El caso: La historia de Catalina Balmaceda (41), profesora que sufrió una encerrona junto a sus cuatro hijas de 5, 7, 9 y II años el miércoles, en Colina, dejó un notable aprendizaje: es posible salir ilesa de esa situación preparando con antelación a los niños.
Una conversación previa, en este caso, fue la clave para que nadie saliera herido. Catalina les había dicho a sus hijas dos semanas antes qué hacer si les intentaban robar el vehículo. Las niñas actuaron tal y como les dijo su madre: se soltaron de las sillas infantiles, dejaron de lado las cosas materiales y salieron rápido del auto, el que finalmente se llevaron los delincuentes.
La conversación: Alfonso Cox, sicólogo infanto juvenil de la Red Salud UC CHRISTUS, dice que "esta mamá (Catalina Balmaceda) lo hizo muy bien. La situación de una encerrona es de máximo estrés y produce una angustia inmediata. Frente a eso hay personas que reaccionan defendiendo las cosas, otras huyen o no saben muy bien qué hacer. Por eso, es importante conversar previamente con los niños y adolescentes para que estén preparados".
Una buena estrategia, dice el especialista, es enfocar la conversación en el tema de la seguridad. "No es necesario mencionarles "es que hay tantos robos y la situación está muy peligrosa". Hay que evitar mencionar eso, porque infunde miedo en los niños. Es mejor decirles que van a hablar sobre la importancia de la seguridad", agrega.
La doctora Josefina Huneeus, siquiatra infanto juvenil del Hospital Dr. Exequiel González Cortés, comenta que es importante recalcarles a los niños que existen medidas que se pueden tomar para protegerse de estos eventos. "Uno puede darles algunos ejemplos, contarles experiencias de familiares y resaltarles que los padres siempre los estarán protegiendo y que están en un ambiente seguro. Que todos en la familia están tomando las medidas de resguardo posibles para cuidarse", comenta.
La vida en peligro. ¿Cómo se le explica a una persona de 5 años que su vida eventualmente puede correr peligro? "Es sumamente difícil, porque los niños tienen un concepto muy inmaduro sobre la muerte, que tiene que ver con la ausencia de alguien en lo inmediato, pero no comprenden del todo que eso es Irreversible. Si se le dice a un niño de 5 años que su vida corre peligro, eso le va a producir más confusión o ansiedad", argumenta Cox.
Una perspectiva diferente tiene la doctora Huneeus. "Un niño de 5 años comprende el mundo mucho más de lo que uno cree. Puede entender que la vida de las personas corre peligro, que hay accidentes que pueden pasar o enfermedades que afecten su salud. Por lo tanto, siempre es importante hablarles con la verdad a los niños, que sepan que existen esas cosas; no para asustarlos sino que para que conozcan la realidad de las cosas".
Simulacros en casa: Es recomendable que, tanto los padres como sus hijos, practiquen en casa cómo actuar ante un eventual robo de vehículo, dice Cox. "Practicar es una manera más lúdica que conversarles en profundidad sobre este tipo de delitos. Pueden hacen simulacros en el auto en el que intenten soltarse el cinturón o la silla infantil lo más rápido posible. Y los mismos padres también pueden ensayar cómo sacar rápidamente estos sistemas de retención que son muy seguros y complicados", aporta el sicólogo. Incluso pueden hacer hasta competencias, cronómetro en mano, para hacerlo más divertido, sugiere Cox.