Un extenso artículo sobre el presente y futuro de Chile fue publicado en la última edición del semanario británico, "The Economist", que parte hablando sobre las bondades que convirtieron a nuestro país en una de las principales economías de Latinoamérica, posición que según la publicación se ha puesto en peligro a partir del estallido social.
"Chile solía ser una de las historias de éxito de América Latina. El PIB por persona casi se triplicó entre 1990 y 201 5; ahora es el más alto de América Latina. El número de estudiantes universitarios se quintuplicó durante el mismo período. La desigualdad de ingresos se redujo y ahora está por debajo del promedio regional. Sin embargo, desde que se llevaron a cabo grandes protestas en octubre de 2019, en las que al menos 30 personas murieron y las estaciones de Metro e iglesias fueron arrasadas, la violencia se ha vuelto mucho más común", establece el artículo.
Críticas a la Convención
La publicación se titula, "Chile, una vez considerada la Finlandia de Latinoamérica, está en problemas", afirma que, "Chile luce peor que en cualquier otro momento desde el regreso de la democracia. Los liberales están alarmados por la dirección que está tomando la Convención Constitucional, repleta de novatos en política", al tiempo que se describen los hechos de violencia en las protestas.También se describe que, "un grupo liderado por el PC está tratando de eludir las normas que implican que cada parte de la carta sea aprobada por una mayoría de 2/3. De hecho, los izquierdistas son los que más influencia tienen en la asamblea. Todo esto afectará a la economía. Normas medioambientales más estrictas -casi con toda seguridad incluidas en la nueva Constitución- podrían dificultar la exportación de cobre, de la que depende la economía", ejemplifica.
Elección polarizada
"The Economist" plantea que a raíz de la convulsión social, la elección presidencial se consolidó en la disputa entre polos opuestos: "Los políticos extremistas están ganando terreno. Los dos que lideran las encuestas son Gabriel Boric, un hombre de 35 años aliado del Partido Comunista, y José Antonio Kast, un candidato de la derecha más dura que un día afirmó que si Pinochet estuviera vivo, 'votaría por ml"". Y agrega: "El señor Kast quiere construir una zanja en la frontera norte del país para mantener alejados a los inmigrantes que llegan ilegalmente. El equipo de Boric argumenta que sus políticas no son más extremas que, por ejemplo, las de Sanders en EE.UU. Aun así, parecen estar en deuda con los izquierdistas radicales".El trasfondo
El analista político Kenneth Bunker, director de Tresquintos.cl, dice: "Cuando uno piensa en Chile, en el exterior, al menos hasta 2019, uno piensa en un modelo de éxito. En todos los índices Chile destacaba, por eso en el exterior sigue siendo un puzzle cómo Chile decidió hipotecar todo ese éxito obtenido para entrar en un periodo tan incierto. Basta pensar en Argentina, que en los 90 era vista más exitosa que Chile, pero eso se dio vuelta. Chile ha sido un país más rico y con más oportunidades en los últimos 20 años que Argentina. Ahora, uno ve cómo afecta en lo social la mala distribución de ingresos y la desigualdad de trato, eso quedaba escondido para el exterior. El artículo es interesante y da para pensar, por ejemplo, que pasó con quiénes desarrollaron ese modelo, la Concertación, son muy pocos los defensores de un modelo que se sigue alabando en el mundo entero".Javier Sajuria, académico en Queen Mary University of London y director de Espacio Público, cree que el artículo, "busca, de forma indirecta, mostrar que las protestas, la convención y el surgimiento de las candidaturas de Kast y Boric son las causas del problema. La verdad es que más bien son consecuencias. Por ejemplo, dicen que el país no está mejor que hace dos años, pero obvian el impacto de la pandemia, los problemas de manejo político del gobierno".
Miguel Ángel Fernández, académico de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, opina: "El artículo golpea directamente la idea del excepcionalismo chileno, que transformaba al país en la encarnación del sueño liberal de que buenas ideas y buenas instituciones podían generar progreso y bienestar social. La razón detrás de ello se basa en la violencia en las calles, la polarización política, una Convención que genera más incertidumbre que confianza, la falta de consensos mínimos y el auge de las ideologías por sobre la técnica. Hoy el mundo ve que el país se dirige a una degradación democrática y, aún cuando el daño puede ser revertido, las señales que la política da día a día pareciesen no entregan mucho optimismo".