Bernardo O'Higgins, el padre de la patria de nuestro país,
hablaba mapudungun. Ese es el antecedente histórico que
ha surgido en este último tiempo en base a la
conformación de la Convención Constituyente, donde Elisa
Loncón, académica mapuche, tendrá la función de dirigir y
liderar la asamblea. Historiadores, académicos y un
escritor analizan la figura de O'Higgins y entregan los
datos que permiten establecer la relación que existía entre
la lengua mapuche y nuestro director supremo, fundador
de la Patria Vieja.
Ubicación geográfica
O'Higgins nació en Chillán el 20 de agosto de 1778. Creció
en la hacienda San José en la localidad de Las Canteras en
la comuna de Quilleco, justo en la frontera que dividía a la
corona española del territorio mapuche. "Para los
comerciantes de esa época y jesuitas era fundamental
saber mapudungun para poder interactuar con el entorno.
Más que el mapudungun propiamente tal, lo más probable
es que O'Higgins hablara una suerte de lengua criolla, es
decir una mezcla entre castellano y mapudungun. No hay
que entender esto como un idioma puro porque en la
interacción que había entre el Maule y el Biobío había una
suerte de lengua franca, un castellano que combinaba la
lengua ancestral", dice el historiador Fernando Wilson.
Rodrigo Moreno, doctor en historia de América de la
Universidad de Sevilla, respalda lo planteado por Wilson y
agrega que los chilotes en esa época fusionaron el
huilliche con el mapudungun y dieron origen a otra lengua
llamada veliche. "La interacción entre criollos y mapuches
originarios de la zona, debe haber originado otra lengua",
añade.
El colegio donde estudió
El padre de la patria estudió en el colegio jesuita Naturales
de Chile, actualmente llamado San Buenaventura, ubicado
"En este establecimiento precisamente
en Chillán.
estudiaban los hijos de la elite chilena y también los hijos
de los Lonkos. Se enseñaba en este lugar mapudungun y
O'Higgins forjó amistades con mapuches, especialmente
con Venancio Coñuepán. Un cacique mapuche que
provenía de la familia Coñuepán, una de las más
importantes de nuestro pueblo", agrega el periodista y
escritor Pedro Cayuqueo.
Parlamentos mapuches
"Además existía la institución de los parlamentos
mapuches, donde participaban las autoridades coloniales
para reunirse con los caciques para acordar periodos de
paz. Estos encuentros eran bilingues", añade Cayuqueo.
Precisamente, Ambrosio O'Higgins, el padre de Bernardo y
gobernador de Chile, participó en el parlamento de Negrete
en 1793 al borde del Río Biobío, donde se ubicaba la
frontera chilena de la corona española.
Venancio Coñuepán
"En la guerra de la independencia los Coñuepán se aliaron
al ejército patriota de O'Higgins y luego cuando O'Higgins
se va al exilio en Perú, Coñuepán le manda una carta a su
amigo donde le ofrece refugio en el estado araucano",
agrega Cayuqueo. El padre de la patria le otorgó el grado
de sargento mayor a Coñuepán. Perteneció a su círculo
más íntimo y el director supremo hablaba mapudungún
junto a su guardia y evitaba, así, que terceros conocieran
información sobre su seguridad.
Caciques en el Ejército
"El cacique Melipán con un sargento de la República de
Chile, llamado Venancio y un teniente Juan de Dios
Montero con 1.000 indios y más de 30 soldados se hallan
a cien leguas de la Sierra de la Ventana. El gobierno
chileno los ha enviado a perseguir a los que desbaratan la
provincia de Concepción", dice en una carta de la corona
española, según el libro Caciques Boronas y Araucanos del
argentino Meinrado Hux. "El mapudungun incluso puede
haberse utilizado como un código secreto para evitar
filtraciones en la corona española", plantea Cayuqueo.
Algo que realizó Estados Unidos en la segunda guerra
mundial al comunicarse con su Ejército a través de la
lengua indígena de los navajos, complementa Wilson.
La carta de O'Higgins
El historiador mapuche Fernando Pairicán aporta otro
dato: la carta que le mandó en 1819 a los caciques. "Habrá
una paz eterna y duradera entre este gobierno y sus
súbditos con todas las naciones que habitan desde la otra
banda del Biobío hasta los confines de la tierra. Se
guardará un olvido perpetuo de cuanto haya sucedido
durante el tiempo de las hostilidades", dice el documento.
"Una hermosa carta que permite resignificar el legado de
O'Higgins", comenta Pairicán.