Previo a la noticia que aún los tiene exultantes, y mucho antes de documentar cierto gusto por las alcachofas, la pareja conformada por la actriz Ingrid Parra (37 años) y el publicista Cristián Salazar (46) vivió periodos difíciles. Las ganas por tener un hijo en común los llevaron desde 2019 a sistemáticas idas al médico y exámenes que siempre terminaban igual: el deseado embarazo natural parecía no concretarse nunca. Y la frustración crecía.
Ingrid recuerda: "No nos resultaba nada. Pasamos por muchos ginecólogos y exámenes, incluido uno súper doloroso, llamado histerosalpingografía, donde descubrieron ciertos problemas de fertilidad. Mis dos trompas de Falopio las tengo, pero hay una que ovula con normalidad y la otra reabsorbe los huevitos y claro, no alcanzan a salir. Muy pocas veces ovulaba con la que estaba bien. Y bueno, después de mucho tiempo, habíamos decidido empezar un tratamiento de fecundación in vitro".
Según precisa la intérprete de "Teatro en CHV" (2011-2013) y "20añero a los 40" (2016, Canal 13), tal método de reproducción asistida (que consiste en la unión de un óvulo con un espermatozoide en laboratorio) ya estaba listo para ser realizado desde marzo. "Nos habíamos hecho los exámenes previos, teníamos el presupuesto listo. En eso estábamos cuando un especialista en reproducción, el doctor Juan Luís Alcalde, a quien lo adoramos, nos propuso que si llevábamos tanto tiempo buscando una guagua, que nos relajáramos. Que saliéramos de vacaciones, que cambiáramos el aire y que a la vuelta llegáramos con todo el ánimo para el tratamiento".
Y así lo hicieron. Ingrid y Cristián viajaron en febrero a Cancún, México, en compañía de los dos hijos grandes de él (Nicolás, de 18, y Antonia, de 15) y de una pareja amiga. "Allá en las vacaciones me doy cuenta de que me había atrasado. Entre tanto sol, entre tanto tequila, nunca me llegó mi periodo. Y a los 8 días de eso, la Anto, la hija de Cris, me dijo que me hiciera un test. Me fui a comprar un test, me lo hice y me salió positivo de inmediato".
-Lo logró.
-Sííí, nunca antes había quedado embarazada. Nunca antes llegué a tener a alguien en la guatita. Era mi primera vez... y ahí está, creciendo. No lo había querido hacer público hasta que estuviera más grande. Tengo 4 meses, y de hecho, ya he tenido antojos: me ha dado por comer harta alcachofa, también pepinos y papas fritas. Estoy disfrutando el momento.
Cristián, el padre, interviene: "Nunca dudé de que en algún minuto iba a resultar. Siempre traté de estar ahí, acompañando lo más posible, porque este es un tema bien traumático, sobre todo para la mujer que se lleva una carga emocional todos los meses. Por más que uno esté preparado de que no resulte, todos los meses uno tiene la esperanza. Son muchas las parejas que pasan por esto. Los problemas de fertilidad afectan a la familia completa, pueden fortalecer o destruir a las parejas. A nosotros nos pasó lo primero".
"Quizás olvidarse del tema ayudó o los astros se alinearon. No me lo explico En mi caso yo lo veo como un milagrito", regresa Ingrid, emocionada.
-¿Milagro?
-En mi caso, sí. Según exámenes, yo tenía 3% de posibilidades de quedar embarazada, entonces sí puede ser un milagro. Además yo tengo hipertiroidismo como enfermedad de base, Io que complica aún más las cosas, porque esa enfermedad no es tan compatible con el embarazo. Tengo que estar en tratamiento constante con la endocrinóloga y con el ginecólogo. El pronóstico que teníamos era que sólo podíamos ser papás por fecundación in vitro, que es carísimo.
-¿Cuánto sale?
-Nos iba a costar 5 millones de pesos, y tampoco te asegura efectividad de cien por ciento. A pesar de que era carísimo, podíamos pagarlo, pero hay mucha gente que no puede, que se tiene que quedar con las ganas. Encuentro injusto que sea tan caro, es privativo. Ojalá eso pueda mejorar, para que los papás que sufren con la infertilidad puedan tener alternativas. También quisimos hacer público esto para mostrarles a las personas que siempre hay esperanza. A nosotros nos costó, pero al final pasó.