"Vemos que entra un auto a todo lo que da y el pasaje no tiene salida. Mi nieto estaba parado al lado de la camioneta de mi marido, esperando que le subieran su bicicleta, porque iban a ir a la casa de su otra abuela", recuerda Jacqueline González.
A las 19:20 horas del lunes, un Ford Explorer blanco había ingresado a toda velocidad al Pasaje París, de La Florida, donde ella vive. El conductor, al ver que delante tenía un muro, puso marcha atrás.
"El tipo, al retroceder, aplastó a mi nieto contra la camioneta y contra la bicicleta. Ahí fue la pesadilla, porque mi hija empezó a gritar que se echara para adelante, para sacar al niño. El tipo se echó para adelante y pasó a llevar a mi hija, la aplastó contra otra camioneta", recuerda.
Gabriel, de 9 años, quedó en el suelo, protegido en parte por su bicicleta azul y blanca que le regalaron para Navidad, y sólo sufrió algunos golpes. El Ford Explorer siguió retrocediendo y a su paso chocó al menos tres vehículos.
"Como que el tipo se puso nervioso, porque escuchó muchos gritos. Desesperada, empecé a pedirles ayuda a los vecinos, porque este tipo no paraba. Salió mucha gente y empezaron a tirarle cosas, piedras, no sé, para que reaccionara, pero lo único que quería era arrancar", explica.
A la altura de la calle Londres, el Ford Explorer se detuvo. Al conductor le costaba dar vuelta el manubrio. A su lado, una mujer Joven.
"Yo les gritaba, les gritaba y ellos me miraban. No sé. Como que eran muy fríos. Cuando les lancé el piso, no reaccionaron", recuerda Luz Pardo, otra vecina.
Cara a cara se enfrentó a los ocupantes del vehículo, para que se detuvieran. Óscar, el hermano de ella, la había ido a ver para mostrarle su auto nuevo y lo tenía estacionado frente a la casa. Fue uno de los vehículos que el Ford Explorer chocó cuando retrocedía descontroladamente.
"Cuando le pegaron el estrellón al auto de mi hermano, yo les gritaba. No sé si disparates. Me bloqueé. Ellos me quedaron mirando, porque les gritaba que no fueran a topar de nuevo el auto de mi hermano", cuenta.
El Ford no pudo seguir retrocediendo. Había sido robado más de tres horas antes en una automotora de Las Condes.
"Somos gente de trabajo y no tenemos plata. Mi hermano, con tanto esfuerzo, se había comprado su auto", cuenta Luz Pardo.
El piso con patas metálicas no le hizo nada al Ford. El conductor aparentemente quiso doblar por la calle Londres, pero el auto estaba demasiado pesado. El volante le seguía dando problemas. Al menos así aparece en un video.
"Esa camioneta al parecer presenta una falla en el sistema electrónico de la dirección asistida. En el transcurso desde que robaron el vehículo quizás lo golpearon con la cuneta, se cayeron a un hoyo o algo, Io que debió haber dañado el vehículo. El conductor hace bastante esfuerzo para doblar. No creo que tenga que ver con un sistema de seguridad que trabe el volante en caso de robo", explica Sergio Olivares, académico de Mecánica Automotriz y Autotrónica del DuocUC (sede Maipú).
El conductor puso primera, aclaró, y al acelerar derribó el muro de una casa en esa esquina. Él y su acompañante arrancaron, pero fueron alcanzados por los vecinos que los entregaron a Carabineros.
"Aquí como que se desesperó, trató de dar la vuelta y terminó adentro. Nosotros arrancamos, porque pensamos que podía andar armado. La niña escapó primero y la tomaron los vecinos. Decía que tenía 14 años. Cuentan que él tenía 19 años y decía algo así como que se Io merecía. Estaban muy desorbitados. Dentro de la camioneta había drogas", relata Cecilia Vicencio, dueña de la casa en la que se estrelló el vehículo.