Juanita Zúñiga tiene 29 años y siempre ha trabajado como temporera. En eso estaba el 27 de mayo cuando su largo cabello negro azabache, que le llegaba a la altura de las caderas, se enredó en un tractor provocándole el desgarro de su cuero cabelludo.
"En ese momento me fui a negro y no recuerdo haber sentido dolor. Solo me acuerdo de los gritos de mis compañeras que pedían ayuda. El suelo estaba mojado por la helada que había caído en la mañana y yo me resbalé y caí de frente al tractor. Este tenía una tómbola donde se mezclaba la pintura y un fierro que la revolvía; ahí se me enredó el pelo", relata la joven.
Juanita estaba ese día con dos compañeras y el chofer del tractor. El grupo había hecho un break para servirse un dulce y un vaso de bebida minutos antes de que ocurriera el accidente. Todos la auxiliaron hasta que llegó la ambulancia para trasladarla a Rancagua, después de una hora.
-¿Qué labores agrícolas estaba realizando, Juanita?
-Estábamos pintando los cerezos en un fundo en la comuna rural de Coltauco, Región de O'Higgins. La pintura se usa como una capa protectora para este árbol, que con la lluvia, se parte. En el tractor estaba la tómbola con el fierro que revolvía la mezcla, que además de pintura contiene agua y cola fría.
-¿Tenía el pelo suelto?
- Lo tenía amarrado cuando estaba trabajando, pero en el break saqué mi jockey para ponérmelo y me solté el pelo. Cuando me lo tiré hacia delante, me tropecé y caí encima del tractor.
-¿Qué pasó mientras llegaba la ambulancia?
-Me puse blanca y sentía mucho frío. Mis compañeras seguían cuidándome y lloraban mucho. Me acuerdo que miraba mi pelo, que estaba enrollado en un lado, y les decía a ellas que no lloraran, que por último me compraba una peluca. Yo todavía no me daba cuenta de la magnitud del accidente.
-Luego la trasladaron a Santiago.
- Sí, cerca de las 17 horas llegué a la urgencia del Hospital del Trabajador. Me hicieron un PCR y un scanner. Antes de que me ingresara a pabellón, mientras me hacían los exámenes, los doctores ya estaban trabajando con el tejido que rescataron mis compañeros (este fue trasladado en una bolsa hermética en cadena de frío). En la cirugía, recuerdo que me pusieron anestesia y no supe más hasta las II horas del día siguiente.
-¿Qué pasó al día siguiente?
-Desperté con un respirador mecánico, intubada y llena de sondas. Supe que la cirugía había durado ocho horas. Emocionalmente igual estaba afectada. El doctor me había contado cómo llegué al hospital y lo que habían hecho para reimplantar mi cuero cabelludo, además del primer tercio de mi cara (incluido los párpados). Ahí recién caí en la cuenta del accidente que había sufrido.
-¿Cuánto tiempo estuvo hospitalizada?
-Fueron 21 días, de los cuales ocho estuve en la UCI. La mayoría del tiempo estaba dormida por los calmantes. Mi pareja, Jorge, viajó a Santiago y me acompañó durante todo el proceso. Pero solo una vez lo pude ver en el hospital. Ese día yo tenía mis dudas de que me visitara, porque tenía miedo de verlo y de que él me viera. El impacto emocional que sería eso. Pero cuando me miró me dijo: Pero negra, quedaste igual. Incluso quedaste más bonita.
-¿Qué cuidados tiene que mantener?
- Estaré en tratamiento durante al menos un año. Durante todo ese tiempo tendré licencia médica y no podré trabajar. Debo viajar a Santiago una vez a la semana a control médico con el cirujano. Tengo que tomar medicamentos (antibióticos, paracetamol y omeprazol), mantener reposo relativo e ir a las curaciones una vez por semana a Rancagua.
-¿Cómo se siente ahora?
-Me siento feliz y agradecida. Yo estoy viva de milagro. Recibí mucho cariño, cuidado y protección de mis seres queridos y una muy buena atención en Santiago. Ahora tengo que seguir adelante. No saco nada con echarme a morir o quedarme pegada en el día del accidente. Si quiero avanzar, eso no sirve. Quiero recuperarme para volver a trabajar. Y quiero que me crezca el pelo y volver a tenerlo largo.