El ingeniero civil industrial Nicolás Sosa (33) trabajaba en una empresa de centros comerciales como jefe del área de análisis de estrategia de Negocios cuando, en plena pandemia, lo despidieron. Empezó a mandar su currículum para volver a emplearse, pero también a concentrarse en un proyecto que mantenía en paralelo mientras trabajaba y que nunca pensó que pudiera ser su empleo oficial.
Creó ITAA, donde usan inteligencia artificial para resolver problemas. Tienen soluciones como Somni, un sistema de gestión de riesgo por fatiga humana, el cual predice el comportamiento y se anticipa ante posibles accidentes mediante alarmas vía mail, Whatsapp, entre otros.
"Pasé de enviar planillas Excel con colores por correos que a veces nadie miraba, a querer dejar huella y cambiar el mundo. Cambié la silenciosa vida de análisis de datos, por la venta, el diseño, la creación y la ingeniería", dice.
Entremedio, se ganó un fondo Corfo, otro en Start-Up Chile y siguió adelante. Llegaron clientes y empezó a crecer. "Con mis socios sabíamos que este camino no era fácil, menos en esta época de pandemia, pero teníamos confianza en que nuestro proyecto era algo muy grande y que si no era hoy ni nosotros, serían otros mañana", cuenta.
-¿Ha pensado en volver a emplearse?
-Tuve la buena suerte y el lujo de calificar en un proceso para un puesto en un banco, con carta de oferta en mano, y lo rechacé. Era incompatible liderar un emprendimiento y trabajar. Puede que mañana me llegue una oferta de trabajo increíble y evaluaré, pero estoy inspirado y comprometido con mi empresa. Saber que estamos solucionando un problema como la fatiga humana, que en Chile cuesta el equivalente a hacer 20 hospitales 0 150 colegios, te da propósito.
De atención al cliente a vender bicis
Los empresarios del comercio, el turismo, la agricultura, la construcción y otras áreas productivas han manifestado su preocupación por la falta de capital humano que han evidenciado tras el término de las cuarentenas: no pueden llenar los cupos necesarios para sus operaciones.Mientras la producción estaba detenida, las personas debían subsistir y muchos encontraron un camino propio luego de perder su empleo tradicional.
Carlos Allende (31), administrador de empresa con mención en Marketing, trabajaba en Integramédica en atención al cliente posconsulta cuando fue despedido en mayo de 2020. Viendo qué hacer, con un amigo con el que salía a andar en bicicleta abrieron en plena fase I un taller de reparación (@easy.bikes en Instagram).
Partieron en el patio de la casa de su socio y en menos de un año ya tienen taller propio en La Reina y emplean a cinco personas.
"Atendemos a más de 150 personas al mes. Hemos crecido más rápido de lo esperado", cuenta.
No piensa volver a emplearse: "Hago lo que me gusta, no quiero estar sentado de nuevo en una oficina. Vamos a cerrar el taller cuatro días para ir al sur, eso no lo podría hacer en otra empresa, tendría que pedir permiso y ver si me aceptan las vacaciones".
Una situación similar vive Claudia Toniolo (43), quien está emprendiendo con su tienda de ropa deportiva rockera Be Rock Fit (@be.rock.fit en Instagram). Trabajó 17 años en Latam como analista de Capacitación y también la despidieron.
"Decidí poner mi esfuerzo en esto porque ya tengo sobre 40 años y en ninguna parte me van a pagar lo que terminé ganando en Latam porque hice carrera. Me gusta mucho hacer deporte y el rock, por lo que mezclé ambas cosas. Es una ropa fuera de lo común, por lo que me la estoy jugando", relata.
Joy Siebald (44) no fue despedida, pero su empresa de arriendo de muebles Decompany se fue a cero con los confinamientos. Su marido hizo un día unos alfajores que les quedaron tan ricos que armaron @al.fa.jor en Instagram, con cinco variedades. Ya tienen a dos personas trabajando. Le ha ido tan bien que continúa con los dos emprendimientos.
"Se está reactivando el rubro de la decoración, pero gracias a los alfajores pude pagar colegios, dividendos y gastos de la casa", indica.
31 ,8% más de empresas nuevas
"Con la pandemia se perdieron muchos empleos, pero también surgieron nuevas oportunidades de mercado. Quienes fueron capaces de identificarlas van a salir fortalecidos con sus emprendimientos", afirma Vesna Mandakovic, directora del Instituto de Emprendimiento de la Universidad del Desarrollo.Sin embargo, dice que el interés se ve desde 2019, donde el Reporte Nacional del Global Entrepreneurship Monitor (GEM) arroja que 37% de la población declaró haber emprendido en etapas iniciales, cuando el promedio en los otros años bordeaba el 25%. Y las cifras de creación de empresas van en esa línea también, lo que da cuenta de que estos emprendimientos no son de subsistencia. De acuerdo al último Informe Mensual de Constitución de Empresas y Sociedades a junio de este año se crearon 17.618 nuevas compañías, 31,8% más que el mismo periodo de 2020.