En cuanto vio a su único hijo salir contento del examen de título, Cristina Tocco sintió una mezcla de felicidad y satisfacción. Sólo ella lo esperaba en los patios de la Universidad Católica para conocer el resultado.
"Estoy chocha, ahora le falta solamente jurar (ante la Corte Suprema) para convertirse en abogado", dice la argentina. Jorge Ignacio Miranda Tocco, de 25 años, aprobó con nota 6 tras dedicar todo un año a preparar el examen final. "Jorge es muy distinto a mí: es constante, estudioso y planificado. Sigue horarios muy rigurosos", dice la actriz que, al mismo tiempo, admite que su hijo prefiere no hablar con la prensa sobre su logro.
-Parece ser muy regalón suyo, Cristina.
-Fui mamá a los 39 años, me costó mucho tenerlo. Para entonces yo ya había carreteado y bailado bastante, así que cuando él nació ya no quería salir más. Era un placer quedarme con él en casa, cuidándolo. Siempre lo mimé y como soy relajada, le decía que no fuera al colegio si hacía frío.
-¿Y él se quedaba en cama?
-No, Jorge es ordenado como su papá, Pedro, un ingeniero civil que siempre fue estricto y cuyas exigencias me molestaban un poco. Aunque nos separamos hace 22 años, el padre siempre estuvo presente. Ya ves que la mezcla de caracteres dio buen resultado para mi hijo.
El joven Jorge fue un buen alumno en la Alianza Francesa antes de optar por la carrera de derecho. "Estudió por 6 años y aunque no era el mejor de su clase, siempre tuvo buenas notas. Para el examen final se tomó tiempo y yo lo dejé estudiar. En la casa no levantaba ni un calcetín", recuerda Tocco.
Para concentrarse más, trasladaba su pesada mochila a parques y plazas donde leía las materias. Con el objeto de descargar las tensiones, iba al gimnasio a practicar boxeo.
El día de la prueba, Jorge les pidió a sus cercanos que lo dejaran asistir solo a la universidad para no sentir más presión. "Yo me aparecí de sorpresa en la facultad que queda en la Alameda. Al llegar lo vi repasando los libros. Le dije no te enojes y le recalqué que todo iría perfecto porque se había dedicado a fondo", relata Cristina Tocco.
-¿Qué ocurrió después?
-Pasó más de media hora y lo vi salir sonriente. Me abrazó de la emoción. Me siento recompensada por la vida. Como fui mamá mayor, rezaba y pedía Dios, déjame vivir hasta que mi hijo tenga 15 . Luego Dios, déjame hasta que él sea profesional . Se ha cumplido y qué más puedo pedir.
Con el cartón en la mano, Jorge Miranda espera hacer la práctica el próximo año. Su idea para después, dedicarse al derecho tributario. Para enero y febrero, los planes son relajarse. "Nos vamos a ir a Buenos Aires a ver a mi familia: tengo dos hermanas y tres sobrinas. Allá todos mis amigos lo quieren y podemos salir al teatro, a los boliches, a tomar un café o a la Librería Atenea, que le gusta tanto", adelanta la madre.
-¿Tiene su hijo planes de dejar la casa?
-Él quiere salir, pero yo quiero vivir con él. ¿A vos te parece que un hijo de 25 años debe irse de la casa?
1 comentarios:
Déjalo volar !!!