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El emotivo adiós a Patricio Araya

"Gracias a Dios me pude despedir". Son las primeras palabras de Alejandro López, pareja por 36 años de Patricio Araya (78), estilista que este miércoles, a las 9:15 de la mañana, falleció por complicaciones asociadas al Covid-19.

El peluquero -uno de los más reconocidos en Chile por sus trabajos en teatro, televisión y desfiles (ver página 27)- pasó un mes internado en el Hospital Clínico de la Universidad Católica luego de participar en la obra "Orquesta de señoritas", producción donde se contagió todo el elenco, entre ellos Tomás Vidiella, quien murió el 10 de marzo por lo mismo.

"Ayer (martes) sus médicos me autorizaron a estar con él y estuve lo que más pude. En esos momentos uno se desahoga un poco y despedí al amigo de tantos años, a mi pareja de tantas cosas lindas", añade López, quien este miércoles le dijo adiós a Araya en las puertas de la peluquería ubicada en la calle Napoleón, en Las Condes.

Alrededor de las 13:30 horas, la carroza fúnebre pasó por el lugar, que fue adornado con flores rojas y blancas, junto a un retrato del estilista. "Quería que se despidiera de su peluquería y fue mucha gente", resume el gran amor de Araya. Algunos de los asistentes fueron la ex primera dama Marta Larraechea, el productor de eventos Willy Geisse y el diseñador Ricardo Oyarzún.

-¿Cómo se conocieron?
-Yo soy un autodidacta. Siempre hice vestuario para el teatro y el espectáculo. Nos conocimos por eso y se fue dando la amistad, el cariño y el amor. Hace cinco años realizamos el Acuerdo de Unión Civil (AUC).

La pareja pasó todo el año pasado resguardándose en la parcela donde vivían, en Calera de Tango. "Empezamos a salir cuando se pudo salir y siempre siguiendo todos los protocolos. Él estaba tan entusiasmado con la obra ("Orquesta de señoritas"), porque eso era lo que le gustaba. Siempre hubo mucho protocolo; sanitización, PCR, todo", declara López

-Usted también se contagio.
-Sí, pero al principio salí negativo. Fui completamente asintomático. Cuando supe que Pato era positivo atiné a llevármelo a la casa, pero se agravó muy rápido. Sudaba mucho, estaba somnoliento y hablando mal. Lo internaron inmediatamente y el cinco de abril cumplió un mes hospitalizado. Tuvo altos y bajos, pero el virus arrasó con sus órganos: con su corazón, pulmón y riñón. Luego fue intubado y cada vez se puso más crítico. Cuando me llamaron, yo supe.

-¿Qué cosa?
-Que estaba mal. Cuando me dijeron que podía ir a verlo entendí, por el tono de voz, lo que pasaba. En ese momento me empecé a preparar. Nunca pude hablar con él porque siempre estaba en un estado de sedación, pero ayer (martes) le hablé y le toqué sus piernas. Siempre tenía dolor de piernas por su trabajo, por pasar tanto tiempo de pie. Tengo mucho que agradecerle, él fue muy bueno conmigo, me enseñó mucho.

-¿Cuál es su legado?
-Uf... tantas cosas en televisión, en teatro. Pasó por todas las divas, por todas las que puedas imaginar. Para él nunca existió una mujer mal hecha. No existían las mujeres feas. Cuando alguien le pedía parecerse a otra persona, él siempre le decía no, tú debes sacar tu propia belleza.

"Se fue en su elemento"

El maquillador Franklin Sepúlveda (@franklinathos en Instagram) confiesa "yo admiro a Pato desde que era niño. Tenemos muchos amigos en común. Aparte yo soy gran amigo de Alejandro, a quien conocí en el Miss Chile"

En una las conversaciones que sostuvieron mientras trabajaron en "Orquesta de señoritas", Franklin recuerda que "Pato nos contó que cuando estaba en Nueva York lo confundieron con Dustin Hoffman. Esto fue hace unos 30 años, cuando Pato estuvo estudiando allá y su vecino de edificio era Dustin Hoffman y a veces, la prensa que lo esperaba abajo, pensaban que era él".

-¿Cómo lo vio en la obra?
-Pato estaba de maravilla. Con Tomás (Vidiella) parecían cabros chicos de 19 años. Pato estaba muy vital, lúcido, creativo. Creo que Pato se fue en su elemento. El Covid es complejo y cuando te intuban, tú no sabes si vas a volver. Y eso pasó. Pero Pato siempre estuvo en su elemento y sé que estaba muy feliz de volver a trabajar en lo que él amaba y que hace mucho tiempo no lo hacía. Pato demostró un manejo, una sencillez, una austeridad, sin querer pretender nada. Lo mismo pasaba con Tomás; mucha disciplina, sencillez y vida.

Rubén Campos recuerda que conoció Araya hace más de 30 años, cuando el diseñador llegó a Santiago. "Fue maravilloso porque siempre tuvimos una relación muy bonita como amigos y profesionales. Hicimos tantos desfiles. Primero analizábamos el look que íbamos a usar y él tenía todos los implementos. Los desfiles eran grandes y Pato iba con su equipo de IO a 15 personas. Yo era muy exigente y él también. Te ibas a la segura con Pato".

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