A las 15 horas del martes 30 comenzó el funeral de Santiago Foitzick Arias (55 años) en Chile Chico, Región de Aysén. A esa misma hora, sus hermanas Marisol y Sandra y unos amigos de la familia se pararon en la ribera sur del río Jeinimeni, en la localidad argentina Los Antiguos, y arrojaron flores silvestres en el agua.
Santiago se ahogó la noche del sábado 27, cuando trataba de cruzar ese río. Vivía en Los Antiguos y quería llegar a Chile Chico, donde reside Honorindo Foitzick Catalán (81), su padre.
Antes de la pandemia, explican sus hermanas, "él iba todos los fines de semana a visitar a papá. En línea recta Los Antiguos está a cuatro kilómetros de Chile Chico. Si te vas por el paso aduanero y cruzás el puente son siete kilómetros. Chago nunca tuvo auto, él todo Io recorría en su bicicleta".
Ambas aseguran desconocer qué impulsó a Foitzick a intentar cruzar el río la noche del sábado. "El ni siquiera sabía nadar. Le habían dicho que en una parte el agua estaba más baja y se arriesgó. Mirá cómo fue a terminar", se quiebra Marisol.
"Pero creemos entender qué pasó por su mente", interviene Sandra. "Nuestra mamá (Irene Arias) murió en el 2016 y Chago nunca lo pudo superar. Se volcó más a papá. Imagínate : lo veía todos los fines de semana y cuando cerraron la frontera no lo pudo hacer más. Él lloraba y nos decía que no aguantaba más esta situación", agrega Marisol.
Familia binacional
Los Foitzick Arias son hijos de un chileno y una argentina. "Nosotros éramos cuatro hermanos. Santiago era el mayor de todos y nació en Chile, igual que Marisol. Yo y mi hermano menor, que murió hace unos años, nacimos en Argentina", explica Sandra.Por cosas del destino los tres terminaron viviendo en Los Antiguos. "Chago trabajaba como sereno (guardia) de la municipalidad. Tenía un sistema de turnos rotativos. Este último fin de semana le tocaba laburar . El viernes vino a casa. Nos tomamos unas gaseosas, fumamos y charlamos. Cuando se despidió me dijo que iba a pasar el sábado, cuando terminara de laburar . Pero nunca llegó", cuenta Sandra.
El domingo en la mañana las hermanas despertaron con llamados urgentes de Chile Chico. El cuerpo de Santiago había aparecido en la ribera norte del río Jeinimeni. "Nos dijeron que lo encontró un pescador. Papá tuvo que ir a la morgue (Servicio Médico Legal) a reconocerlo. Él decidió que fuera sepultado cerca suyo, en Chile, y es mejor así. Nuestra tía Velides Urrutia Catalán se puso todo al hombro y organizó su sepelio. Sus amigos le pintaron cuadros y llenaron de flores su cajón", recuerda Marisol.
La despedida final
Ayer a las 18 horas los habitantes de Los Antiguos se pararon nuevamente en la ribera sur del río Jeinimeni. "Llegaron con banderas argentinas y chilenas y con carteles, pidiendo que por favor nos abran la frontera. Pudimos ver a nuestra familia al otro lado del río. Levantamos las manos y gritamos. Del otro lado se llenó de carabineros. Tal vez pensaron que Ibamos a hacer una locura", comenta Sandra.-¿Santiago intentó pedir permiso para que lo dejaran visitar a su papá en Chile?
-No sé. Él no nos dijo nada. Papá tampoco sabía de esta locura. Chago era muy respetuoso de las normas sanitarias y durante la pandemia se supeditó a ellas. Pero era muy pegote del viejo y no pudo seguir aguantando.
Sandra se queda en silencio unos segundos y continúa: "Nosotras pedimos autorización para viajar a Chile Chico para asistir a su funeral y no nos dejaron. Imaginate nuestro dolor. No hay palabras para describir lo grandioso que era Santiago y no Io digo porque él ya no está, sino porque todos lo dicen acá en Los Antiguos. También en Chile Chico. Era un chico muy laburador y responsable. Todos lo querían. Era muy cuidadoso, amable, buen hermano y buen hijo. Justamente la locura que cometió fue porque estaba desesperado por ver a papá. Ya había pasado un año y medio y no se aguantó más".