Un reciente reportaje de la BBC confirmó la escasez global de ciertos productos. Probablemente le ha pasado: anda buscando algo en -su perfume favorito, particular tal o cual electrodoméstico- y no aparece en ninguna tienda. ¿Qué fue lo que ocurrió? Luis González, académico de la Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Central, explica que la pandemia llevó a muchas fábricas a paralizar sus funciones y hasta hoy les falta mano de obra.
"Se produjo un quiebre en el stock a nivel mundial: no se fabricaron autos, chips, computadores, muebles y un sinfín de cosas. Y aún no tenemos el stock de inventario que teníamos dos años atrás. Se está tratando de cumplir, pero a media máquina y con un retraso mayor", expone el experto en retail.
Según la Cámara de Comercio de Santiago (CCS), los productos con mayor presión sobre sus inventarios son celulares, computadores, impresoras, consola de videojuegos, refrigeradores, lavadoras, secadoras, bicicletas, fitness, muebles de terraza y automóviles. Estos datos surgen de consultas a proveedores locales y por la trayectoria de ventas por categoría del índice del INE.
George Lever, gerente de estudios de la CCS, contextualiza el caso chileno: "Se da una situación de liquidez y de ingresos de los hogares muy por sobre de lo que se pensó al inicio de la pandemia. Más que escasez, se genera una presión sobre el inventario y por eso se alargan los tiempos de entrega". Pone de ejemplo el caso de los automóviles: "Se preveía que iba a ver un perfil de venta para el año, pero de pronto llegan los retiros de las AFP y aumenta la demanda por automóviles. Hubo una demanda superior a la previsión de venta".
Demanda local
"El caso de Chile es muy emblemático: los ingresos de los hogares han sido muy superiores a los de un año normal, producto de los retiros y apoyos fiscales. Pero también a nivel global hubo políticas agresivas de subsidios a la población frente a la crisis pandémica y eso significó que la demanda de consumo fuese más alta de lo que se pensaba", admite Lever.También plantea los problemas de suministro de grandes productores de bienes, como China. "Hubo una escasez fuerte de contenedores y todavía existe un desajuste importante en su disponibilidad. Los costos del transporte marítimo están por las nubes: no se han regularizado el funcionamiento de los puertos y se han encarecido los costos de los insumos. Todo ello ha generado que también aumenten los costos de los productos. Muchos productores produjeron menos de lo esperado".
A su vez, pone énfasis en que los perfiles de consumo cambiaron. "Los primeros meses de la pandemia subió muy fuerte el equipamiento de home office o de espacios de estudio en el hogar. Hubo que estudiar, trabajar y entretenerse desde casa".
¿Y qué pasa con las lavadoras, secadoras y refrigeradores? "Pasa que con la pandemia nuestra vida en el hogar se ha vuelto más intensa y hay una demanda por bienes durables. Cuando aumenta el ingreso de los hogares, naturalmente la demanda que crece es por tipo de bienes. No hay escasez, hay menor disponibilidad de stock", insiste. Los muebles de terraza tienen que ver más con la coyuntura: los bienes más perjudicados son los de mayor volumen, por la logística que requiere trasladarlos.
Lever anticipa el 2022: "Debería ir mejorando la disponibilidad de insumos de productos tecnológicos. Los retiros de los fondos de pensiones es un proceso que se va ir acotando: no vamos a tener esos ingresos y los recursos desde el Estado a los hogares deberían normalizarse. La demanda en consumo debiera tener un desempeño más moderado".