-->

Escribe y presiona enter

On
Cómo funcionan las neuronas que regulan la sed

Daniela De Giorgis corre como si escapara de su sombra. Antes de la pandemia se preparaba para una triatlón. Y cada vez que se detenía, tomaba una botella entera de agua y sentía que su sed se apagaba de inmediato. Como es neurocientífica, cuenta, siempre que finalizaba un entrenamiento aparecía la misma duda: ¿por qué al tomar agua desaparece rápidamente la sed? Eso considerando que prácticamente es imposible que el agua se distribuya por todo el cuerpo y Io hidrate en los cinco minutos que demoró en beberse la botella.

La curiosidad de De Giorgis la llevó a escribir el capítulo "Las neuronas de la sed" del libro de divulgación científica "DeMente, dos cabezas piensan más que una", del Instituto Milenio Centro Interdisciplinario de Neurociencias de la Universidad de Valparaíso, publicado por la editorial Catalonia. En la escritura de los capítulos participaron 41 científicos jóvenes que forman parte de los programas de magíster y doctorado en Neurociencias de la casa de estudios, quienes recogieron los últimos hallazgos publicados y los trasladaron a un lenguaje completamente amigable y fácil de comprender.

Neuronas de la sed. Las neuronas de la sed, explica de Giorgis, son las encargadas de la homeostasis corporal. Es decir, del equilibrio de todo lo que ocurre al interior del cuerpo.

Para saber cómo estas neuronas son capaces de activarse antes de que al organismo le pase algo por la falta de agua, detalla, unos científicos, entre ellos Christopher Zimmerman de la Universidad de Princeton, midieron la actividad de las neuronas que promueven la sed en un grupo de ratones.

"Determinaron que las neuronas de la sed son capaces de regularse durante la comida y la ingesta de agua. Eso lo hacen mucho antes de que esos dos factores tengan algún tipo de impacto en la sangre. O sea, dan una señal de sed antes de que el cuerpo efectivamente se deshidrate o sufra las consecuencias de la falta de agua, por ejemplo, un alza de presión", aclara.

El efecto de la sal. Cada vez que los ratones bebían agua con sal, detalla De Giorgis, los científicos notaban que las neuronas de la sed, ubicadas en una parte del cerebro llamada órgano subfornical, se activaban.

"Antes de que la sal llegara a la sangre de los ratones, el cerebro era capaz de responder con anticipación con una señal de sed porque esas neuronas están entrenadas para ver este mínimo desbalance en el equilibrio del organismo", menciona De Giorgis, quien agrega que lo mismo le ocurre a los humanos cuando comen un plato lleno de papas fritas.

El efecto del agua fría. Zimmerman, el neurocientífico que escribió el artículo que inspiró el capítulo de "DeMente", publicó el año pasado un ensayo en la revista "Science", donde explicó con palabras didácticas toda su investigación sobre las neuronas de la sed.

Allí mencionó que los ratones, cual un humano que prefiere una cerveza bien helada, se inclinan por el agua fría para calmar la sed. "Las neuronas de la sed se inhiben de manera más eficiente al beber agua fría. Esto puede explicar porque experimentamos las bebidas frías como algo especialmente placentero y para saciar la sed", detalla.

De dónde viene la sed. Según Zimmerman, las neuronas de la sed se activan cuando el agua pasa por el tracto digestivo. En el ensayo, el investigador menciona que descubrieron que las neuronas de la sed son capaces de detectar justamente el líquido en la boca de los ratones. Esa señal que advierte sobre la entrada de líquido en el tracto digestivo, asegura Zimmerman, se trasmite rápidamente al cerebro a través del nervio vago. O sea, las neuronas saben perfectamente si apagarse o pretenderse porque están comunicadas con el tracto digestivo, que envía señales sobre hidratación o deshidratación.

"Por lo tanto, beber genera capas de señales que permiten a las neuronas de la sed predecir cómo los líquidos ingeridos afectarán la hidratación en el futuro, para luego ajustar la bebida de manera preventiva", enfatiza.

Click para comentar