma Fernández.