"Hola hijita, se terminó el ciclo, pero empieza uno mejor. Gracias al esfuerzo tuyo, a la perseverancia, a la dedicación que le dedicaste. Te deseo lo mejor, hija. Cuenta conmigo para todo", fueron las palabras que le brindó, entre lágrimas Eduardo a su hija, Ángeles Araya. Fue uno de los momentos más emocionantes en la despedida que le armó el "Aquí somos todos" a la animadora.
El último día de Araya en el programa de ayuda social -a mediados de octubre pasará a formar parte del espacio periodístico que Canal 13 emitirá en vez del matinal "Bienvenidos"- estuvo lleno de emociones. "Vengo dándole vueltas hace semanas. Soy súper sensible y sé que el equipo es cariñoso y preocupado, entonces no sabía cómo iba a contenerme, pero finalmente me dejé llevar. Las despedidas son así", comenta tras su último capítulo en "Aquí somos todos", que desde hoy quedará a cargo de Sergio Lagos y Angélica Castro.
Y el equipo efectivamente le tenía preparada una mega sorpresa. A las 17:10 horas vía Zoom apareció en pantalla Eduardo Araya, hombre de 68 años, escultor, orfebre, pintor, profesor de arte, dueño de la cuenta de Instagram @pintorbaro y su papá. Ángeles estalló en lágrimas de emoción, pues según explica, "gracias a él soy lo que soy. Sin él todo hubiese sido más difícil, no hubiese crecido tanto, pero él siempre me ayuda a hacer las cosas más simples. Gracias a él puedo trabajar tranquila".
La relación entre ellos es sólida y unida, pues viven juntos hace más de 8 años. "Yo vivía sola con la Joaquina (su hija) y siempre andaba corriendo, tenía que viajar por pega y la Joaquina se iba a la casa de mi papá o él se venía a nuestra casa a cuidarla. Necesitaba una nana y cuando me decidí, mi papá se encargó del casting. No le gustó ninguna y me dijo que él se haría cargo de la Joaquina".
-¿Fue ahí cuando decidieron vivir juntos?
-Sí, ahí él que vivía solo desde que mi mamá murió en 2004, se vino a mi casa. Y él se hizo cargo de todo para que yo pudiera trabajar tranquila. Él hace todo y se preocupa de lo que tenga que ver con la Joaquina.
-¿Cómo es la relación entre su papá y Joaquina?
-Es súper malcriador, tiene ese rol de abuelo. No siguen las reglas, comen dulces, ninguno se acuesta a la hora que tiene que hacerlo, salen cuando no les doy permiso. Son muy compinches. Conmigo también. Somos de conversar mucho, siempre me espera. En las noches yo me tomo mi copita de vino, él su bebida y así pasan las horas conversando.
-Por eso su emoción en la despedida. ¿Le dijo algo antes de este día?
-Es que mi papá es de otro planeta. Es mi pilar fundamental, él habla y me emociona. Me aconseja, me acompaña, me escucha, me reta. Me dijo que disfrutara el día, del cariño y así lo hice.