Una desagradable situación ha estado molestando a mujeres profesionales del Colegio de Nutricionistas de Chile (Colnut) desde el año pasado: al menos 50 integrantes del gremio han reportado episodios de acoso sexual por WhatsApp e Instagram. Por eso el gremio presentó una denuncia en el Juzgado de Garantía de San Bernardo, comuna donde, según han logrado establecer, reside el emisor de estos mensajes.
Diego Gallegos, abogado del Colnut y quien interpuso la acción, explica que "existe un patrón detrás, que nos ha permitido concluir que se trata de una persona determinada. Contacta a las nutricionistas y les ofrece y solicita, después de alguna conversación, el envío de fotos íntimas. Y aún frente a la negativa, les envía este material, además de hacer ofertas de contenido sexual" El involucrado contactó a todas estas nutricionistas simulando ser un paciente, dándole el mismo nombre y rut.
Una de las afectadas es Carla -cuyo nombre fue cambiado para resguardar su identidad-, una nutricionista de 25 años, quien cuenta que el domingo 23 de marzo de este año recibió un mensaje vía WhatsApp. "A las 12:50 PM me llegó un mensaje en video de un tal Ricardo. En el iPhone, cuando no tienes un número registrado en tus contactos, dice el nombre que tiene asociado esa persona a ese número. Este tipo borró el video, no alcancé a verlo, pero 2 minutos después me envió una foto de alta connotación sexual. Lo bloqueé, no pude hablarle más", recuerda.
La nutricionista explica que tanto ella como las demás afectadas manejan canales de atención online por la pandemia y por ende sus números de contacto están en Instagram o en otras redes sociales.
El II de mayo, Carla recibió otro videochat en su Instagram de trabajo de parte de lobito_45, que es como se hace llamar el sujeto. "Sé que es él porque les ha hablado desde ahí a otras colegas", agrega la nutricionista. Carla dice que lo ha pasado pésimo. "Hasta antes de que ocurriera este acoso, agendaba las horas con mis pacientes vía WhatsApp y era bastante cómodo y sencillo. Ahora debo pagar una agenda electrónica para que las personas no tengan mi número, lo que ha generado un gasto extra mensual, sólo para protegerme de personas como él. Además del sentimiento de inseguridad y angustia al saber que sigue impune y continúa haciéndolo con otras colegas diariamente", lamenta.
Se llama Cyberflashing
La denuncia en tribunales tiene como objetivo que tanto el
Ministerio Público como la PDI reciban la información
recopilada por el gremio y abran una investigación. El
problema es que el Código Penal no contempla este tipo
de acoso como un delito cuando se realiza por redes
sociales. A menos que se dirija contra menores de edad. El abogado Gallegos sostiene que esto se llama Cyberflashing, un término que hace alusión al envío de fotografías genitales no solicitadas a personas que no han consentido este hecho. Además, dice que "no se puede desconocer la calidad de acoso sexual de estas acciones, ni dimensionar su profundidad, mucho menos prevenir el potencial riesgo que implica que un mismo sujeto realice actos de connotación sexual con nutricionistas". "Es un patrón que pone en peligro a quienes atienden tanto por vía telemática como presencial", afirma.