"Esta es la definitiva", comenta Nicole Block sobre la tercera separación que vive con su marido, Juan Cristóbal Meza, compositor, pianista e hijo de Delfina Guzmán. En vista de esa decisión, el matrimonio tuvo que armar una rutina para que su perrito Kevin mantuviera el lazo con los dos.
Kevin, un can de raza pomerania de tres años, fue un regalo que Meza le regaló a Block en conjunto con los padres de la actriz cuando vivían en Santa Mónica, California. "Es muy regalón de los dos. Pese a las separaciones Kevin siempre ha estado con los dos, pero ahora hicimos una suerte de sistema de tuición compartida con Juan, tal como lo hacen los papás con sus hijos cuando se separan", explica Nicole.
La rutina que crearon, sigue ella, "es que Kevin pase una semana conmigo y una semana con Juan. En cada casa tiene su cama, sus platos para el agua y comida, sus juguetes. También nos repartimos los gastos de veterinario y peluquería y cuando Kevin tiene doctor ahí nos juntamos con Juan para acompañarlo".
Hasta hace unas semanas el perro estaba respondiendo bien a este sistema, pero Nicole cuenta que "tuvo un cambio cuando Juan me dijo que no lo quería ver más porque sufría mucho cuando Kevin se iba de su casa. Lo echaba de menos, pero Kevin también lo echaba de menos a él y tuvo un cambio".
-¿Qué pasó con Kevin?
-Estuvo tres días sin comer. Yo le daba, literal, la comida en la boca, pero no quería. También es un perro muy activo, desordenado, pero andaba bajoneado. No quería jugar, no respondía cuando lo llamaba. Se iba a echar a un rinconcito del baño, como escondiéndose. Sin duda estaba como depresivo.
-¿Qué hizo usted ante esa situación?
-Me preocupé al verlo así, porque estaba demostrando la pena de no ver a Juan. En ese momento decidí ser una mamá a la antigua, firme y le dije que esta situación era así y que se tenía que acostumbrar, pero no resultó.
Héctor Rojas, médico veterinario especialista en conducta, ilustra: "Efectivamente los perros tienen sentimientos y eso está comprobado científicamente, por lo tanto, puede haber una serie de manifestaciones asociadas a estos sentimientos. La ansiedad que se puede generar producto de la separación de parte de su entorno puede generar hiporexia (pérdida gradual del apetito), anorexia, vocalización (gruñidos), destrucción o una serie de parámetros donde el animal manifiesta a través de la conducta su contradicción".
El caso de Kevin igual tiene un final feliz: hace unos días volvió a ver a Juan. "Ahí tuvo un cambio radical, volvió a ser el mismo y ahora está feliz. Juan también entendió que Kevin sufre si no lo ve, así que este fin de semana haremos un asado en la casa de mis papás y seguiremos con la tuición compartida", advierte Nicole.