El oficio de la convencional Loreto Vidal acusando a su par Rodrigo Logan por haber tenido un trato denostativo y "micromachista" al tratar a la funcionaria de la Unidad de Transparencia de la Convención de "muchacha" o "niña" de manera pública y reiterada, hizo visible una conducta que muchos hombres tienen naturalizada: el micromachismo.
"Hace algunos años, cuando recién había empezado (en la empresa), pedí una instalación eléctrica (...), entonces fui con mi cuaderno para anotar y ver cuál era la situación. Y cuando llego me atendió una de las funcionarias de la sección y me dijo: Ah, ¿tú sos la secretaria del electricista? Y me sorprendió porque el electricista estaba a mi cargo", dice en un video la arquitecta uruguaya Cecilia Ferrada para dar cuenta de un tipo de micromachismo.
El término fue acuñado por el terapeuta argentino Luis Bonino Méndez en 1991, que lo define como "violencia invisible" de género. Son actitudes y/o comentarios soterrados, sutiles, que pueden hacer sentir mal a una mujer. Como cuando el mesero le pasa la cuenta al hombre en vez de dejarla al centro o si la mujer pide vino, traen la botella y le dan a probar el vino al hombre. Ejemplos de micromachismo hay muchos y se pueden enfrentar de diversas maneras.
Qué es el micromachismo
"En un concepto que definió Luis Bonino, hace ya más de 30 años, para describir una serie de actitudes cotidianas - que van desde lo íntimo amoroso a cuestiones más agresivas- que afectan la vida de las mujeres. Antes existían esos tipos de actitudes, pero no las podíamos reconocer ni nombrar, por Io tanto, no las podíamos denunciar. Por ejemplo: Usted mijita no haga eso, usted no puede, se va a cansar, Io hago yo . Eso, según Bonino, sería un acto de micromachismo", explica la historiadora Margarita Iglesias, quien dirige el Centro de Estudios de Género y Cultura de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile.Mujeres interrumpidas
Héctor Carvacho García, postdoctorado en Sicología de Harvard University y académico de la Escuela de Sicología UC, dice que las condiciones en que ocurra el micromachismo van a influir en cómo afectará a las mujeres: "El contexto donde se sitúa la acción, quién es la persona que la realiza y qué clase de recursos tenga en ese momento la persona afectada". Y específica: "En el primer caso hay que distinguir en dónde ocurren los hechos, porque si es en un lugar privado o si solo hay dos personas presentes cuando ocurre el micromachismo, será mucho menos difícil abordarlo que comparado con un espacio público". Carvacho entrega algunos ejemplos de estas actitudes: "Los turnos para hablar en reuniones de trabajo, es probable que en la mayoría de los casos los hombres tengan la preferencia; tanto en los tiempos como con la autoridad. Pasar por encima, hablar más fuerte e incluso interrumpir a la mujer de una manera frecuente. Lo mismo pasa con tomar ideas que fueron expresadas por una mujer y hacerlas pasar como propias. La mayoría de la gente lo hace de una manera inconsciente, muchas veces, ni siquiera se dan cuenta de lo que están haciendo", concluye.La tragedia del Metro
Karen Vergara, magíster en Estudios de Género y directora de la ONG Amaranta, sostiene: "Yo no uso tanto la palabra micromachismo, porque considero que este tipo de actitudes son machismos en sí. Pero para mencionar los micromachismos más conocidos, está el uso de los espacios que usualmente están dominados por lo masculino, pensemos en los asientos del Metro. Ahí la mujer tiene que constreñirse y apretarse en el asiento y el hombre lo usa a sus anchas. O en una empresa, muchas veces cuando llega una mujer ella es presentada como 'la niña que me ayuda' o con diminutivos. Son conductas que los hombres no saben que son machistas, pero que sí lo son".Rosado y azul
Gloria Jiménez-Moya, académica de la Escuela de Sicología de la Universidad Católica e investigadora del Centro de Conflicto y Cohesión Social (Coes), menciona que en muchos casos estas actitudes vienen desde la infancia: "Los micromachismos vienen también con la educación desde muy temprana edad. Limitar a los niños a vestirse con ciertos colores, rosado ellas, azul ellos, los va condicionando. También los juguetes que se eligen y dar por hecho que las mujeres son las que tienen que realizar ciertas actividades en la casa, quiere decir que desde el hogar y en el ámbito educacional es donde parte muchas veces el micromachismo".Recomienda la manera ideal de enfrentar un micromachismo: "Siempre es mejor enfrentar el micromachismo", dice tajante la académica. A su vez, recomienda "estar tranquila, segura, respetar nuestros límites y llevar a cabo acciones con las que nos sentimos cómodas. Porque al micromachismo hay que confrontarlo", afirma. "Muchas veces el confrontado puede recibir una crítica de manera negativa, pero a la larga servirá para reducir los estereotipos y poder tener actitudes más positivas en situaciones futuras", finaliza.