De manera radical e inesperada, a eso de las 20:40 horas del pasado viernes, la vida de Jaritza Valencia Galaz (25) y la de toda su familia cambió por completo. Anaís (17), su hermana, falleció por un paro cardiorrespiratorio mientras se encontraban en el gimnasio Smart Fit ubicado en el paradero II de Avenida Valparaíso, en Villa Alemana.
Jaritza, técnico en educación parvularia, repite el testimonio que entregó a la policía para efectos de la investigación. Cuenta que aquel día, junto a su esposo y sus hermanos Anaís y Germán (23), se dirigieron por tercera vez hasta este gimnasio. Debían tomar hora y escogieron ir de ocho a nueve de la noche.
"Jamás imaginamos que en esa hora todo cambiaría de forma tan abrupta y dolorosa", dice.
-¿Cuándo fueron por primera vez?
-El lunes 8 de noviembre. Ese día nos hicieron una evaluación en la que nos preguntaron si teníamos algún tipo de enfermedad o lesión, nos pesaron y midieron. Ese mismo día comenzamos a entrenar. Todos subimos diez minutos a 5 km/h en la trotadora. El martes nos entregaron nuestras rutinas definidas. Nos sorprendió que a Anaís le dieran 25 minutos sobre la trotadora y al resto sólo diez.
-¿Cómo se percataron de que Anaís había tenido este accidente?
-Todos andábamos un poco acelerados y queríamos cumplir con nuestra rutina en la hora que teníamos. Con mi esposo y hermano terminamos el cardio y Anaís siguió. A eso de las 20:39 mi hermano llegó a mi lado y me preguntó si había visto a nuestra hermana. Fuimos a buscarla y nos encontramos con ella estaba en el piso, convulsionando y con más personas alrededor. Había un médico tomándole los signos vitales, era un cliente que justo estaba ahí.
-¿Qué pasó luego?
-El resto de personas que estaban en el lugar pensaban que ella sólo se había desmayado. Llegaron unos paramédicos a hacerle reanimación y luego de 20 minutos, una ambulancia, pero nada fue suficiente. Yo gritaba. No podía con la desesperación y el cuestionamiento de no haberme dado cuenta antes.
-¿Qué hizo el gimnasio?
-Nos permitieron acceder a las cámaras de seguridad. Ahí pudimos ver las imágenes en las que aparece ella terminando de hacer su cardio, bajándose de la trotadora y yendo a buscar una toalla húmeda con un líquido para desinfectar la máquina. Ella se vuelve a subir y comienza a sentirse mal, porque se queda parada unos segundos, da un leve movimiento hacia atrás y se cae, golpeando su cabeza en el fierro de otra línea de trotadoras.
-¿Y cuál es el diagnóstico de los médicos?
-Ya nos dieron los resultados de la autopsia y nos dijeron que mi hermana murió por una condición súbita cardíaca. Pero ella nunca estuvo enferma. Nunca sufrió del corazón. A ella le dolía cualquier cosa y al tiro nos avisaba.
-¿Por qué Anaís decidió ir al gimnasio?
-Era la primera vez que iba y porque al igual que yo, toda la vida luchó con la obesidad. Pero ella no era una niña sedentaria. En la casa hacía rutinas de ejercicio que veía desde el computador. Ella sólo quería cumplir y lograr su objetivo de bajar de peso.
-¿Cómo era Anaís?
-Mi hermana era la tercera de cuatro hijos. Era una niña sana. No fumaba, no tomaba, le gustaba estar en la casa y pasar tiempo con nuestros papás, abuelos y hermanos. Le encantaba la música, plantar y los animales. Era muy especial, todos la recordaremos y nos hará falta cada día.