Ricardo Gabriel Lunari (51) debutó el fin de semana pasado al mando de Provincial Osorno. Sí, el mismo equipo que estuviera varias temporadas en Primera y que, con el correr de los años, lucha por volver al fútbol profesional. El ex jugador de Universidad Católica, quien ya estuvo dirigiendo en Chile, tomó el desafío y espera, como primer objetivo, llevar al conjunto lechero a Segunda División.
Lunari dice que a inicios de este 2021 llegó al acuerdo con Osorno, pero que recién el pasado 29 de junio se instaló con su cuerpo técnico en el sur para comenzar la pretemporada de cara al torneo, donde igualó (0-0) en su estreno con Pilmahue y venció 2-0 a Deportes Linares este sábado. "Empezamos bien. Hay un buen grupo y estamos esperanzados en poder llevar a Osorno al sitial que merece. Es un campeonato largo y muy duro", sostiene Lunari, quien dirigió por última vez en 2017, en Blooming de Bolivia.
El equipo boliviano marchaba en el cuarto lugar, pero Lunari tomó una drástica decisión. Dejó la banca para estar junto a su padre en San José de la Esquina, en la provincia de Santa Fe. Don Ricardo Pascual, quien siempre estuvo detrás del ex jugador cruzado aconsejándolo y dándole todo el empuje en su carrera, se encontraba delicado de salud. "Mi viejo estaba complicado con un cáncer al pulmón. Cuando joven fumaba demasiado y eso le pasó la cuenta. Entonces sentí que había que estar con él y con mi mamá (María Elena)", cuenta Lunari.
-¿pudo disfrutar a concho con su papá?
-Con los dos, también con mi vieja. Disfrutamos mucho hasta que, al año y meses que me fui de Bolivia a Argentina, mi papá falleció el 25 de agosto de 2018. Me quedo con la satisfacción de estar con él hasta sus últimos días junto a mi vieja, mis hermanas y mi familia. Fui un afortunado, pero obviamente que uno los echa de menos porque en todos los lugares que jugué me acompañaron.
-¿Qué pasó con su mamá?
-A los tres meses que mi papá murió, mi mamá se fue apagando y también falleció cuando tenía 76 años. Mi viejo tenía 80. Se siente que no estén, pero como te comentaba los pude disfrutar hasta el final. Mi mamá, pienso yo, no pudo con la pena y se fue a acompañar al viejo.
-Y después de varios años usted vuelve a trabajar en una cancha.
-Con la muerte de ambos me costó volver a trabajar. Perdí el entusiasmo y tampoco busqué trabajo. No estaba con muchas ganas.
-Pero incursionó en la televisión.
-Claro. Al tiempo estuve en el programa "Balón dividido" de ESPN Colombia. Aprendí bastante y estoy muy agradecido, pero comencé a darme cuenta que no era lo que quería seguir haciendo. No me sentía del todo satisfecho, pero apareció esta oportunidad en Osorno y estoy feliz.
-Se fue a un lugar donde las canchas en esta época deben
estar inundadas.
-Eso da lo mismo. Me siento feliz de poder estar en una cancha de fútbol. Yo siempre digo que soy barrero. En mi carrera como futbolista me tocó marcar en partidos que la lluvia se dejaba caer con todo. Con Católica a América le marqué en la ida de la Libertadores y llovía a cántaros. Cuando en 1997 logramos con la UC el campeonato, ganamos en el Chinquihue, que en esos años era una cancha complicada. Necesitaba estar en una cancha de fútbol, es lo que más me gusta.
-Y en una zona de buenas carnes, quesos y otras bondades.
-Es verdad. Pero como estamos centrados en el trabajo y recién llegados no hemos podido disfrutar de esas cosas, pero ya vendrá el momento.
-¿Vino con su familia?
-No, ellos están en Argentina. Cada vez que me ha tocado dirigir ellos se han quedado en Argentina. A veces los resultados no se dan y por ahí no sigues. Entonces trasladar a toda la familia para después devolverse pronto no vale la pena. Además que María Victoria está con mis hijos, quienes están terminando sus respectivas carreras en Rosario. Con María Victoria llevamos toda una vida juntos.
-¿Cuántos años?
-Desde que yo tenía 14 años y ella 12. Nuestras familias se conocían y por eso nos vimos siempre. Al principio eran risas. Todo arranca como un jueguito. Ya después pololeamos, nos casamos. Llevamos 29 años de casados y unos 36 desde que comenzamos a salir.
-¿Hijos?
-Dos hijos, Ricardo (26 años) y Rosario (23), quienes están estudiando ingeniería y biotecnología, respectivamente. Rosario es chilena y hace un tiempo le conseguí la camiseta de la Selección femenina. Siempre está pendiente. Cuando Chile fue bicampeón de América nos cargó a todos en Rosario. Y los de allá querían matarla. Tengo una linda familia. Espero que me vengan a visitar, pero con el tema del Covid está complicado. Mi hija se contagió, pero no tuvo problemas. La que sí estuvo muy complicada y nos tuvo muy preocupados fue una de mis hermanas. Por suerte ya está recuperada.
-Eso da lo mismo. Me siento feliz de poder estar en una cancha de fútbol. Yo siempre digo que soy barrero. En mi carrera como futbolista me tocó marcar en partidos que la lluvia se dejaba caer con todo. Con Católica a América le marqué en la ida de la Libertadores y llovía a cántaros. Cuando en 1997 logramos con la UC el campeonato, ganamos en el Chinquihue, que en esos años era una cancha complicada. Necesitaba estar en una cancha de fútbol, es lo que más me gusta.
-Y en una zona de buenas carnes, quesos y otras bondades.
-Es verdad. Pero como estamos centrados en el trabajo y recién llegados no hemos podido disfrutar de esas cosas, pero ya vendrá el momento.
-¿Vino con su familia?
-No, ellos están en Argentina. Cada vez que me ha tocado dirigir ellos se han quedado en Argentina. A veces los resultados no se dan y por ahí no sigues. Entonces trasladar a toda la familia para después devolverse pronto no vale la pena. Además que María Victoria está con mis hijos, quienes están terminando sus respectivas carreras en Rosario. Con María Victoria llevamos toda una vida juntos.
-¿Cuántos años?
-Desde que yo tenía 14 años y ella 12. Nuestras familias se conocían y por eso nos vimos siempre. Al principio eran risas. Todo arranca como un jueguito. Ya después pololeamos, nos casamos. Llevamos 29 años de casados y unos 36 desde que comenzamos a salir.
-¿Hijos?
-Dos hijos, Ricardo (26 años) y Rosario (23), quienes están estudiando ingeniería y biotecnología, respectivamente. Rosario es chilena y hace un tiempo le conseguí la camiseta de la Selección femenina. Siempre está pendiente. Cuando Chile fue bicampeón de América nos cargó a todos en Rosario. Y los de allá querían matarla. Tengo una linda familia. Espero que me vengan a visitar, pero con el tema del Covid está complicado. Mi hija se contagió, pero no tuvo problemas. La que sí estuvo muy complicada y nos tuvo muy preocupados fue una de mis hermanas. Por suerte ya está recuperada.