Alcanzar la inmunidad de rebaño se convirtió en el anhelo mundial cuando el coronavirus no llevaba ni un mes instalado en el globo. Era evidente, según los datos científicos que se conocían, que la única forma de salir de la pandemia era consiguiendo que al menos el 70% de la población de cada país obtuviera la inmunidad -por infección natural o por vacuna- hasta que el virus no tuviese a quién más infectar.
Quince meses han pasado desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la emergencia viral como una pandemia. Desde esa fecha, algunos países, entre ellos España, continúan mencionado la inmunidad de rebaño como una gran meta. "Estamos a solo 100 días de lograr la inmunidad de grupo, es decir, de lograr el 70% de la población española vacunada", dijo este lunes el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez.
Según parece, su entusiasmo podría ser exagerado.
En Estados Unidos, Anthony Fauci, el más importante asesor sobre Covid-19 del gobierno de Joe Biden, le puso esta semana paños fríos a la idea. "La gente se estaba confundiendo y pensaba que íbamos a bajar las infecciones hasta llegar a ese mítico nivel de la inmunidad de rebaño, cualquiera que sea ese número. Por eso dejamos de usar inmunidad de rebaño en el sentido clásico", dijo, según The New York Times.
El anhelo
Manuel Nájera es médico epidemiólogo e investigador del Centro de Epidemiología y Políticas de Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad del Desarrollo, y dice que "la inmunidad de rebaño es un deseo, un anhelo" y que no hay que confundirla con el efecto de las vacunas, que "tienen otro objetivo, que es igual de importante: que las personas vacunadas no se enfermen grave y no mueran. Eso es Io que las vacunas están demostrando hacer. (Su efecto para) controlar la transmisión del virus entre las personas no tiene tan buenos resultados y es diferente en todas las vacunas. Por eso es difícil lograr inmunidad de rebaño, porque vacunar a todo el mundo con una sola vacuna exitosa es imposible, al menos este año".Nájera, además, destaca que existe interconexión entre países que no necesariamente tienen el mismo acceso a la vacuna. "Siempre va a existir transmisión mientras no exista el mismo acceso a nivel mundial a la inmunización".
Mario Rosemblatt es el director ejecutivo de la Fundación Ciencia y Vida y agrega que Chile, a pesar de no ser una isla, puede actuar como una. "Pienso eso porque podemos controlar las fronteras de forma bien efectiva, usando la política de enviar a las personas que ingresan al país a hoteles donde son monitoreadas. Así nos aseguramos de aislar a quienes lleguen contagiados. Si logramos eso, podríamos actuar como una isla donde no entra el virus", afirma el profesor de las universidades San Sebastián y de Chile.
Entonces, ¿todavía existe la posibilidad de lograr inmunidad de rebaño en Chile? Rosemblatt piensa que sí, pero se debe cambiar la estrategia. "La forma ha sido que la gente vaya al vacunatorio. Ahora hay que lograr que los vacunatorios vayan a la gente. Israel tomó esa medida muy comentada e interesante de vacunar en los bares. ¿Por qué no ir a vacunar a la gente al mall?".