"Si supiera lo que va a pasar no tendría la úlcera que tengo cada vez que veo jugar a la U", dice Víctor Hugo Castañeda (59 años), quien no está ajeno a lo que vive actualmente Universidad de Chile. Comenta que, si lo llamaran, iría encantando, pero buscó un camino totalmente distinto que, por ahora, no le permite echarle una mano al club con el que consiguió campeonatos en los 90.
Instalado en La Serena desde 2005, Víctor Hugo se prepara para otro partido: el de la política. Se presentó en las pasadas elecciones municipales como candidato a alcalde, pero no pudo conseguir el sillón de la comuna papayera. "Saqué más de 15 mil votos y no se pudo. Igual fue una votación importante la que conseguimos y les agradecí a los que confiaron en mí", sostiene.
El ex volante de Palestino y la U no pensaba seguir en la política. Esperaba una oportunidad para volver a ponerse el buzo y, mientras tanto, disfrutaba haciendo su programa "Los dueños de la tarde" con Roberto Dueñas en la Cuarta Región, donde aborda todos los temas del quehacer regional. En eso estaba cuando varios de sus seguidores le pidieron que se presentara como candidato a diputado por la zona. "A mí me interesaba ser alcalde. Me dijeron que me presentara como diputado y les respondí: 'Déjenme así nomás'", cuenta Castañeda.
-¿Por qué aceptó entonces?
-Porque una persona me dijo que estaba como todos los políticos. ¿Por qué?, le pregunte y me respondió de una manera que me dejó helado. Me recordó que yo siempre decía que había sido un luchador y que estaba haciendo lo más fácil: yéndome para la casa. Y eso me cagó. Chile Podemos Más me dio un cupo, aunque yo soy independiente. Y ahí estoy luchando para ver si podemos conseguir un lugar en la Cámara.
-¿Por qué se quedó en La Serena después de ser un tipo identificado con El Naranjal y San Vicente de Tagua Tagua.
-Llegué a trabajar en 2005 a Deportes La Serena y me encantó el entorno. En esos años era la región número uno en calidad de vida. Ahora no. Pasaron cosas y vino la separación de mi matrimonio. Al tiempo conocí a Claudia, nos enamoramos y estamos viviendo juntos.
-¿Cuánto tiempo lleva con Claudia?
-Once años. Yo llevaba separado dos años, nos presentó un amigo y empezamos a salir. Mi vida privada es mi vida privada. No ando divulgándola ni tampoco la voy a exponer porque el conocido soy yo. Pero estoy feliz.
-Toda separación es dura.
-Mis hijos ya estaban grandes. Después de 22 años me separé. Ha pasado mucho tiempo. Eso provocó quedarme en La Serena, donde tengo playa, montaña, campo, laguna y muy buen clima. En ese momento, en la ciudad se podía caminar La Costanera sin problemas de seguridad, pero las cosas han cambiado.
-¿Por eso se metió en política?
-Yo voy a morir siendo entrenador de fútbol. Esa es mi razón de vivir, creo yo. Nunca pensé en meterme en el mundo de la política, pero la ciudad que yo elegí para vivir se estaba deteriorando y nos postulamos. En tres meses sacamos muchos votos, lo que no nos alcanzó para ganar. Dimos la pelea, pusimos los temas de contingencia en la agenda y muchos de esos temas se están solucionando.
-Además de esa persona que lo impulsó a ser candidato, ¿hubo alguien más que le diera ese empujón?
-Claudia me apoya en la decisión que yo tome. Ella es profesional. Está terminando un doctorado en educación y sabe lo que es el trabajo público. Ella me respalda para emprender este camino y lo voy a intentar.
-¿Y sus hijos qué le dijeron?
-Me decían: "Papi, ¿para qué se mete en eso?". Y me lo decían porque ellos leen y ven algunos insultos en las redes sociales, donde insultan y denostan. Ellos leen, se sienten, se frustran y se enojan. Lo que más me afecta es que sufran ellos, pero es parte de esto. Es como cuando era entrenador de fútbol. Una vez un profesor le dijo a mi hijo: "Qué se puede esperar; tal padre, tal hijo".
-¿Cuántos hijos tiene?
-Cinco. Dos hombres y tres mujeres. Felipe es el mayor, quien llegó antes de mi matrimonio. Es ingeniero ambiental. Después viene Nadia (33 años, fonoaudióloga), Óscar (30, profesor de educación física), Vania (26), quien estudió también fonoaudiología y cocina internacional, pero trabaja en otra cosa. Y la más chica es Tania (23). También están los hijos de Claudia: José y las gemelas Catalina y Fernanda.
-Ninguno de sus hijos se dedicó al fútbol. ¿Se cortó la dinastía?
-Felipe tuvo una historia larga que contar y prefiero no referirme a eso. Y a Óscar se le descubrió una hidrocefalia cuando tenía 2 años. La pasamos muy mal. Él hace su vida normal, pero prefirió los estudios. Cuando yo estaba en la U fue a entrenar, pero empezó a bajar las notas y su mamá le dijo que no podía bajar las notas. Nunca los obligué a ser futbolistas. Siempre fui de la idea que hicieran lo que quisieran.